Más pruebas que error_35 experimentos desde el ITAE
Curaduría
Ana Rosa Valdez / Graciela Guerrero
PRENSA
“Más pruebas que error_ 35 experimentos desde el ITAE” constituye un intento por aglutinar, en un proyecto curatorial, procesos significativos de la escena artística guayaquileña que han sido impulsados por estudiantes del ITAE, quienes han posibilitado una nueva dinámica de creación y circulación del arte producido “desde aquí”, lo cual ha sido posible gracias al nuevo horizonte de expectativas instaurado por este proyecto pedagógico en el medio local. Gracias a la invitación realizada por Elsa Maldonado de la Alianza Francesa de Guayaquil, pretendimos construir una plataforma de exhibición que trascendiera el espacio galerístico hacia una proyección más abierta del campo expositivo, y así propiciar una trayectoria alternativa para el espectador, en la cual cada obra dialogara con su entorno más inmediato.
Determinar qué procesos, obras y autores debíamos considerar como imprescindibles dentro del proyecto resultó por demás una tarea complicada, ya que los artistas y las obras más reconocidas públicamente han logrado visibilidad en eventos de carácter concursable (salones y festivales), los cuales priorizan criterios curatoriales abiertos e inclusivos, y en los que no se logra tener una idea clara de lo que constituye un proceso de creación artística. Por esto, creímos conveniente establecer, como punto de partida, tres ejes conceptuales que funcionaran como problemáticas más que como temas o ideas generales; y de esta forma, consideramos:
- Prácticas artísticas en las que el proceso de ideación, conceptualización y ejecución “distendido” resulta más significativo que la “obra terminada”, y en las cuales las evidencias de ese proceso adquieran particular relevancia para su circulación efectiva; es decir, obras vinculadas a la idea de proceso y documento de arte. (“Proceso y Documento: Arte más allá del archivo”).
- Propuestas artísticas que utilicen la apropiación de imágenes, sonidos y textos como una estrategia discursiva, encaminada a dinamizar los significados “preexistentes” en los referentes para elaborar nuevas propuestas creativas. (“Sin ánimos de ofender”).
- Prácticas experimentales en las que se formulen conceptos ampliados de dibujo y pintura, que propongan el uso de materiales no convencionales, o una utilización creativa de materiales tradicionales, así como prácticas que exploren los propios conceptos del arte llevándolos a formular nuevas maneras de representación. (“¿Hacia dónde?”).
A través de esta iniciativa, presentamos tres miradas sobre la producción artística del ITAE sin pretensiones historizantes o críticamente valorativas. La intención es conversar sobre estas problemáticas, características del arte contemporáneo, y su desarrollo en una cultura que cada vez se vuelve más glocalizada.
Agradecemos a todos quienes hicieron posible la ejecución del proyecto, especialmente a Rodolfo Kronfle Chambers, Juan Carlos León, Sandra González, Saidel Brito y Véronique Gervais.
Ana Rosa Valdez
Guayaquil, 14 de febrero de 2010
Proceso y Documento: Arte más allá del archivo
Alianza Francesa Guayaquil (Hurtado y José Mascote)
http://www.ecuavisa.com/opinion-entretenimiento/21578-la-documentacion-en-el-arte.html
La idea de que las prácticas artísticas dentro del ITAE deben estudiarse y valorarse como procesos de creación “distendidos”, y no sólo como productos terminados (fácilmente insertables en cualquier dispositivo galerístico), fue un tema de conversación que mantuvimos constantemente con Juan Carlos León, José Hidalgo y Daniel Alvarado cuando intentábamos redactar un borrador para el texto curatorial de “Reflejos de un impulso en latencia”, la muestra del ITAE paralela a la X Bienal de Cuenca. Nuestros argumentos se fundamentaban en hechos más bien circunstanciales que habían llevado a algunos creadores a re-pensarse como artistas, frente a las dinámicas institucionales del medio, específicamente ante a la ausencia de espacios de circulación para prácticas más experimentales, que se desmarcaran de las lógicas expositivas más recurrentes, es decir galerías y museos.
Por esto, para la presente muestra consideramos oportuno visibilizar procesos más que piezas específicas. Lo que el espectador podrá ver serán documentos de arte (fotografías, videos, bocetos, dibujos, ilustraciones), que nos remiten a “obras efímeras”, ubicándolas en un contexto temporal y espacial especifico: prácticas de intervención (Lechuguines (palenque 2000), Paisajes) o de acción en espacios públicos (Viruta (madera de guerrera), Villa Rosita, Gerry), proyectos de inserción social (Ciudadenmonos) y plataformas de circulación en la red (Ciudadenmonos, El Hongo Atómico); una obra que se activa desde una perspectiva propiamente documental (Memorias del Cerro); otra que utiliza como recurso formal documentos que evidencian acciones artísticas (Los ocho yoes que no conocía o las múltiples representaciones de mí mismo y mi persona), y un video de animación en 2D presentado junto una selección de bocetos (Cabeza de Gallo).
Muchas de las obras mencionadas recurren a displays instalativos que les permiten destacar los archivos que las conforman. Boris Groys tiene una idea al respecto que resulta bastante oportuna; según este teórico alemán, la instalación permite la contextualización creativa de la documentación de arte, ya que en la particularidad del dispositivo espacial (y temporal) se encuentra la distinción del documento frente al acontecimiento que registra. Para esta muestra, se concibieron diseños de montaje específicos para Lechuguines (palenque 2000), Paisajes, Ciudadenmonos, El Hongo Atómico, Gerry y Cabeza de Gallo; es decir, se crearon formas distintas para exponer estas obras y sus documentos, ya que la variabilidad de sus recursos lo permite. Por esto, el que los documentos presentados se articulen como un conjunto de archivos, no significa que no “constituyan en sí mismos” prácticas de arte; observarlos como simples registros reduciría las posibilidades de interpretación del espectador, a quien propongo más bien mirarlas como atisbos de procesos que se mantienen en experimentación constante.
Ana Rosa Valdez
Guayaquil, del 29 de enero al 20 de febrero de 2010
1.- Lechuguines (palenque 2000) (Graciela Guerrero - Gabriela Cabrera)
En el Festival de Artes al Aire Libre (FAAL) de 2007, Graciela Guerrero y Gabriela Cabrera presentaron esta propuesta de intervención en el Río Guayas, a través de la cual intentaban experimentar con el procedimiento de re-contextualización de referentes artísticos. La imagen del Spiral Jetty de Robert Smithson seleccionada funciona como un referente internacional en nuestro medio, por lo que esta idea pudo ser transformada para potenciar elementos contextuales específicos como el material empleado: los lechuguines, un tipo de vegetación vernácula que forma parte de la visualidad característica del río.
La micro-comunidad efímera que se generó alrededor de esta obra, conformada por las artistas, sus compañeros, profesores y el público expectante, complementó la idea de resaltar las particularidades locales del proceso: de hecho, la noción de entropía de Smithson, y el ejemplo del hotel Palenque –aludido en el título de la obra-, les sirvió de plataforma conceptual desde el momento de seleccionar esta y no otras referencias del land art.
Estas acciones fueron registradas, principalmente, en fotografías que hoy constituyen documentos de arte disponibles para ser circulados de diferentes maneras. La forma que se propone para esta muestra recurre a una estética de archivo, basada en la presentación de documentos que patentizan el proceso de elaboración.
2.- Cabeza de gallo (Daniel Chonillo)
La importancia de las tradiciones, prácticas rituales, conmemorativas y corporales en una sociedad constituyen una base cultural para la construcción de las identidades colectivas. Pero ¿qué ocurre cuando dichas prácticas, institucionalizadas socialmente, reproducen esquemas que afectan el desarrollo de una autoconciencia identitaria? En Cabeza de gallo se trata el tema de la tradición, y de cómo su mantenimiento, en algunos casos, se da a pesar de su obsolescencia. El video toma como referente la obra homónima de César Dávila Andrade, que narra el relato de un festival andino que consiste en decapitar de manera brutal a un gallo enterrado.
La obra también alude a la necesidad de una reflexión más profunda sobre ciertas nociones de identidad cultural que pretenden definir nuestros pensamientos, conductas y actitudes. Nos sugiere la puesta en cuestión de algunos criterios que sostienen que la cultura constituye un conjunto inmutable de bienes simbólicos, y que reproducen ideas desajustadas con respecto a las prácticas culturales actuales.
3.- La documentación (Juan Carlos León)
Durante el Festival de Artes al Aire Libre (FAAL) de 2008, Juan Carlos León se dedicó a elaborar una bitácora que funcionara como plataforma de enunciación colectiva: un cuaderno con apuntes de los participantes, del público y de las autoridades vinculadas al evento. De esta forma, este cuaderno se constituye como un registro de los pensamientos de una comunidad vinculada al quehacer artístico en la ciudad: una (micro)esfera pública en la que se vierte una multiplicidad de voces que dan fe (si no de manera estructurada al menos de forma vivencial) de las relaciones intersubjetivas que se dan en esta comunidad.
La relación entre lo privado y lo público, en el acto de compartir –socializar- “lo que uno piensa” de forma escrita, potencia un sentido de comunidad imaginada, apuntando a una reflexión sobre el campo artístico y sus relaciones sociales inherentes. Los conflictos y diferencias de pensamiento, criterio y opinión podrán valorarse luego de leer cada comentario, y será el espectador quien determine sus propias conclusiones. Incluso, la obra incita al espectador a un ejercicio de reflexividad y performatividad con respecto a sus propias ideas, ya que admite la inclusión de nuevos comentarios.
El uso de herramientas procedentes de la disciplina etnográfica permite un fructífero diálogo entre arte y antropología, sin optar por una concepción antropológica de las prácticas artísticas. Es más, en esta obra se observa un cuestionamiento al propio género del dibujo, ya que lo condiciona al levantamiento de una suerte de memoria gráfica del acontecimiento. No obstante, cabe señalar lo que se apunta en una de sus páginas: “La documentación de arte no es ni la presentización de un suceso de arte pasado ni la promesa de una obra de arte venidera, sino la única referencia posible a una actividad de arte que de ningún modo podría ser representada de otra manera que no fuera mediante esa documentación” (Boris Groys).
4.- Los ocho yoes que no conocía o las múltiples representaciones de mí mismo y mi persona (René Ponce)
La construcción identitaria y la relación con la otredad constituyen los ejes conceptuales que permiten a René Ponce producir una estrategia relacional para la ejecución de esta obra, la cual puede conducirnos a reflexionar sobre la manera en que nos constituimos como individuos frente a la sociedad que nos condiciona. Cada uno de los retratos que conforman esta obra fue realizado por distintos dibujantes de oficio (como los que laboran en parques y otros lugares públicos), quienes confirieron su destreza singular a cada imagen resultante.
Las distintas representaciones de un mismo rostro, realizadas por cada uno de los artesanos contratados, nos conducen a valorar la diferencia que caracteriza los procesos de construcción de la identidad (individual o colectiva), y a re-pensar las maneras en que se conforman las múltiples representaciones de nosotros mismos y de la sociedad en que vivimos.
La propuesta además plantea un hecho insoslayable: la no obligatoriedad de la fabricación de la obra por el autor mismo, es decir, reclama para sí la posibilidad del “encargo” como un recurso artístico valido y creativo. En el caso de Rene Ponce esto significa un gesto de ironía conceptual fundamentado en la crisis del arte moderno frente a las nuevas formas de producción económica –y cultural- en las sociedades postindustriales.
5.- 1935 (Lorena Peña)
Para Lorena Peña, la Villa Rosita constituye un tema de investigación sociológica y antropológica más que una inspiración o propiamente un tema para la representación artística. La serie de pinturas que realizara en el año 2006, en las cuales utilizó como material pictórico la escarcha comúnmente utilizada para trabajos infantiles, y que le valiera una Mención de Honor en el Salón de Julio del mismo año, permite observar la mutabilidad que adquieren sus inquietudes en torno a la situación de este edificio frente al proceso de renovación urbana de la ciudad de Guayaquil.
La villa, que se había convertido en sitio de albergue para personas sin hogar o que habitan mayormente en las calles, fue clausurada con un muro que impedía acceder a ella. Ante estas circunstancias, Peña decidió elaborar una acción que fuese lo suficientemente evocativa como para ejercer una crítica radical al abandono de este patrimonio arquitectónico. Identificando la situación de la villa con la de muchos espacios (y sujetos) excluidos del proyecto urbanístico, Peña propone un gesto sutil: dibujar sobre el muro que obstruye la entrada un acceso simbólico, una puerta que metaforice la persistencia de los imaginarios colectivos.
(El video que presentamos en esta muestra, que registra la acción realizada por la artista, constituye tan sólo una parte de los documentos vinculados a esta investigación.)
6.- Paisajes (Graciela Guerrero)
La intervención que constituye el proceso inicial de esta obra fue realizada en la Balerio Estacio, una cooperativa aún en proceso de urbanización en los márgenes de Guayaquil. Las fotografías que registran los resultados de esta acción, es decir, las viviendas intervenidas pictóricamente, permiten observar la modificación del paisaje suburbano: frente a una visualidad casi desértica y neutra, característica de esta zona, aparecen ciertos guiños a la Historia del Arte (composiciones cromáticas extraídas de una pintura de Mondrian, de un diseño Talavera y de un sello Jama-Coaque).
La autora concibe esta obra como un tráfico de significados culturales, ya que su intención radica en re-contextualizar textos artísticos en un espacio donde adquieran otros significados, y posibiliten nuevos entendimientos. El procedimiento de des-contextualización y re-contextualización, que aparece como una estrategia del arte posmoderno desde los años sesenta, constituye un referente importante, pero no determina los valores contextuales que adquiere esta obra, ya que aquí se potencian elementos de lo social (la participación con los habitantes de la zona), lo cultural (el tipo de “arquitectura” doméstica popular), lo ético (la utilización del otro como elemento fundamental en la obra, es decir, la utilización del desconocimiento del otro sobre materia de arte para el funcionamiento efectivo de la obra) y propiamente lo estético (la transformación visual del paisaje).
Una vez terminada la intervención, las evidencias fotográficas, a cargo de Ricardo Bohórquez, posibilitan una memoria visual destinada a funcionar como documentación de arte. Para esta muestra, se pensó mostrar una de las fotografías impresas en grandes formatos, y un slide show que evidenciara los procesos de intercambio y producción involucrados.
7.- Viruta (madera de guerrera) (Romina Muñoz)
La video documentación que presentamos registra la acción realizada por Romina Muñoz durante el Festival de Artes al Aire Libre (FAAL) del año 2008. El performance consistió en la trituración de madera obtenida del proceso de mantenimiento del Malecón 2000, lugar donde se desarrolló este acontecimiento.
En un gesto de ironía conceptual, esta acción parece invertir discursos y significados vinculados al proceso de renovación urbana de Guayaquil; ejerciendo un cuestionamiento sobre el carácter normativo de las disposiciones sobre el uso del espacio público –que regulan el comportamiento del sujeto como ser social- y las consignas políticas que suelen acompañar, e intentar fortalecer, ciertos discursos oficiales –las cuales legitiman un modelo de sujeto muy específico, en detrimento de una pluralidad de individualidades. Frente al carácter genérico del lema “guayaquileño, madera de guerrero”, Muñoz invierte la intención masculinizante implícita por una versión femenina del asunto. La obra ejecuta una acción que enfrenta las políticas prohibitivas que rigen las conductas ciudadanas en los espacios regenerados: el performance produce un sonido estridente y una buena cantidad de viruta desperdigada. La fragilidad expuesta no sólo en la figura femenina de Muñoz, es decir, en su desempeño del ejercicio, sino también en su estado de embarazo, constituye de igual manera otra inversión de significados con respecto a ese ideal de fortaleza, vigor y virilidad que supuestamente debiera caracterizarnos como “guayaquileños”.
La inutilidad de su gesto conduce a valorar las posibilidades de la divergencia.
8.- Ciudadenmonos (Daniel Chonillo - Juan Carlos León)
Según sus autores, Ciudadenmonos constituye “una recopilación gráfica-antropológica de uno de los procesos de lotización y crecimiento de la periferia en la ciudad de Guayaquil”. Este archivo visual se encuentra alojado en un blog de Internet, que va desarrollándose paralelamente al proceso de crecimiento del asentamiento poblacional de la cooperativa Balerio Estacio, localizada en los márgenes de la ciudad.
La iniciativa surge como una preocupación por la manera en que se dan las condiciones de vida en los espacios periféricos (desde el punto de vista urbano), los mundos imaginados de sus habitantes, las prácticas socioculturales que tienen lugar en estas comunidades y su visualidad característica. Alejada del habitual tono de denuncia que suelen adquirir ciertas propuestas de inserción social, la obra consiste en crear un canal alternativo para la conformación de micro-relatos extraídos de la investigación directa: la observación como método científico, y la experiencia de compartir con el otro sus inquietudes, conocimientos y vivencias, como una condición necesaria para iniciar el levantamiento de memorias gráficas.
9.- El hongo Atómico (Sandra González)
Sandra González posee una capacidad imaginativa en desborde constante, esto le permite desarrollar un proceso de creación lo suficientemente estable como para permitirse la producción de proyectos de distinta índole, desde las prácticas de diseño hasta la fabricación de confites artesanales.
El Hongo Atómico, una de sus propuestas más elaboradas, constituye una suerte de bitácora creativa, un archivo multiforme de imágenes, un universo de ilustraciones visualmente seductoras e inquietantes que, de alguna manera, constituyen representaciones, referencias o alusiones a los ejercicios creativos de su autora, o a sus vivencias personales. Como práctica de arte, “pervive” en los predios virtuales funcionando en un formato de blog, propuesto como el marco de varios relatos de diversas procedencias: dibujos e ilustraciones, reseñas de acontecimientos, algunos links de interés, publicidades de productos alimenticios, propuestas de diseño para libros, banners, papel tapiz para escritorio, etc.
En esta muestra, se presentan algunas ilustraciones, bocetos y dibujos que evidencian el trabajo de producción inicial que da origen a las imágenes que habitan en el blog de internet, las cuales, photoshop mediante, transforman los trazos hechos a lápiz en información binaria dispuesta a circular en el espacio virtual.
10.- Gerry (Machalo - José Cabrera - Jorge Oña)
Gerry constituye una práctica editorial independiente impulsada por Machalo Coronado (director), con la contribución de José Cabrera y Jorge Oña, entre otros colaboradores. Entre las secciones que conforman la revista, se incluye “Interviniendo”, en la que se presentan propuestas artísticas de intervención en espacios públicos; “El Cubo Blanco”, que registra las acciones de este personaje desarrolladas a manera de performance en la ciudad de Guayaquil; y una dedicada a las personas que se retratan con el “cartel-fetiche” de Caja 4.
En esta muestra, se presentan (1) registros fotográficos de la obra Restauraciones de David Palacios (también estudiante del ITAE), presentada en el FAAL del 2009, en la que el autor recopiló materiales del antiguo malecón Simón Bolívar para crear una propuesta escultórica; (2) la obra de un grupo de jóvenes inquietos titulada Señalética, que fue realizada en la Calle Venezuela, y que consistió en “dibujar” -o graffitear- la flecha que se utiliza para dirigir el tráfico vehicular sobre el asfalto; (3) la acción del Cubo Blanco en La Bahía de Guayaquil, (4) e inmerso en un paisaje natural totalmente desnudo; y (5) fotografías de Caja 4 en Cuenca y Nueva York.
Los ensayos fotográficos que conforman esta selección se centran en prácticas de arte propiamente; pero cabe resaltar que Gerry prioriza, de forma reiterada, los retratos de personas en su cotidiano vivir, es decir, enfatiza el carácter subjetivo de la acción documental, para lograr un acercamiento más íntimo con los involucrados en cada ejercicio creativo.
11.- Memorias del Cerro (Santiago Sojos - Jimmy Lara - Sandra Coronel)
A través del género documental, afincándose particularmente en entrevistas, los autores de este video intentan recuperar las memorias (casi perdidas) del Cerro Santa Ana. El documental se construye como un relato verbal de un lugar extinguido, que ya no existe sino sólo como recuerdo, anécdota y vivencia personal destinada a ser memoria del pasado histórico. La poesía popular, las fiestas y las peleas constituyen temas narrados por los entrevistados, en cuyas pláticas se advierte cierta nostalgia con relación a la nueva dinámica turística de este lugar.
La intención de rescatar relatos particulares -narraciones íntimas- apunta a un cuestionamiento de los discursos oficiales que constantemente presentan este lugar como un “barrio bohemio”, dejando a un lado los imaginarios colectivos que persisten aún a pesar de las transformaciones de la visualidad urbana.