Carne
que come carne
Acrílico / tela
148 x 224 cm.
2013
Global Desperdicios
Pan pita con impresiones de tinta
Instalación (detalle)
2013
Alguna
forma de reproducción
(tríptico)
Acuarela / cartulina
23 x 20 cm.
2013
Sin
título
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
La
historia se come el tiempo
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Sin
título
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Circulo
de proteínas
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Proteínas
ascendentes (a veces el remordimiento)
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Cuatro
puntos en el espacio con trama orgánica
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Carne
que come carne
Mixta / cartulina
75 x 110 cm.
2013
Registro fotográfico: Rodolfo Kronfle Chambers
"La obra tenía que nacer en esta ciudad"
Entrevista vía chat con
Entrevista vía chat con
Marcos
Restrepo (Catarama, Prov. Los Ríos, 1960).
24 de septiembre de 2013.
Rodolfo Kronfle Chambers: Marcos, ha pasado más de una década
sin que te hayas animado a realizar una muestra individual a pesar de que –como
has señalado- nunca dejaste de producir. Hay cuestiones en lo formal que
son recursos que distinguen tu trabajo hace mucho tiempo, como los fondos con
patrones distribuidos racionalmente y, superpuestos a estos, formas orgánicas o
ciertos repertorios simbólicos ordenados como grafías más complejas. Es un
estilo muy característico tuyo, pero sin embargo lo encuentro actualizado
dentro de una nueva atmósfera cromática, un empleo de recursos visuales más
seductores si cabe el término…tal vez el punto de inicio sería aquella pintura
(“El efecto de algunos deseos”) que obtuvo el segundo
premio del Salón de Julio del 2011. Cabe la pregunta igual sobre qué cosas
se mantienen como constantes en tu trabajo y qué cosas notas que se incorporan,
de ser el caso.
Marcos Restrepo: Es producto de estar metido en la búsqueda de
nuevos recursos, el arte contemporáneo y las nuevas tecnologías te permiten
tener mucha posibilidades. Siempre me ha
caracterizado la búsqueda, el ser inquieto, el no querer quedarme en lo ya
descubierto para mi obra, como tuve un tránsito bastante importante en el
informalismo aprendí a manejar el espacio, que cuando vienes de trabajar una
obra figurativa te cuesta mucho desenvolverte como pez en el agua en ese mismo
espacio pero con diferente lenguaje; es como volver a aprender a caminar, siempre
voy incorporando nueva simbología a mi obra, el tratamiento cromático es una de
las incorporaciones, válido para este nuevo proyecto, los colores planos pidiéndole
prestado al comic y al manga japonés, con esto no quiero decir que soy el
primero en utilizar estos recursos.
RK: Cuéntame un poco sobre la carga
semántica que se desprende de estos elementos que durante mucho tiempo has
empleado como leitmotiv, sobre la densidad simbólica que les otorgas: la carne,
los huesos, los estómagos…la reflexión en torno a la naturaleza del hombre que
invocas en el título de la muestra…
MR: No es nuevo el decir que la obra es el reflejo del individuo
que la produce, la utilización de simbologías como el estómago responde a momentos
de mi vida; el estómago es el receptor de los deseos y negaciones del mundo que
nos rodea, las experiencias positivas y negativas a la vez que la carne y los
huesos son una metáfora que habla del hombre, sin llegar a la utilización de la
imagen de éste Ser.
RK: Quiero aprovechar para que me des tu
perspectiva sobre la escena local, tomando en cuenta que como profesor de
pintura en el ITAE has seguido muy de cerca los procesos de consolidación del
arte contemporáneo. Coméntame un poco sobre cómo has visto este desplazamiento
y qué tan sólida e interesante encuentras la nueva producción. La mirada que tú
puedas tener me resulta pertinente considerando un hecho que quisiera
contrastes: tú perteneces a la primera generación de “contemporáneos” de la ciudad,
pero lo que lograron en los ochentas como Artefactoría, y en el plano
individual, sin embargo careció de las plataformas necesarias para que pueda
proyectarse con un efecto más extendido y con consecuencias concretas como hoy
sucede. Creo que por todo lo que Ustedes tenían en contra tiene mucho valor lo
que hicieron en ese ambiente de territorio baldío que a nivel de cultura
contemporánea era Guayaquil, con las meritorias excepciones que confirman la
regla. Son varias interrogantes pero te puedes extender cuanto quieras.
MR: Durante el transcurso del día ha estado latente ésta reflexión
con respecto al tiempo y al medio que nos tocó vivir; Guayaquil en aquellos
tiempos era una ciudad extremadamente dura, la mediocridad del medio nos hacía
avanzar a pasos de tortuga, a lo largo de mi carrera amigos y allegados me
aconsejaban de salir a trabajar a otro país, siempre me negué porque pensaba
que la obra tenía que nacer en esta ciudad. La Artefactoría no habría hecho lo
que hizo en otra ciudad o en otro país, esta ciudad que nos negaba el
desarrollo como artistas nos brindaba la posibilidad de abrir nuevos caminos en
el arte ecuatoriano. Las nuevas generaciones de artistas tienen el camino
desbrozado, con la creación del ITAE las posibilidades de tener acceso al
conocimiento están ahí, tienen Salones de arte contemporáneo donde poder
mostrar su obra, galerías especializadas en arte contemporáneo que promocionan
su obra dentro y fuera del país, y hay una crítica especializada, todo está
dado para poder desarrollarse de una manera cómoda.
RK: Vale, ¿pero como ves la producción local de las generaciones
más recientes tomando en cuenta esta plataforma de diversos agentes con que
ahora cuentan?
MR: Buena la pregunta, esperaba que me la hicieras. Las nuevas generaciones
son deudoras del duro camino transitado por La Artefactoría, si bien es cierto
en la década de los ochenta la dificultad de tener acceso a la información no
nos permitía desarrollar de la manera como lo hacen los jóvenes en estos
tiempos, veo en los nuevos artistas, en el caso de los jóvenes salidos del
ITAE, que aún no se han desprendido de los trabajos de clase, y pienso que hay
que tener mucho cuidado con todo ese caudal de información que nos llega por
Internet.
Autorretrato de Marcos Restrepo a los 25 años
Mixta sobre papel / 16 x 14 cms / 1985
Colección Centro Cultural Río Revuelto
Museo del Río Fund / Private Endowment for Peripheral Art Practices
RK: He notado que alguno que otro artista de tu generación ha
demostrado con gestos de diversa índole (que van desde la falta de interés
hasta la crítica frontal) lo que a muchos a través de la historia les ha
pasado: un miedo generacional, un recelo a la atención que toda nueva generación
despierta en el público. Sin entrar en detalles de nombres, ¿crees que este
fenómeno existe? ¿crees que existe una legitimación demasiado temprana de
ciertos procesos? ¿un entusiasmo desmedido por las primeras incursiones de los
más jóvenes? Yo lo interpreto como una suerte de sistema de protección del
capital simbólico que artistas con mayor recorrido han acumulado y que se
muestran recelosos de compartir. Creo sin embargo que existen artistas que
ciertamente se muestran más generosos que otros en este sentido, también los
que no se los percibe muy transparentes con su apoyo. ¿En términos generales
cómo ves tú esto? ¿En lo personal sientes que debe concebirse la escena como un
sistema de competencia? ¿Crees que en efecto algunos artistas que ya bordean
los 50 años se sientan amenazados por los que vienen detrás?
MR: Pienso
que es normal que artistas que se creían estar en el top de la pobre escena artística de nuestra ciudad sientan
trastocados sus pedestales; pedestales construidos por una incipiente escena, lo
rescatable de los ex miembros de La Artefactoría es habernos despojado de ese
halo de super artistas que no lo tenemos para tomar una actitud responsable
hacia las nuevas generaciones de jóvenes que quieren estudiar arte. Si, es
cierto que hay una legitimación muy temprana de los procesos de jóvenes que
están incursionando en el arte, podría ser contraproducente y cortar con el
normal desarrollo del individuo creador. La competencia es sana y es normal en
toda actividad del hombre, lo que está mal es la competencia desleal, que a mí
me ha tocado vivirla y sufrirla con los mismos compañeros de grupo.
RK:
¿A que tipo de competencia desleal te refieres Marcos?
MR: Llamo
desleal al individuo que intenta pasar por encima tratando de menospreciar tu
trabajo con el fin de consegiuir que le presten atención o reconocimiento.
RK: ¿Cómo se diferencia el Marcos
Restrepo de mediados de los ochentas al Marcos Restrepo de hoy? ¿Cambian los
intereses, las circunstancias, los contextos?
MR: ¡Muy
bien! no creo que haya diferencia, lo que creo es que hay una gran madurez con
respecto a mi vida frente a mi obra, y también en lo personal, eso lo notas en
la muestra; los intereses en lo que tiene que ver con mi obra siempre me van a
acompañar de la mano hasta mis últimos dias, las circunstancias y los contextos
están sujetos a cambios en el tiempo.
RK: Te agradezco Marcos por el tiempo y
tus respuestas.
PRENSA:
http://www.larepublica.ec/blog/cultura/2013/09/12/galeria-dpm-inaugura-carne-que-como-carne-de-marcos-restrepo/
Por R odolfo Kronfle Chambers
Este proceso de irradiación genera a la vez, en mi opinión, nuevos procesos
de producción y discusión que literalmente mantienen al arte vivo y que
llegando a los picos de una curva evolutiva crean lo que se conoce como una
escena.
La promoción y el comercio del arte responden, con extrema sensibilidad, a los
procesos económicos del país, razón por la cual para todos es conocido el ir
y venir de varias galerías en la ciudad de Guayaquil. El hecho de que la
Galería Madeleine Hollaender se haya mantenido tanto tiempo, siempre ha provocado mi asombro y respeto, y este fenómeno sólo lo explico como algo que únicamente puede
lograrse con el mayor de los amores y la más estoica de las convicciones.
Son 25 años de ejercer una profesión que le da un nuevo sentido al desgastado estribillo de "por amor al arte".
http://www.larepublica.ec/blog/cultura/2013/09/12/galeria-dpm-inaugura-carne-que-como-carne-de-marcos-restrepo/
Reseña de archivo publicada en El Universo (2002):
Madeleine y La Artefactoría
Para conmemorar los
25 años de la Galería Madeleine Hollaender se inauguró el día 19 del presente
una muestra que recoge parte de la obra y hechos artísticos generados por
quienes conformaron La Artefactoría. La
historia de la galería, con su determinado apoyo, corre de manera paralela a las
vidas de estos artistas, convirtiéndose en un fenómeno interdependiente en
algunos sentidos.
Esta agrupación
guayaquileña se aglutino en 1983 bajo la tutela y dirección del historiador de arte
Juan Castro y Velásquez, quien los acompañó por cerca de dos años. Bajo este membrete trabajaron Javier Patiño,
Marco Alvarado, Flavio Álava, Marcos Restrepo, Paco Cuesta y Jorge
Velarde. Por diversos motivos sus filas
fueron fluctuando hasta quedarse solo los tres primeros, quienes presentaron su
última muestra como grupo en 1989 (Caníbales).
A diferencia de
otros esfuerzos colectivos como el Grupo
Crónica español en su tiempo (1964-1981), o Los Carpinteros de Cuba en la actualidad, las obras no fueron un
producto colaborativo del conjunto, se
mantuvo siempre la autoría individual de sus obras y propuestas, lo cual
nos permite hacer distingos más objetivos entre lo exhibido.
La curaduría,
asistida por Matilde Ampuero y Fabiano Kueva, acertadamente incluye -a manera
de arqueología contemporánea- fotos, invitaciones, notas de prensa,
valoraciones y otra documentación que recoge la actividad de estos
artistas.
La Artefactoría
concretó probablemente el primer esfuerzo con relativa constancia por establecer
en el país prácticas artísticas diferentes, que ya no se centraban, como en
anteriores grupos contestatarios, exclusivamente en la pintura. Admirable esto ya que estaban en aquel
entonces desprovistos de una sólida base conceptual. De pronunciado contenido social y político su
postura era motivada además por un rechazo frontal al arte de características
decorativas y una denuncia tácita en contra de la ignorancia de sus
consumidores. En lugar de afirmarse con
características definidas su conducta era guiada más bien por lo que no querían
ser.
El grupo fue una
manifestación urbana, hicieron de la sátira materia de su arte, bajo una óptica
bizarra se mofaban críticamente del mundo que los rodeaba. Una estrategia radicalmente apartada de la
desgastada conciencia social patetista de los pintores indigenistas, que por
aquel entonces todavía estaba vigente en el mercado del arte.
A partir de 1987 el
grupo preparó alrededor de seis ediciones de su manifiesto Pasquín; aunque las declaraciones “revolucionarias” en ellos
contenidas suenen hoy en día un tanto trasnochadas, fueron sin embargo un signo
de sus tiempos (recordemos que esta era la época del grupo subversivo Alfaro Vive Carajo). En este sentido, es exquisito pues el anuncio
que publicaron en importantes diarios nacionales, en el cual invitan - con
ocasión de la visita de militares norteamericanos al oriente- a una muestra de arte (inexistente por cierto)
en Lago Agrio, la nota concluye con un ocurrente lapsus anti-imperialista: “After
exhibition please go home.”
Entre las joyas que
se desempolvaron encontramos un filme de Cuesta basado en la obra de Judith
Gutierrez (Primera revelación, Adán y Eva
en el jardín de Judith Gutierrez, 1982); realizado hace veinte años tiene
que ser esta una de las primeras piezas de video-arte producidas en el
país. Llama la atención además un pequeño
dibujo de Velarde de 1984 titulado Romería
de la Fe que ironiza la explotación comercial en torno a la canonización
del Santo Hermano Miguel. Los antiguos
collage y acuarelas de Álava valen la visita, sus nuevos ensambles lo confirman
como un prolífico arteobjetualista. De Restrepo encontramos dos buenos ejemplos
de su trabajo anterior (El Cuerpo de
Cristo de 1985 y Vendedor de Ideas
de 1984), esta obra se ha añejado bien y me hace meditar acerca de como hubiera
evolucionado su quehacer sin la progresiva adopción por el artista de un
lenguaje plástico más internacional.
De Alvarado se
destaca su reciente Sesión espiritista de
albañiles muertos (2002), instalación fotográfica suspendida del tumbado,
en que se muestra, en pronunciado escorzo, roídos cuerpos desnudos en actitud
de trance. Esta válida reflexión sobre materia y espíritu no será apta para
ojos púdicos. Por su lado, despojado de
todo recato, Patiño puso a todo el público en movimiento con la versión
completa de su instalación Zona Rosa
(2002), que incluyó esta vez una bailarina exótica y su show de striptease.
Esta exhibición, de
características museales, es de indispensable visita para todo diletante, ya que
se trata de un grupo que es referente obligado para la historia de nuestro arte
contemporáneo. Vaya con tiempo, la obra expuesta es extensa y el material
escrito merece ser leído para formarse una idea cabal de lo que este pedazo de
historia significó.
Del magnífico
catálogo, editado como memoria de las bodas de plata de la galería, transcribo
las palabras que de mí generosamente recogieron:
La labor de las
galerías en un medio como el nuestro no solo es necesaria,
es imprescindible. En un país donde el apoyo institucional a los artistas
ha sido tradicionalmente muy pobre y de trastocados criterios, han sido las
galerías los verdaderos centros de difusión de la producción artística.
es imprescindible. En un país donde el apoyo institucional a los artistas
ha sido tradicionalmente muy pobre y de trastocados criterios, han sido las
galerías los verdaderos centros de difusión de la producción artística.
Este proceso de irradiación genera a la vez, en mi opinión, nuevos procesos
de producción y discusión que literalmente mantienen al arte vivo y que
llegando a los picos de una curva evolutiva crean lo que se conoce como una
escena.
La promoción y el comercio del arte responden, con extrema sensibilidad, a los
procesos económicos del país, razón por la cual para todos es conocido el ir
y venir de varias galerías en la ciudad de Guayaquil. El hecho de que la
Galería Madeleine Hollaender se haya mantenido tanto tiempo, siempre ha provocado mi asombro y respeto, y este fenómeno sólo lo explico como algo que únicamente puede
lograrse con el mayor de los amores y la más estoica de las convicciones.
Son 25 años de ejercer una profesión que le da un nuevo sentido al desgastado estribillo de "por amor al arte".
21 de noviembre de 2002
http://www.eluniverso.com/2002/11/24/0001/262/7A847D8D14CD4968B65DE7970A4F617A.html
http://www.eluniverso.com/2002/11/24/0001/262/7A847D8D14CD4968B65DE7970A4F617A.html