viernes, mayo 13, 2011

El Salón de Julio y el sexo...

Se viene el Salón de Julio, a pesar de que la cláusula que regula contenidos sexuales en el evento ya estaba presente en las bases del Salón 2010 parece que este año ha generado más reacciones:

Entrevista al Arq. Melvin Hoyos - Director de Cultura y Promoción Cívica del Municipio de Guayaquil
http://expresiones.ec/ediciones/2011/05/02/cultura/el-salon-de-julio-deja-de-admitir-obras-sexualmente-explicitas/

Opinión de Xavier Flores Aguirre
http://xaflag.blogspot.com/2011/05/querido-calvin.html

http://expresiones.ec/ediciones/2011/05/09/cultura/artistas-rechazan-censura-previa-del-salon-de-julio/

http://www.eluniverso.com/2011/05/12/1/1380/salon-julio-debate.html?p=1380&m=1028

Artículo de opinión en Diario El Expreso
"¡Bravo, Melvin Hoyos!" por José Guerra Castillo
http://www.diario-expreso.com/ediciones/2011/05/27/opini%C3%B3n/columnas/bravo-melvin-hoyos/


Artículo de opinión en Diario El Universo
"Arte" por Nelsa Curbelo 18 mayo 2011

Artículo de opinión en Diario El Universo
"Censurado" por Bernardo Laniado-Romero  30 mayo 2011
http://www.eluniverso.com/2011/05/30/1/1363/censurado.html?p=1362&m=260

Carta del Museo Municipal a Diario El Universo 7 junio 2011
http://www.eluniverso.com/2011/06/07/1/1366/museo-municipal.html?p=1366&m=1591

Las opiniones son bienvenidas, como siempre solo se publican las que contengan argumentos articulados y no sean ofensivas....

Pregunta: Si el diario con mayor tiraje del país circula una imagen de "un moreno violando a un niño"(como señala la primera entrevista) ¿porqué se censura exactamente la misma imagen convertida en escultura cuando lo que hace esta segunda sería precisamente criticar la circulación incuestionada de la primera? ...sin palabras!
 
Caricatura del Diario Extra bajo el titular: "Lo violó todo el día dentro de un carro!"
Graciela Guerrero, Lo violó todo el día dentro de un carro!, 2009
Foto Cortesía Ricardo Bohorquez

Opinión de X Andrade en marzo del 2010:
http://www.telegrafo.com.ec/zonaciudadana/firmaancla/archive/zonaciudadana/firmaancla/2010/03/11/Polic_ED00_a-moral.aspx

Opinión de Arq. Melvin Hoyos en la página de Facebook del Museo Municipal:

Guayaquil, 31 de mayo de 2011

EDITORIAL

Pornografía barata disfrazada de arte imposibilitada de participar en el Salón de Julio

En los últimos días ha causado gran revuelo la disposición de no aceptar obras de arte con temas sexualmente explícitos dentro del concurso que por 52 años viene organizando el Museo Municipal bajo el nombre Salón de Julio Fundación de Guayaquil.

Y el revuelo al que hago referencia está protagonizado por aquellos que de una manera realmente incomprensible no entienden que la pornografía barata no puede, ni debe seguir siendo aceptada como un ingrediente indispensable para la creación de una obra de arte contemporánea.

He leído con preocupación que un conocido intelectual de nuestro medio dice en su blog que, si el Diario Extra había publicado la imagen de un niño siendo violado por una persona de color, el Museo Municipal debía aceptarlo...(¿?); ¿O sea que todo lo que los diarios publiquen, así estén equivocados, el Museo de la ciudad tiene que aceptarlo?

Francamente creo que este argumento no tiene ningún sustento y en consecuencia no debe ser tomado en cuenta.

La nueva clausula, incluida dentro de las bases del concurso, que tiene relación con el tema que nos ocupa, lo único que persigue es mejorar  las características del Salón y ayudar a los artistas a encontrar un derrotero en el que el arte se reencuentre con el millón de posibilidades que  posee para expresarse y dar a conocer así las inquietudes del artista.

¿Es que es imprescindible que siga siendo ingrediente indispensable la pornografía barata?... ¡ Nosotros pensamos que no!. Pero el hecho de que el Museo Municipal no acepte mas este tipo de obras no quiere decir que los artistas que gusten de ellas no puedan seguir creándolas.  Aquí no estamos, ni bloqueando la libertad de expresión...(¿?), ni  creando reglas y leyes que sean aplicables para  todas las entidades artísticas y culturales del país. Solo será el Museo Municipal de Guayaquil en donde se apliquen estas disposiciones pues esta entidad se debe a una gran comunidad en la que los intereses de la mayoría no pueden seguir  supeditados a los de una minoría que pretende imponer sus propias reglas y sus muy peculiares gustos.

Atentamente,

Arq. Melvin Hoyos Galarza
DIRECTOR DE CULTURA Y PROMOCIÓN CÍVICA

c.c: Peggy Artieda – Relaciones Públicas


Artículo en La Revista (Diario El Universo)
"Obras Prohibidas" por Bernardo Laniado-Romero 5 junio 2011
Río Revuelto aplaude la iniciativa (de hecho la recomendó hace años en tiempos de la Lic. Olga Guerra) ya que las actuales instalaciones y el perfil histórico-didáctico del Museo no son los más adecuados para un centro de arte contemporáneo.  La noticia la incluyo en esta saga sobre el Salón ya que en la nota de prensa hay una alusión a la polémica que han suscitado las bases:

"Hoyos agrega que luego de que se inaugure el museo, los trabajos ganadores del Salón de Julio se expondrán allí, por lo que “sus curadores y las personas que lo manejen podrán revisar las bases, pero siempre teniendo la consigna de que la obra deba tener un valor artístico. El problema es que el Museo Municipal de Guayaquil ahora no puede admitir obras con contenido sexual explícito al haber casi a diario, en sus instalaciones, actividades para niños, y también es una contradicción que se muestren propuestas de fuerte contenido sexual frente a la Sala de Arte Sacro”."


21 de junio del 2011
El chocolate se espesa:
  
Carta de Hellen Constante (ganadora Salón de Julio 2001) publicada en El Universo 27 junio 2011 :
lunes 27 de junio del 2011 Cartas al Director

Salón de Julio

En días anteriores se abrió una polémica sobre las bases del Salón de Julio. En una de sus cláusulas, el Salón limitó el uso de gráficos y lenguaje sexualmente explícitos después de haber recibido composiciones con desecho biológico producido durante coitos. Se resolvió esto para establecer un marco referencial claro que permita la inclusión de un mayor número de obras y hacer del Salón un espacio para un público amplio. Esta decisión está en concordancia con la misión del Salón y tuvo un voto unánime.

Sin embargo, pese a que la normativa tiene amplias ventajas para la comunidad de artistas como para la sociedad guayaquileña en general, ha habido un fuerte activismo político en contra de esta disposición. El asunto ha llegado a la desafortunada comparación de esta normativa al referirla entre las dispuestas por regímenes totalitarios o fundamentalistas; me permito presentar por qué el argumento es inválido, y luego los beneficios de esta normativa. El Museo Municipal es solo un agente más de promoción cultural. Esto implica que no está en sus facultades definir qué es arte ni crear un espacio para redefinirlo en caso de ser necesario. Su labor se limita a la promoción de la oferta artística.

Es decir, crea un espacio público para que permita la interacción de los artistas con la ciudadanía. En cambio, un régimen totalitario sí tendría una agenda cultural que proponga una visión artística determinada. En este caso sus agencias son encargadas de establecer al menos los términos de la composición. Este no es el caso del Salón. De lo anterior se sigue que el Museo Municipal no puede censurar ninguna obra. La labor de las comisiones se limitan a ‘seleccionar’ obras que están acordes con unas bases de concurso hechas públicas y bajo el fiable criterio de artistas calificadores.

Si alguien dentro de las comisiones se siente incómodo o cree que una composición es “indecente”, es un asunto irrelevante.

De otra manera, apenas se podría juzgar la calidad de los jurados. El Salón de Julio es un espacio público. Esto significa que es un lugar común para un público amplio. Las bases del Salón se realizan pensando en esta realidad. Si bien la comunidad artística tiene la libertad de entrar en periodos experimentales, el espacio público siempre tiene reservas. Esto se debe a que el arte en público refleja una forma aceptada de expresión y en sí, una actividad que vincula a todos incluyendo a personas sin criterio formado. Es en esta reserva que la experimentación debe hacer buen uso de la persuasión para trasmitir su mensaje. El uso de desechos, tras un acto sexual, y material sexual explícito, no es persuasivo bajo el contexto histórico que viven los guayaquileños. Estas obras excluyen a las personas que con menor criterio hacen uso de las instalaciones del Museo.

Es por esta razón que el argumento de los que censuran es inválido, en cambio si fueran consistentes, deberían preguntarse por qué sí quieren imponer su criterio artístico sobre el resto de la comunidad; a su vez, por qué quieren excluir a la sociedad guayaquileña de su Salón para limitarlo a un grupo minoritario.

El Salón de Julio no es un evento privado y no puede ser dominado por un pequeño sector que busca imponer su criterio al resto de la ciudadanía, aunque en la misma comunidad artística puedan tener reputación. La historia siempre se encargará de juzgar nuestros trabajos.

Hellen Constante,
artista plástica, Samborondón

Opinión de Henry Raad (articulista y ex concejal de Guayaquil) del 26 de junio 2011:

SEXUALMENTE EXPLÍCITO

El Salón de Julio es un importante concurso pictórico que al estar organizada por el Municipio de Guayaquil queda expuesto a los avatares políticos, a más de los derivados de las intemperancias o extravagancias de los artistas sin los cuales un artista posiblemente deje de serlo.
El primer premio recibe 10.000 dólares, el segundo 6.000 y el tercero 4. 000 además del reconocimiento curricular que es lo mejor de todo. Sin duda que quien concursa busca su importante recompensa, caso contrario puede aspirar solamente a protagonizar su escándalo para de esta manera estar en la boca de todos durante un cuarto de hora. Para evitar que esto suceda hay que tener mucha sabiduría al redactar las bases del concurso.
Lastimosamente sabiduría es lo que le faltó a quienes redactaron los siguiente “La temática y técnica es libre. Sin embargo, no se aceptarán propuestas que presenten lenguaje y/o gráficos sexualmente explícitos”. ¡Vaya contrasentido y metida de pata puritana! Si es libre, es libre y por tanto no se puede a renglón seguido limitarlo, peor aún metiéndose en un terreno aún más complicado, como es esto de tener que explicar que es esto de los “gráficos sexualmente explícitos”.
Quiero entender y en uso de la razón me pregunto: ¿El órgano reproductor graficado es de por sí sexo explícito? ¿Se incluye en el término la representación gráfica de senos o nalgas? ¿Se incluyen posturas o besos con lengua o sin ella? ¿Y si se incluye un ano defecando en un piano? ¿Y si se trata de un pintura que muestre a una mujer en pleno parto, o quizás solo lactando a su pareja sin que se vea explícitamente partes del órgano? Vaya lío en que se ha metido el Director del Salón a quien invito a debatir al respecto. ¿Qué gana el arte o la ciudad con un concurso de pintura asexuado? ¿Puritanismo o evitar las vulgaridades? De lo primero todos los artistas estarán inconformes. De lo segundo se ocupará el Jurado.
Quien redactando lo que redactó, además de meterse en la boca del lobo, debió ser muy claro explicando hasta donde se aplica eso de “sexo explícito”, porque de no hacerlo está dando lugar a interpretaciones implícitas que están en el interior de su propio cerebro. ¿Comprenden? Debería haberse enumerado todo lo que comprende aquello del sexo explícito. Por ejemplo “quedan prohibidos de graficar, tetas, nalgas, órganos reproductores de seres humanos, burros, caballos, etc, etc , además de escenas que causen lascivia, lujuria, voluptuosidad, concupiscencia o incite al libido. Una lista interminable.
Me molesta el criterio con el que ya se ha opacado al Salón de Julio 2011. Y lo digo en mi calidad de ex concejal que redactó y presentó la Ordenanza de Espectáculos Públicos aprobada por el Concejo Municipal el 17 de marzo de 1.993, mediante la cual se eliminó la censura previa que tradicionalmente regía desde tiempos coloniales para efecto de autorizar todo tipo de espectáculos. Dieciocho años más tarde encontrar un pensamiento regresivo en la convocatoria del Salón de Julio, es decepcionante.
Y no vengan con aquello de que el Director del Salón tiene facultades implícitas para poner limitaciones al organizar un Concurso en casa propia. No señor. No es un concurso privado sino de la ciudad, financiada y pagada por todos. ¡Cuidado replicar con ese criterio!
Ya ha sucedido una situación inadecuada con el Salón de Julio. Fue cuando Hernán Zuñiga en 1.994 expuso “La adolorida de Bucay” que contenía una enorme ofensa religiosa con la imagen de la Madre Dolorosa, utilizando el rostro de Lorena Bobbit quien blandía en sus manos un pene y un cuchillo. Entró a concurso. Monseñor Larrea Holguín solicitó su retiro y el Director del Museo, Paco Cuesta, se negó a hacerlo en uso de sus facultades como Director del Salón. La obra fue retirada por orden directa del alcalde León Febres Cordero, y por esos quedó perennizada en el recuerdo.
Riesgo van a ver para situaciones inadecuadas. Eso es una cosa. Habrá manera de manejarlos. Toda una otra cosa es el error irreversible conceptual ya cometido en la convocatoria, que entre otras cosas impediría que “La Maja Desnuda” de Goya, pudiese participar en el evento, o “La Mujer Durmiente" de Renoir, que a mí me excita enormemente.

El Mirador

Se salvaron Goya y la Maja Desnuda

Si la decisión de presentar a La maja desnuda dependiera de Melvin Hoyos, el Prado, Madrid y el mundo se perderían de verla.
Resulta que esta pintura, hecha por encargo entre los años 1790 y 1800 retrata a una hermosa mujer desnuda, -gordita, como les gustaba en esa época, antes de la incursión de Twiggy en las pasarelas y de la anorexia y la bulimia como modelo a seguir -, recostada mirando directamente al observador.
Era 1800 y la maja, no solo miraba, sino que, horror de horrores, aparece sonriente y feliz de mostrar sus encantos tal como la cigüeña la trajo al mundo, pero, aun hay mas, el desadaptado de Goya, presentaba por primera vez en una obra de arte el vello púbico. La santa inquisición en 1814 secuestro a la pobre maja por "obscena" y le inició un juicio a Goya quien se salvó, por que en esa época, igual que en estos días, "el que tiene padrino se bautiza", y el padrino de don Francisco eran nada mas y nada menos que el cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga, un pelucón pero de los "buenos" y con acceso directo al círculo rosa de esos tiempos.
La obra se la mantuvo durante muchos años fuera de los ojos del gran público, en una sala reservada y de acceso restringido en la Real Academia de San Fernando y recién a inicios del siglo pasado, en 1910 se la presentó en el Prado.
Así es la cosa mis amigos, uno repasa la historia y sonríe pensando en lo ridícula que era la censura, a todos igual que ahora, les encantaban los desnudos, pero tapiñados, solo los iluminados tenían acceso al cuartito de atrás, los demás, a ver La maja vestida, que era la misma pelada pero con ropa.
Menos mal que Melvin no trabaja en el Museo del Prado.


 MELVIN HOYOS RESPONDE A HENRY RAAD:

Carta pùblica: Melvin Hoyos responde a Henry Raad

de Museo Municipal de Guayaquil, el Lunes, 27 de junio de 2011 a las 18:11
Estos trabajos han sido expuestos en distintos momentos en el Museo Municipal de Guayaquil, cuando este aùn no contaba con una clausula en las Bases del Salòn que evitarà la inscripción   de  este tipo de obras.

¿ Le parece a usted que los niños que acuden al Museo Municipal vean este tipo de trabajos?.. Esto sucederà si se elimina la clausula que en lo futuro evitara su presentación  en el Salón de Julio.
En el pasado , estas obras fueron calificadas y evaluadas por jurados que permitieron su exposición. ¿ Cree usted que ellos acertaron al permitir que estas estén colgadas en las paredes del Museo y que jóvenes, niños y ancianos las tengan que  observar?
El Museo es un espacio de uso público y usted sabe mejor que nadie que su estructura arquitectónica no permite crear una sala especial a la que puedan asistir adultos y  personas con criterio formado. Aquí todo lo que se expone es visto por el público en su totalidad.
¿ Como evitar que esto sea observado por gente que no podría entender lo que los “ artistas “ intentaron decir… O por niños que se llevarían una idea totalmente errada de lo que es el museo y de su verdadera función?
Me gustaría conocer su respuesta a esta inquietud, puesto que la clausula en mención nada tiene que ver con los desnudos, ni con los besos con lengua, ni con la visión de los órganos genitales, etc. Y entiéndase que esta etcétera se refiere a imágenes normales que son completamente ajenas a imágenes en las que se ve relaciones sexuales visiblemente explìcitas; y relaciones con animales y  toda clase de aberraciones pintadas respaldándose en la libre expresión y tomando de bandera “la libertad de la que el artista debe gozar para expresar lo que siente y lo que piensa”.

Una cosa es que el artista haga lo que hace y otra el que todos tengamos que estar obligados a verlo…

Me gustaría conocer señor Raad, su opinión al respecto.
Mi teléfono es 2599100 ext.7301 y 7402
Dirección de Cultura y Promoción Cívica
Municipio de Guayaquil
Atentamente,

Arq. Melvin Hoyos Galarza

RESPUESTA DE HENRY RAAD A MELVIN HOYOS 28 JUNIO 2011:

RESPUESTA A CARTA ENVIADA POR FACEBOOK A MI POST “SEXO EXPLÍCITO”
Gracias por aclararme el alcance de lo que usted entiende con aquello de SEXO EXPLÍCITO. Mejor hubiese sido expresarlo así directamente. “En el Salón de Julio quedan prohibidas e las imágenes en las que se ve relaciones sexuales; y relaciones con animales y toda clase de aberraciones”. Es una evidente mejora gramatical que evita las subjetividades en las que podría caer un jurado que piense por ejemplo que un pene erecto es por sí solo una expresión de “sexo explícito” y no una simple manifestación de un deseo orgánico. Hablamos ya, y solamente, de relaciones sexuales normales y peor si son aberrantes.
Gracias a esta mini polémica ya hemos logrado un buen avance para pulir las bases del siguiente Salón de Julio, posiblemente el último que usted presida. Ojala que quienes le precedan aclaren un poco más aquello de las aberraciones para evitar las subjetividades que da lugar el uso de esa palabra también de muy amplia interpretación. Posible terminen entendiendo que es mejor no prohibir ni condicionar ninguna expresión artística, aberrante que esta sea a juicio de quien se crea juez de su alcance o su concepto.
Hasta aquí en cuando al uso del idioma castellano y la claridad de las ideas.
En cuanto a la existencia o no de prohibiciones en un Salón de pintura no me convencen sus argumentos que se sustentan en la protección de los niños y peor de los ancianos. Los niños tienen curiosidades que les plantea su propio cuerpo y desde que lactan empiezan su búsqueda de cómo es que se reproducen las especies. Es inevitable. Mejor verlo en un Museo que en la televisión, el Internet, o en alguna revista pornográfica. En cuanto a los ancianos le aseguro estimado Melvin, que yo entre ellos encantado de ver acción en los museos antes que sentirnos petrificados como parte de ellos.
Discrepamos y seguiremos discrepando en cuanto a las cosas del sexo y a lo usted denomina “aberraciones pintadas respaldándose en la libre expresión y tomando de bandera la libertad de la que el artista debe gozar para expresar lo que siente y lo que piensa”. Bonita frase, pero porque es sonora más no porque no se contradiga. El artista debe gozar de toda la libertad para expresar lo que piensa y siente. Usted lo ha dicho y eso es precisamente el fondo del contenido de mi entrega. La palabra libre es clara, no equívoca y nadie puede desdoblarla.
El jurado finalmente debe tener libertad también para que no lo limiten de antemano. Un jurado que se considere, no aceptaría juzgar lo que antemano está juzgado por quien convoca a un Salón artístico. ¡Así funciona el arte, amigo Melvin! Sino, no evoluciona. La libertad causa problemas, pero privar de libertad no los soluciona.

¡ REFLEXIONA MUCHACHO, AÚN ESTAS A TIEMPO!

de Melvin Hoyos, el miércoles, 29 de junio de 2011 a las 14:08
¡ REFLEXIONA MUCHACHO, AÚN ESTAS A TIEMPO!

Confusión y desconocimiento es lo que se evidenció en la audiencia del día de ayer ( 28 de junio del 2011) cuando un grupo de jóvenes manipulados por el señor Xavier Flores llegaron al Palacio de Justicia de Guayaquil, sin saber lo que defendían, hasta que vieron el tipo de  cuadros pornográficos que el Municipio trata de evitar que participen en el Salón de Julio “ Fundación de Guayaquil”.
Curiosamente, el señor Flores comenzó a preocuparse por los niños después de haber defendido a raja tabla, el que exista un lugar en donde puedan exponerse obras como la escultura de un niño cuando es violado por un adulto -  Hecho real, no ficticio -, que afecta a una criatura de nuestro pueblo y a toda su familia. A Flores ESTO NO LE INTERESA, lo que le importa es que la pornografía se enseñoree en nuestra sociedad, así le haga daño a nuestros niños y nuestros jóvenes.
Si alguien miente en este tema es este individuo a quien alguien le ha hecho creer que es dueño de la verdad en todo, aunque que “ su verdad” le haga daño a los que menos fuerza tienen para defenderse de su ataque.
Es clara su estrategia; desinforma, tergiversa y utiliza la ley a su antojo para manipular a quienes, con buena intención buscan un espacio dentro del arte contemporáneo para que sea ocupado por el arte erótico.
Flores confunde y se confunde, su pequeña claridad mental, lo mueve erráticamente en un campo que desconoce pero que su megalomanía evita que tome conciencia de su limitación.
Y es que hasta museógrafo ha llegado a creerse, al pensar que dentro del Museo Municipal se pueden realizar reestructuraciones físico-  espaciales para formar una nueva sala y en ella colocar toda la pornografía que él pretende hacer creer que es arte.
Realmente es lamentable que un joven que puede canalizar todo su potencial en algo más constructivo se haya entregado de lleno a la tarea de hacer daño al arte, a nuestra gente, pero principalmente a nuestros niños…
¡ Reflexiona muchacho, aún estas a tiempo !

Melvin Hoyos Galarza


RESPUESTA DE XAVIER FLORES:


Y así osa llamarse "historiador"

7.06.2011

Calvin Huecos (AKA, “Melvin Hoyos”) escribió una nota en su página de facebook titulada “reflexiona muchacho, aún estás a tiempo”. Como buena parte de lo que Calvin ha dicho sobre este tema de la censura previa, su nota está llena de mentiras y de equivocaciones. ¿Mentiras y equivocaciones anteriores?: se las puede observar en la Demanda (Pág. 2-4) con su respectiva y sustentada refutación.

Según Calvin en su nota, “un grupo de jóvenes manipulados por el señor Xavier Flores llegaron al Palacio de Justicia”. Primera mentira: en realidad, cada cual asistió porque quiso (de hecho, yo llegué solo a la audiencia) y la única difusión que se hizo fue a través del twitter y de www.gkillcity.com. Luego dice Calvin, “curiosamente, el señor Flores comenzó a preocuparse por los niños después de haber defendido a raja tabla, el que exista un lugar en donde puedan exponerse obras como la escultura de un niño cuando es violado por un adulto”. En realidad, otra mentira. La preocupación por los niños estuvo desde el principio y puede leerse en la demanda que lo que se buscaba era la conciliación de “la obligación de ‘protección moral de la infancia y adolescencia’ con el derecho colectivo o social de todas las demás personas a conocer las ideas, opiniones e informaciones que se involucran en esas expresiones artísticas y a juzgarla por sí mismas” (Demanda, Pág. 15). La confusión de Calvin es tal que supone que la existencia de un lugar “donde pueda exponerse obras como la escultura de un niño cuando es violado por un adulto” al cual se restrinja el acceso a niños y adolescentes no es protegerlos adecuadamente (es, además, la manera legítima de protegerlos de acuerdo con las obligaciones internacionales del Estado establecidas en el artículo 13.4 de la Convención Americana). Esto, Calvin no lo comprende. Es de suponer que, según Calvin, sólo puede protegerse de verdad a los niños y los adolescentes cuando también se censura a los adultos la posibilidad de juzgar por sí mismos. Cualquiera podría entender que para proteger a unos (los niños y adolescentes) no es necesario privar a otros (todos los adultos) de su derecho a tener un juicio propio sobre una obra de arte, por sexualmente explícita que ésta sea (no por nada es adulto, ¿no?). Cualquiera lo podría entender, menos Calvin. Él está negado.

Por cierto, la “escultura de un niño cuando es violado por un adulto” que tanto horroriza a Calvin es, en realidad, una obra que Graciela Guerrero presentó en la exposición “Playlist: grandes éxitos en el arte contemporáneo del Ecuador”, que organizó el museo municipal en enero del 2010. La obra de Guerrero era, en realidad, una provocación para pensar las representaciones que la prensa amarillista (típica del diario de mayor circulación nacional, diario Extra) hace de casos atroces de violencia sexual. En palabras del propio catálogo de la exposición, la obra de Guerrero constituye una crítica a:

las estrategias de la prensa amarillista, la cual ha circunvalado -desdeñando cualquier consideración ética- las recientemente estrenadas restricciones constitucionales para la cobertura de hechos violentos, suplantando con ilustraciones caricaturescas las fotografías que anteriormente publicaban de las víctimas de actos delictivos. En todos los casos las obras hablan de lo superficial que resulta todo abordaje mediático en relación a fenómenos sociales como estos”.

O como después diría Rodolfo Kronfle en su bitácora de Internet:

“Si el diario con mayor tiraje del país circula una imagen de un “moreno violando a un niño” […] ¿porqué se censura exactamente la misma imagen convertida en escultura cuando lo que hace esta segunda sería precisamente criticar la circulación incuestionada de la primera?... ¡sin palabras!”

Pero Calvin no procesa otra manera de entender el arte como no sea desde la prohibición: todo lo que no se ajusta a su estrecho marco de referencia moral y sexual es, de plano, pornográfico y no vale. Así de limitados son los alcances intelectuales de Calvin en esta materia.

Según Calvin, la protección de los niños no me importa a mí, porque lo que sí me importa “es que la pornografía se enseñoree en nuestra sociedad, así le haga daño a nuestros niños y nuestros jóvenes”. Esto es absurdo y es mentiroso. Las únicas veces que la demanda se refiere a la pornografía es cuando se lo cita a Calvin refiriéndose a la misma: lo que postula la demanda es una defensa del arte critico que puede ser “molesto, irritante o provocador” (lo que puede incluir lo “sexualmente explícito”; se sostuvo este criterio con fundamento en el caso del artista León Ferrari resuelto por la Cámara Contencioso Administrativa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; V. Demanda, Pág. 8) por oposición a la idea de arte del Municipio que es tan conservadora que el jefe actual del museo municipal, Víctor Hugo Arellano, ha llegado a sostener que debe ser “expresión con valor cultural que deleite, edifique y enaltezca a la mujer y a los niños”. El interés principal de la demanda no es, ni mucho menos, la promoción de la pornografía (la que, insisto, sólo existe en las obsesiones de Calvincito, en ninguna parte más se la menciona) sino que no se nos imponga a todos los adultos una censura previa ilegítima y arbitraria, porque la imposición de ese tipo de censura es la violación “más radical y extrema” de la libertad de expresión (V. Demanda, Pág. 12-14). En la demanda y en el alegato se demuestra sobradamente que el municipio ha ejecutado (dispuesto y firmado por Calvin en conjunto con el alcalde Nebot) un acto de imposición de censura previa de manera ilegítima y arbitraria porque no existe ningún fundamento jurídico para la imposición de la censura previa: ninguna competencia ni ninguna atribución de ninguna de las autoridades del municipio los faculta a imponerla (V. Alegato, Pág. 6-10). Es más, es tan grosera la violación del derecho a la libertad de expresión que se impone contra disposición expresa constitucional en contrario: el artículo 18.1 de la Constitución prohíbe la censura previa. Que Calvin me atribuya, nuevamente, que no me importa si se ocasiona daño a los niños y adolescentes, es otra mentira más. Más arriba se citó la demanda en este sentido de necesidad de proteger a los niños; en el alegato se volvió a insistir en la obligación de proteger a los niños y adolescentes (V. Alegato, Pág. 10-12). Pero Calvin ve solamente lo que quiere ver. Sea por analfabetismo funcional o por mala fe, se rehúsa a entender las razones expuestas y desarrolladas ampliamente tanto en la demanda como en el alegato.

Luego Calvin lanza una retahíla de acusaciones personales que las tomo de quien provienen y les doy la importancia que, en consecuencia, se merecen: nula. De allí, Calvin me atribuye que “hasta museógrafo” he llegado a creerme, “al pensar que dentro del Museo Municipal se pueden realizar reestructuraciones físico- espaciales para formar una nueva sala”. Esto es otra mentira más de Calvin. El uso de mamparas lo refirieron 40 personas vinculadas a actividades artísticas que presentaron un amicus curiae al amparo del artículo 12 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional entre quienes figura su ex jefa del museo municipal, quien estuvo a cargo de colocar esas “reestructuraciones físico-espaciales” que son las mamparas (en palabras del diccionario: “Panel o tabique de vidrio, madera u otro material, generalmente móvil, que sirve para dividir o aislar un espacio”) para crear esos espacios aislados y en el alegato se presentaron unas fotografías que demuestran que se lo había hecho antes. Según Calvin, en esa sala yo quiero colocar “toda la pornografía” que pretendo “hacer creer que es arte”. Pero lo que se quiere con esas mamparas es que sean el área física que permita mantener las obras sexualmente explícitas en un área de acceso restringido a los niños y adolescentes para garantizar su debida protección y donde, advertido del contenido de las obras sexualmente explícitas, cualquier adulto que así lo desee pueda ingresar. Y ésta es la clave de todo este asunto. Para Calvin, una persona adulta tampoco debe ver esas obras porque no todos están en capacidad para decodificar algunos mensajes”. La auténtica razón por la cual la censura previa debe imponerse, entonces, “es porque la mayoría no tiene capacidad para decodificar mensajes por sí misma y necesita que alguna autoridad iluminada que sí tiene esa rara capacidad de decodificación (la que, ¡oh, sorpresa!, coincide con sus pudorosos gustos artísticos) le impida el acceso a esas ideas, por su propio bien. Así, ante los ojos de Hoyos, la mayoría de los ciudadanos somos “incapaces relativos” (justo como los niños) a los que se nos debe imponer un tutor social (el propio Hoyos) que decida por nosotros cuáles expresiones podemos y cuáles expresiones no podemos conocer. Así, más le vale a Hoyos y a la [Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil] un ciudadano ignorante ‘que entrega sus facultades deliberativas y decisorias, al menos en cuanto corresponde a los asuntos públicos, a las instancias estatales’, que un ciudadano crítico: tal es la idea detrás de esta disposición de censura y como lo advierte la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, esa idea de ciudadanía solo puede entendérsela en el contexto ‘de los regímenes autoritarios’”. (V. Demanda, Pág. 16 y la Agenda Hemisférica para la Libertad de Expresión de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión).

Nosotros (hablo por quienes presentamos la demanda) creemos, en cambio, que toda persona adulta tiene el derecho a decidir por sí misma lo que quiere o lo que no quiere ver (aunque eso que quiere ver sea pornografía: no en vano, por ejemplo, la única restricción de acceso a los cines pornográficos es la de edad: una vez que eres adulto, eres libre de ver lo que quieras) y que el hecho de que Calvin considere que hay personas que no están en “capacidad para decodificar algunos mensajes” es un acto de soberbia intelectual (algunos no pueden “decodificar” por sí mismos y él asume, entonces, la tarea de “decodificar” por ellos) que sólo puede merecer desprecio colectivo y reproche jurídico.

Finalmente, Calvin dice que podría “canalizar” mi “potencial” en “algo más constructivo”, en vez de “hacer daño al arte, a nuestra gente, pero principalmente a nuestros niños”. Como se ha visto en los documentos citados, es todo lo contrario: nosotros postulamos una defensa del arte crítico, una defensa de la gente adulta a decidir por sí misma las cosas que ve y las que no y la protección legítima, adecuada y eficaz de los niños y adolescentes, con el debido respeto a las normas internacionales, la Constitución y las leyes. Por lo visto, Calvin Huecos es un ser muy mentiroso y profundamente equivocado.

Nótese que he respondido todas y cada una de las mentiras de Calvincito con documentos que son plenamente contrastables. Todo lo contrario de lo que ha hecho Calvin, que no sustenta ninguno de sus puntos en fuentes primarias sino en meras tergiversaciones y opiniones subjetivas y antojadizas. Y así es como osa este sujeto llamarse “historiador”. Pfffff.

Guayaquil y el momento supremo. Por Henry Raad. 3 de julio 2011
http://www.henryraadanton.com/2011/07/guayaquil-y-el-momento-supremo.html



 OPINIÓN DE LA PÁGINA GKILLCITY.COM:

Porno Para Melvin


"Oye, tontito, afuera está la presidente de la Asociación de Colegios Laicos que no quiere ver tu porquería en el Museo. Tontito, tontito, tontito". Así increpó el director del Museo Municipal de Guayaquil, Melvin Hoyos, a Andrés Crespo Arosemena, autor de la obra "el Derecho y el Revés" presentada para admisión al Salón de Julio, al término del audiencia pública en el caso contra la #censuraprevia.


Ahora resulta que los mismos que le dieron una paliza inmisericorde a un niño de doce años, vendedor informal de colas (vean el documental Guayaquil Informal) ahora son los vigilantes supremos del bienestar de la niñez y adolescencia de esta ciudad. Eso se llama discurso acomodaticio, que es un eufemismo para hipocresía. En ese acomodar del discurso, inclusive llegaron a decir que el interés general de los niños está por encima de libertad de expresión, como si ambas cosas fueran incompatibles. Ellos no son defensores de niños, ni paladines de la libertad. Son apenas una caricatura, un remedo de funcionarios públicos. Melvin Hoyos no es un director de museo, es Magda Flanders.

Por otra parte, nuevamente un juez ecuatoriano tuvo en sus manos la posibilidad de sentar un precedente histórico respecto de las libertades civiles en el país y, nuevamente, la clase judicial volvió a defraudar (aunque no a sorprender). Optó por e l camino más simplista en los casos polémicos: no hacer nada. Decidió quedarse quieto, decir que ése no era su ámbito de acción y dejó que el acto administrativo del Municipio de Guayaquil permanezca impune. Un Poncio Pilatos del siglo diecisiete (porque no vamos a pensar que con estas administraciones y estos jueces estamos en el siglo veintiuno) al que nunca le quedó claro que esto era ciudadanos versus el Estado, sino que trató el proceso como si de un juicio ejecutivo se tratase donde ambas partes están en igualdad de condiciones.

No importa. Para nosotros todo es ganancia. El cuestionamiento se ha iniciado y no se detendrá. Aunque los Hoyos que se presenten en el camino insistan en el insulto fácil y la descalificación. Cuando se regodeaba en el triunfo que creía obtener, se refirió a los demandantes como una "tracalada de mamarrachos" a los que sugirió ir "a ver pornografía al patio de su casa". Crespo se indignó "¡ya basta de esa mentalidad fascista! ¡Vayan a la iglesia a rezar!"

Apeleramos y recurriremos, de ser necesario, a la Comisión Americana de Derechos Humanos y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.  Ya basta de tanto atropello, de tanto garroterismo, de tanta intolerancia. Poco a poco deberán devolvernos nuestra ciudad.

"Tontito", gritó Melvin Hoyos y los ciudadanos -sin agenda ni dobles intenciones- que fueron a velar que la censura previa no prevalezca (y a los que el juez defraudó) lo aplaudieron. Melvin no entendió... hasta que alguien le gritó "¡Qué gran director de cultura tenemos!" Se sonrojó y se fue, soberbio, como llegó.


Melvin Hoyos -léase la administración municipal- sus burropiés (uno de los cuales le gritó "payaso" a Xavier Flores mientras intervenía) y el Juez Moreno han decidido que Guayaquil siga siendo el pueblecito, sólo que con más adoquines, más palmeras y menos tolerancia. Ya está. La ciudad escaparate que querían está en el apogeo de su existencia.

Lo cual la acerca también a su ocaso.







OPINIÓN DE XAVIER FLORES SOBRE EL FALLO DEL JUEZ  7 DE JULIO 2011:

Esto Recién Empieza

La historia comienza con la violación de un menor de edad que se graficó en el diario Extra y que se representó en una escultura de Graciela Guerrero en la exposición “Playlist: grandes éxitos del arte contemporáneo en el Ecuador”.  El procurador síndico del municipio, Miguel Hernández, en la audiencia que se celebró ayer le mostró tres fotos al juez Sócrates Moreno y todas eran una única foto, siempre la misma: la foto de la escultura de Graciela Guerrero, que parece una obsesión malsana de las cabecitas municipales.  Según cuentan, cuando el alcalde se enteró que un moreno violaba a un niño en su museo, montó en cólera y ordenó su retiro.  De ese primer acto de censura a la imposición de la censura previa en las bases de participación del salón de julio había solamente un par de carajazos de distancia.
La obra de Guerrero es, en realidad, una provocación para pensar las representaciones que la prensa amarillista (típica del diario de mayor circulación nacional, diario Extra) hace de casos atroces de violencia sexual.  En palabras del propio catálogo de la exposición, la obra de Guerrero constituye una crítica de “las estrategias de la prensa amarillista, la cual ha circunvalado -desdeñando cualquier consideración ética- las recientemente estrenadas restricciones constitucionales para la cobertura de hechos violentos, suplantando con ilustraciones caricaturescas las fotografías que anteriormente publicaban de las víctimas de actos delictivos. En todos los casos las obras hablan de lo superficial que resulta todo abordaje mediático en relación a fenómenos sociales como estos”.  O, en palabras de Rodolfo Kronfle: “Si el diario con mayor tiraje del país circula una imagen de un ‘moreno violando a un niño’ […] ¿porqué se censura exactamente la misma imagen convertida en escultura cuando lo que hace esta segunda sería precisamente criticar la circulación incuestionada de la primera?... ¡sin palabras!”.
Pero anclados como estaban en sus prejuicios, para Miguel Hernández y para Melvin Hoyos la obra era pornográfica y punto.  Los dos se la exhibieron al juez Sócrates Moreno y la consideraron una obra inaceptable para que la vean los niños, a quienes se debía proteger de la misma al tiempo que la mostraban con detalle a las cámaras de televisión para que salga en el noticiero del mediodía… ¡en horario infantil!  Ese es el tamaño de su preocupación por lo niños: una excusa barata para su moralista arbitrariedad.
En la audiencia sobre la acción de protección que se celebró ayer, el juez décimo de lo civil, Sócrates Moreno, decidió declararse incompetente (uno podría decir que en TODO el sentido de la palabra) para conocer la causa que planteamos contra la censura previa.  Hay que precisar que los mayores atributos de este juez durante la tramitación de la misma fueron el fastidio evidente por tener una causa incómoda y el miedo recurrente a fallar en derecho.  Bateó de entrada las medidas cautelares con la absurda excusa de que quedaban pendientes por agotar “vías administrativas”, sin especificar ninguna.  Luego encontró la vía para batear la acción de protección y decidió declararse incompetente porque, según él, la acción a interponerse es la acción pública de inconstitucionalidad, la que es una vía claramente ineficaz para la protección del derecho por la sencilla razón de que su único efecto es expulsar una norma del ordenamiento jurídico y cuando llegue la resolución en esta vía (sea la definitiva o la provisional que alegó Hernández) ya no habrá norma que expulsar siquiera, porque la norma se habrá extinguido.  Así de absurda es la sentencia del juez Moreno.  Nada imprevisible, por supuesto, que en tribunales el miedo prevalezca sobre la razón.
Ahora, la defensa del municipio sobre el fondo del asunto debe provocar vergüenza ajena.  Según el procurador síndico Hernández, la facultad para imponer la censura previa deriva de una “tradición constitucional” (esto es tan WTF que el guatdefacómetro se trizó).  Si uno debe explicarle a la máxima autoridad jurídica del municipio de Guayaquil que la entidad donde él trabaja es un órgano de la administración pública cuyas competencias y atribuciones deben someterse a los principios de constitucionalidad y de legalidad (según expresa disposición del artículo 226 de la Constitución), estamos jodidos, porque con un sujeto con esta tan peregrina idea en ese espacio de poder podría el Municipio hacer lo que le venga en gana sin sujeción ni respeto a la ley (que es precisamente lo que hizo en este caso, valga decirlo).  Más aún: según Hernández, antes que el principio de actuar de conformidad con la ley está una nebulosa idea del bien común que él sustenta en… ¡los deberes de los ciudadanos! (el guatdefacómetro está a tope). El deber de los ciudadanos de anteponer el bien común al bien particular es la base jurídica suficiente para que la administración pueda imponerles a los ciudadanos la censura previa: esto es tan absurdo como que Melvin Hoyos le diga a alguien: “tú tienes el deber de que yo te censure”.  Hernández se pasó por el traste (diría “por el culo”, pero a Melvin, que encuentra porno en todo, le puede dar algo) el principio de legalidad, el que parece, en realidad, estorbarle bastante.  Y finalmente, Hernández nunca desvirtuó que la censura para los adultos era incorrecta; se cebó, con entusiasmo que en la diócesis de Boston podría levantar sospechas, en decir que lo suyo era la protección de los niños.  A lo Magda Flanders. Y mostró las fotos que los niños no deberían ver por nada de este mundo en horario infantil (Ecuavisa las pasó en su noticiero de las 13:00). Ni Monty Python lo hacía mejor. El guatdefacómetro, kaputt.
El juez se la sacó entonces y no era imprevisible que lo haga. Después de todo, nosotros sólo teníamos el derecho de nuestra parte y cualquiera en este país sabe que eso suele, en nuestros tribunales, no bastar o servir de muy poco.  Del otro lado teníamos y tenemos a una maquinaria política que mete miedo, con o sin razón. Porque después de todo, Nebot no ha tenido problema ninguno en golpear jueces en su propio despacho; así que las cosas que hará “en privado” para meterles miedo no son muy difíciles de imaginar. El juez pensó, ¿comprarse un pito, para qué? Y se olvidó de ser juez.
Pero como dice el bigotón golpea-jueces de Nebot, “esto recién empieza”.  Vamos a apelar y vamos a seguirla, si es necesario hasta instancias internacionales.  Y nos vamos a divertir en el camino, porque todo es ganancia para nosotros.  Que se abra el debate sobre el tipo de mentirosos y equivocados individuos que administran el espacio público en esta ciudad, eso ya es ganancia.  Que se sepa que actúan de manera arbitraria (porque la censura previa es sólo un botón de muestra, por supuesto) y sin sujeción a las leyes, eso ya es ganancia.  Que se los critique y se muestren como lo que son, unos pobres tipos temerosos del sexo, llenos de prejuicios y de prepotencia, valientes de sonseras y de absurdos, eso ya es ganancia, y se empieza a lograr, poco a poco, la discusión de sus políticas discriminatorias y de sus abusos, y a tomar acciones y a divertirnos, y a reírnosles en su cara, que es lo que estos curuchupas, en definitiva, se merecen.

Amicus Curiae de los Artistas

Cuarenta artistas firmaron un amicus curiae que se presentó dentro del proceso contra la censura previa del Salón de Julio. Sí, a ellos el Juez también les hizo caso omiso. Es que ¡¿un pito, pa qué?!
¿Qué es un amicus curiae? Es una opinión de un tercero que no es parte procesal destinado a asistir o ayudar al juez al momento de tomar su decisión. Por eso su nombre: amigo de la corte (o sea del juez). El único objetivo del amicus no es darle la razón a una parte, sino que el juez disponga de más y mejores elementos de juicio al momento de resolver.
Como explica Jorge Baquerizo en su artículo El Amicus Curiae: "Habitualmente se presentan amicus curiae en juicios en los cuales se puede incidir o afectar la vigencia o extensión de algún derecho fundamental, debido al interés general que provocan en la sociedad este tipo de causas".
Es por ello que la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Garantías Constitucionales manda en su artículo 12:
Art. 12.- Comparecencia de terceros.- Cualquier persona o grupo de personas que tenga interés en la causa podrá presentar un escrito de amicus curiae que será admitido al expediente para mejorar resolver hasta antes de la sentencia. De creerlo necesario, la jueza o juez podrá escuchar en audiencia pública a la persona o grupo interesado.
Podrá también intervenir en el proceso, en cualquier estado de la causa, como parte coadyuvante del accionado, cualquier persona natural o jurídica que tuviere interés directo en el mantenimiento del acto u omisión que motivare la acción constitucional.
No todos los artistas callaron. Cuarenta de ellos se rajaron por la libertad de expresión y firmaron el amicus. Suponemos que también son "sinvergüenzas que quieren que señoree la pornografía en nuestra ciudad".
Da clic sobre la imagen para ver todo el amicus.

http://www.elcomercio.com/cultura/incompetencia-Salon_de_Julio-censura-PornoparaMelvin_0_511748896.html
http://www.elcomercio.com/cultura/censura-previa-sigue-Salon-Julio_0_511748938.html
http://www.elcomercio.com/cultura/incompetencia-Salon_de_Julio-censura-PornoparaMelvin_0_511748896.html

http://www.eluniverso.com/2011/07/07/1/1380/alcalde-defiende-clausula-salon.html?p=1377&m=214

Nebot dice que en el Salón de Julio no se exhibirá pornografía

 
OPINIÓN DE MANUEL IGNACIO GÓMEZ - APACHURRADOS - EL UNIVERSO 7 JULIO 2011

"En lo que a comunicación y libertad de expresión se refiere, el correísmo resulta tan o más moralista que el Municipio de Guayaquil, que ha decidido impedir a nuestros artistas presentar obras “sexualmente explícitas” en el Salón de Julio."

EL TELÉGRAFO - 7 de julio 2011
Tomada de la edición impresa del Jueves 07 de Julio del 2011

debate abierto

El caso del Salón de Julio replantea escena cultural

El altercado del martes entre el director de Cultura de la Municipalidad, Melvin Hoyos, y Andrés Crespo, luego del dictamen del juez, desencadenó un debate en las redes sociales.

 Xavier Flores manifestó que la actitud de Hoyos es un pésimo síntoma de la administración. Xavier Flores manifestó que la actitud de Hoyos es un pésimo síntoma de la administración.
Redacción Cultura
El martes, luego de concluida la audiencia de Acción de Protección, llevada a cabo por el abogado Xavier Flores, surgió una controversial discusión entre Melvin Hoyos, director Municipal de Cultura y Promoción Cívica, y el artista Andrés Crespo Arosemena.
Según Crespo, todo comenzó porque Hoyos mantenía una conversación en voz alta junto a él (Crespo), en la que comentaba que los artistas demandantes deberían ir a ver pornografía al patio de su casa. Además, aseguró que el director Municipal de  Cultura usó el calificativo de “mamarrachos” para expresarse sobre los artistas. “En ese momento al escuchar esto respondí diciendo que el socialismo es una enfermedad, que su síntoma principal es el fascismo y que eso solo se curaba en las urnas”. A lo que   Hoyos respondió diciendo que la obra que presentó Crespo no es arte “Tu obra, anda,  recógela, porque el jurado dijo que era una porquería, esto no es arte dijeron, esto es una porquería con un poco de recortes”, a lo que el artista le respondió  -de manera enfática- que eran un poco de atrasados que hacían quedar mal al país.
Crespo presentó al Salón de Julio  una obra basada en calcos de los dibujos ochenteros de Pancho Jaime. Asegura el artista que la obra es la demanda en sí misma, la cual consta de veinte páginas y en su reverso están calcados dibujos hechos por Pancho Jaime, estos concluyen  con una foto tomada por  Paco Salazar del entierro del caricaturista, que fue censurado de la manera más radical posible, a través del asesinato.
Para este creador -que aclara no ser artista plástico- la  actitud que ha tomado respecto a este tema  ha sido como ciudadano y considera que es una vergüenza pública para el Municipio de Guayaquil y para la ciudad que una persona como   Melvin Hoyos se exprese de esa forma, pero lo que da   más vergüenza, afirma, es la censura previa.
“El jurado es el que está llevado a determinar que es o que no es una obra de arte, no el jefe del museo, ni el alcalde de la ciudad. Ellos no saben nada de eso,  el uno es arquitecto y el otro es administrador”, concluye Crespo.
Xavier Flores manifestó que la actitud de Hoyos es un pésimo síntoma de que se tiene una administración pública que irrespeta no solo los derechos, sino la dignidad de las personas y que apelarán la decisión del juez hasta agotar todas las instancias, incluso las internacionales si es necesario.
Por su lado, Melvin Hoyos  dijo que lo tenía sin cuidado lo que el señor Flores haga, pero que la pornografía no iba a entrar al museo.
El escritor Henry Raad, por medio de su blog www.henryraadanton.com, manifiesta su desacuerdo con la medida tomada por el Salón de Julio diciendo que la expresión “sexo explícito” es muy subjetiva y se presta a múltiples interpretaciones.
En cuanto a la existencia o no de prohibiciones en un salón de pintura, no me convencen sus argumentos que se sustentan en la protección de los niños y peor de los ancianos.
Los niños tienen curiosidades que les plantea su propio cuerpo y desde que lactan empiezan su búsqueda de cómo es que se reproducen las especies. Es inevitable. Mejor verlo en un museo que en la televisión, el Internet  o en alguna revista pornográfica.
En cuanto a los ancianos le aseguro estimado Melvin, que yo entre ellos encantado de ver acción en los museos, antes que sentirnos petrificados como parte de ellos”, contesta Raad a una carta enviada por Hoyos, en la que le consultaba si estaba de acuerdo que jóvenes, niños y ancianos  tengan que observar ese tipo de obras con contenido sexualmente explícito.


http://www.gkillcity.com/index.php?option=com_content&view=article&id=153&catid=47&Itemid=12

RIO REVUELTO TV: ENTREVISTA A ANDRES CRESPO Y XAVIER FLORES - 8 DE JULIO 2011:


RIO REVUELTO TV: ENTREVISTA A LARISSA MARANGONI - 12 DE JULIO 2011:


ARTÍCULO DE OPINIÓN DE HENRY RAAD - 10 JULIO 2011


SALON DE JULIO: TRISTE DESVENTURA











El Municipio está refugiado en su trinchera de susceptibilidades y quiere sacar su cabeza por el hoyo en que se halla metido. En papel membretado, sin fecha y sin firma han hecho circular profusamente un documento que dice exactamente lo siguiente:
DESNUDO Y EROTISMO O PORNOGRAFÍA Y DEGENERACIÓN
LA MUNICIPLAIDAD DE GUAYAQUIL, EN SU SALÓN DE JULIO, NO DESCALIFICA NI EL DESNUDO NI EL EROTISMO. QUE QUEDE CLARO
LAS “OBRAS” ADJUNTAS SON DESNUDOS ; ¿SON ERÓTICAS? O SON PORNOGRAFIA Y DE MALA CALIDAD… JUZQUE USTED….
LA PORNOGRAFÍA ES PROHÍBIDA POR LA LEY Y NO SERÁ EXHIBIDA Y PEOR AUSPICICIADA POR LA MUY ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE GUAYAQUIL EN EL SALÓN DE JULIO
Adjunta ocho dibujos pornográficos al más puro estilo Pancho Jaime que, según dejan suponer, algunos interesados han querido inscribirlas para participar en el Salón de Julio a sabiendas que en las bases de concurso se prohíbe la participación de las obras con contenido sexual explícito.
Esta triste desventura o maniobra para salvar “el honor intelectual” de don Melvin Hoyos, Director del Salón de Julio, produce mi frontal rechazo por ser manipuladora al usar artimañas políticas engañosas, bajas y sucias. Huyen del debate académico y reaccionan como si se tratase de una campaña electoral donde se debe ganar de angas o de mangas.
Los hechos son los siguientes. El año pasado en el Salón de Julio participó una obra que perturbó a la mente de un sector o enfermizo o no culto de la ciudad. La escultura de Graciela Guerrero representando a un negro violando a un niño blanco, causó estupor. La obra fue sacada de su contexto el mismo que constaba en el catálogo. La dramática representación era una réplica y crítica a la forma como diario EXTRA recreó gráficamente una noticia. Posiblemente Melvin todo lloroso por lo que le había sucedido a SU Salón, le contó al alcalde quien sin más ni más, dicen, ordenó retirar la obra. Seguramente el Alcalde no leyó el catálogo o no quiso comprarse el pleito con ese diario de enorme circulación.
Esta escultura de Graciela Guerreo quizás no merecía un premio artístico. No lo sé porque no la pude ver y, además, no soy juez ni perito de nada. Pero ese atrevimientote la artista debió generar un debate respecto a la manera como la prensa amarillista está calando y en que medida puede estar retroalimentando la criminalidad. Vaya oportunidad que se perdió precisamente ahora que se discute sobre la ley de comunicación donde muchos no aceptamos ninguna restricción, así como tampoco no aceptamos las restricciones impuestas en el Salón de Julio de nuestra ciudad de Guayaquil.
Para curarse en sano de la experiencia del 2.010 a Melvin se le ocurrió prohibir participar en SU Salón de Julio 2011 a toda obra que contenga “sexo explícito”.Algunos creen que con prohibir algo el problema se acaba. Está prohibida la pornografía y ahí vemos todavía circulando la revista Pancho Jaime, pese a que este mal recordado personaje fue asesinado por uno de sus tantos agraviados. El EXTRA llegó a subir cada vez mas su circulación en base de desnudos y sangre o dibujos casi explícitos, porque al menos se ha cuidado de no mostrar los órganos reproductores asumiendo que en eso de la vagina y del pene es el punto de inflexión entre lo que es explícito y lo implícito.
En estas circunstancias me he alineado en contra de la prohibición que consta en las bases del Salón de Julio. Me he preguntado por medio de este blog donde empieza y donde termina lo explícito. Yo mismo no lo sé y ojala que Melvin lo sepa considerando que en el campo del arte todo es subjetividad. Sino no existiría el surrealismo, ni el cubismo, ni lo abstracto.
A toda acción una reacción y es así que la prohibición generó dos consecuencias. Por un lado la solicitud de ingreso de esas ocho obras pornográficas para desafiar al criterio municipal, diseñadas justamente a sabiendas que no podían participar. Una forma de protesta y de tomar el pelo a los prohibicionistas. De mal gusto la estrategia, así como de pésimo gusto la reacción municipal de difundir algo que prohíbe mediante un boletín sin firma. Su idea es repartir esos adefesios pornográficos entre los columnistas de opinión para que ellos se escandalicen y cubran las falencias intelectuales de quienes no supieron manejar el debate causado por la prohibición. Maniobra sin duda de inspiración politiquera, porque artística no es. Difundir lo que se quiere prohibir es de tontos o de mala fe.
Como segunda reacción la prohibición logró que un grupo de intelectuales de verdad anteponga un recurso de protección para levantar la veda. Era de ver las iras y balbuceos de Melvin y abogados ante el juez obligados a un juego mediático. El Juez, como era fácil suponer, a lo Poncio Pilatos se lavó sus manos en este juicio sin cuantía. Lo que quedó en evidencia es el distinto grado de iluminación o brillantez entre los abogados que intervinieron en los estrados. Entre los inhibidos y los desinhibidos hay una enorme murallón al menos en cuanto a eso de ser más o menos divertidos.
El debate real que debe darse es sobre el prohibicionismo y sus efectos positivos o negativos. Se debe debatir respecto a como se debe manejar un concurso artístico representativo de Guayaquil. Revisemos como lo hacen no en Copenhagen,Dinamarca, Estocolmo, Paris o New York, sino como piensan y siente los propios artistas ecuatorianos respecto a participar con o sin restricciones, y si es que hay o no una mayor creatividad en un ambiente puritano encarnado por Melvin, o bajo los criterio libertarios de estos desaforados maniáticos sexuales que finalmente es como quedamos quienes nos hemos opuesto a un prohibicionismo tonto, miope y estéril.
No es una batalla entre quienes hacemos el amor desnudos y entre quienes lo hacen con tapujos. Es un batalla por abrir más o menos las mentes en un mundo que se necesita cuestionar constantemente. Es una batalla por definir la identidad de Guayaquil en cuanto a su amplitud o estrechez cultural y artística.




DIARIO EL COMERCIO:

El Salón de Julio 2011: no más sexo

Todo empezó en el 2007. La obra ‘Ardo por un semental que me llene toda’ ganó el primer lugar en el Salón de Julio de ese año. La artista Gabriela Chérrez colocó sobre una de las paredes del Museo Municipal una serie de azulejos blancos que servían de marco para otros que contenían imágenes sacadas de una revista de cómics porno.
El premio no dejó de ser polémico en esa época, levantando voces a favor y en contra. Y para Melvin Hoyos, director de Cultura y Promoción Cívica del Municipio de Guayaquil, fue el inicio de una ola de obras artísticas con contenidos sexuales explícitos concursando en el Salón de Julio, uno de los dos más importantes que se hacen en Guayaquil.
Desde este año, esto ya no se dará. Por medio de una medida reguladora, el Municipio no dejará que obras que incluyan sexo explícito participen en este salón. Esta medida, aclara Hoyos, es solo válida para este espacio. “Esto no impide que los artistas hagan sus obras (en este estilo), ni las exhiban donde quieran”.
Este criterio no es compartido por galeristas como David Pérez McCollum, de la DPM Arte Contemporáneo. “Basado en lo que dice Hoyos hay que proteger a menores y público sensible. Pero hay recursos museográficos para esto. Considero que esto es un retroceso”, explica Pérez.
Según la versión del Museo Municipal, la tendencia de trabajos de este tipo fue subiendo a partir del triunfo de Chérrez. Primero al 15%, luego el 30% y hasta el 55% de las obras participando en el salón. Y se habría llegado a presentar obras que rozan lo ‘grotesco’ en ocasiones, como mostrar a un niño siendo violado o un hombre en un acto sexual con una gallina.
“Pareciera que sin sexo no hay obra. Creo que los artistas abusaron de la libertad de expresión y del tema del sexo en la obra de arte”, señala Hoyos.
Pero en este criterio no concuerda Lupe Álvarez, curadora de arte, quien estuvo a cargo de la muestra ‘Umbrales del Arte’. “Los artistas nunca abusan de la libertad de expresión. Eso es un derecho inalienable. Nadie tiene derecho de ser censor ajeno”.
Álvarez considera que dentro del debate sobre sexualidad entran temas como equidad de género, derechos de las minorías, que al ser censurados quedan rezagados, excluidos de la discusión pública. “La sexualidad no es una discusión exclusiva en el Ecuador o en Guayaquil, sino de la cultura de hoy”.
Esta sería la primera ocasión en que se impone oficialmente una cláusula que censura un tema dentro de la esfera del arte contemporáneo en la ciudad.
“Yo no estoy a favor de censurar, pero sí hay que pensar en función de los museos”, señala la artista Larissa Marangoni. Ella insiste en que obras como la que muestra a un menor siendo violado, no contribuyen a una sociedad mejor ni apela en ningún sentido al respeto de los derechos humanos.
“Hay que entender el trabajo de los museos. La sociedad está confundida entre lo que es mi derecho y tu derecho. La sexualidad se la ha tratado a lo largo de la historia, pero temas como una violación son duras de tratar y explicar a niños pequeños. Eso no puede ser expuesto, simplemente por un tema de derechos humanos”, explica Marangoni.
Una clave para ella es que los artistas deben ser responsables de lo que van a mostrar como obra. “Hoyos está defendiendo un espacio público”, concluye.
Un criterio similar comparte Robin Echenique, a cargo de la Pinacoteca de la Casa de la Cultura del Guayas. Aunque está en contra de imponer censuras, sí reconoce que al explotar el recurso del sexo se puede caer en una pornografía mal hecha.
“La obra del salón del 2007 no fue bien premiada. Los jóvenes pensaron que se premió el contenido sexual y no la calidad”, señala Echenique.
Considera que los artistas más nuevos pueden escoger ese tema para impresionar, y que se puede caer en lo grotesco, en detrimento de la belleza, calidad y estética que deben primar en una obra artística. “Si se llega a lo grotesco yo no llevaría a mis hijos. Escandalizar al público es lo fácil. Para que esto no ocurra las bases del concurso son fundamentales, al igual que contar con un buen jurado de selección”, concluye Echenique.
El trabajo del jurado de selección de un salón se vuelve esencial en ese escenario. Pérez McCollum, Álvarez y Echenique coinciden en que esta instancia es la que debería servir de filtro para determinar qué obra (sin importar el tema) merece la pena ser exhibida o no.
“Si llegaron o no obras grotescas al salón, es parte de ser artista joven y buscar irreverencia. Pero si hay pertinencia, si hay coherencia y sentido en la obra, un jurado competente se dará cuenta si se trata de pornografía o no y dónde ubicarla”, explica Pérez.
El debate dentro de la escena guayaquileña está planteado. La misma Gabriela Chérrez y otros han dicho que no participarán en el Salón de Julio de este año.

Un acercamiento hacia la censura

Es la primera ocasión  en que se incluye una norma formal en Guayaquil, que limita un tema dentro de uno de los certámenes que se organizan en la ciudad.

Los salones de arte más  importantes son los realizados en julio y octubre, organizados por el Municipio y la Casa de la Cultura, respectivamente.
El Museo Municipal  está localizado en el centro de Guayaquil. Dentro de sus salones se exhiben muestras  arqueológicas y también arte de la época republicana de la urbe. Tiene, además, un salón para una muestra sobre la Amazonía. El museo es visitado principalmente por escuelas y colegios.
La normativa  sobre sexo explícito, de acuerdo a las autoridades municipales, se mantendrá y  cambiará en años posteriores; y es válida solo para el Salón. Para la presente edición lagunos artistas han anunciado su negativa.

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CAMBIO DE DISCURSO Y TONO DEL ARQ. HOYOS, MUY INTERESANTE GIRO PUBLICADO EN FACEBOOK, INTERESANTE QUE DISTRIBUYAN POR FACEBOOK ESTAS IMÁGENES. SE INSISTE EN ENFOCAR EL ASUNTO DESDE LOS PRECEPTOS DE LA "CALIDAD", EL "VALOR ARTÍSTICO", ETC. CUANDO EL ARGUMENTO LEGAL DE LA DEMANDA DE AMPARO SE ENFOCA EN LA PARTE JURÍDICA QUE ATAÑE A LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LOS DERECHOS CIVILES, PARA LO OTRO ES QUE SIRVEN LOS JURADOS QUE SIEMPRE HAN EXISTIDO  - 14 DE JULIO 2011:

DESNUDOS Y EROTISMO EN EL SALÒN DE JULIO 2011

de Museo Municipal de Guayaquil, el jueves, 14 de julio de 2011 a las 15:32
DESNUDOS Y EROTISMO
Es claro el oportunismo con el que algunos han intentado desvirtuar los objetivos reales de la cláusula del Salón de Julio, que expresa que no se aceptarán obras con contenido sexual explícito.
Ante esta coyuntura, nos vemos en la necesidad de aclarar que esta disposición NO busca prohibir propuestas con desnudos, como por ejemplo lo sería la Maja desnuda de Goya, NI obras con alta carga erótica, tal como la podría contener la obra “Two Lovers” de Giulio Romano, solo como para citar dos ejemplos.

Reiteramos que en el Museo  se pueden exponer sin problema obras eróticas, aunque aclaramos que  puede darse casos puntuales de obras que, aun conteniendo un alto valor artístico, no podrán ser expuestas libremente debido a que el reducido espacio con el que contamos es compartido por sectores heterogéneos de la sociedad. Para resolver esta situación, el Museo ha hecho gestiones tiempo atrás que pronto permitirán exponer obras que conjuguen el erotismo con la calidad artística, pero que por su contenido, deban ser expuestas en salas específicas accesibles para las personas  con criterio formado que deseen verlas.
Pese a que mantenemos una postura abierta a las tendencias artísticas, las pinturas mencionadas anteriormente no pueden ser comparadas con algunas de las obras que participaron en años anteriores en este certamen. De hecho, algunas de las propuestas participantes en exposiciones temporales en el Museo Municipal, en ediciones pasadas del Salón de Julio y algunas expuestas en salas privadas de Guayaquil, evidencian ausencia artística.
Consientes de que el arte puede ser interpretado desde los ángulos más diversos, se han establecido bases, tal como sucede en todos los concursos del Mundo. En este caso particular, éstas buscan incentivar la creatividad y evitar que gente que se escuda bajo el pretexto de la libertad artística, pretendan exigir que expongamos en las paredes del Museo Municipal obras que usan recursos fáciles para ocultar bajo la polémica, el poco aporte creativo y cuestionable calidad artística.
Reiteramos que el Municipio de Guayaquil no busca imponer un criterio en las galerías de artes privadas o espacios en los que sus administradores consideren realizar exposiciones alternativas.
Melvin Hoyos Galarza
DIRECTOR DE CULTURA Y PROMOCIÓN CÍVICA
M.I. MUNICIPALIDAD DE GUAYAQUIL




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VIEJO PENDEJO



Así me llegó el mensaje. Mis críticas a la forma como se redactaron las bases para convocar al Salón de Julio me valieron el doble apelativo. Uno descriptivo y otro descalificativo. Creo que es cosa de cotilleo y no una de esas frases rápidas y ocurridas que tiene nuestro burgomaestre cuando conversa en su despacho delante de muchos funcionarios.
Posiblemente algunos colaboradores y simpatizantes no encuentran otra explicación para entender que un ex concejal de la misma tendencia política del alcalde Nebot, exprese una opinión crítica a una decisión administrativa que desnaturaliza las bases del Salón de Julio. Parecería que para algunos la lealtad a una línea política pasa por un cedazo de la incondicionalidad. Si es así, hasta luego y gracias.
Reitero mi criterio de que no cabe ninguna prohibición para participar y que el prestigio de una exposición queda en manos de un Jurado. Es simple y sencillo de entender. Se han gastado 2,100 fotocopias a todo color de producciones artísticas grotescas a mi gusto, para sacándolas del contexto que consta en el catálogo de otras exposiciones donde ya han concursado, repartir boletines de prensa entre las personas que ellos consideran hacen opinión pública en la ciudad. A mí también me llegó, y gracias por la consideración al reconocer que hago parte de esa opinión que quieren doblegar.
En el boletín de prensa enviado se pregunta ¿quisiera usted que estas obras se puedan exhibir en el Salón de Julio?. Unos creen que no. Yo creo que sí. Por expresarlo y racionalizar mi opinión, me condecoran con dos medallas; la de viejo, y pendejo además.
Viejo soy y me ha tomado mucho trabajo llegar a serlo. No me ha sido fácil tras 25 cirugías y un cáncer superado. Hace un año y medio me jubilé completamente y desde ese momento me dediqué entre otras cosas a investigar que es lo que está pasando con esto de las redes sociales. Ya en 1.986 había comprado mi primer computador y he estado atento a la revolución tecnológica. Decidí siguiendo la evolución de las especies, que los dinosaurios no la pudieron superar. Accedí a una cuenta de TWITTER hace un año. El Facebook me parecía demasiado banal. El twitteo me divierte, interactúo con gente que nunca hubiese podido conocer por otra vía, y he hecho nuevas amistades gracias a lo cual recibo la ventisca de sus corrientes de pensamiento y rebeldía. Gracias a mi página blog he recuperado mi capacidad de opinar con mucha libertad.
Lo más importante que me ha aportado esto del TWITTER es poder escuchar la diversidad de opiniones que hay y la riqueza humana que se encuentra detrás de una juventud participativa que antes no tenía la oportunidad de expresarse. Que bello que es poder envejecer rodeado de juventud. Cuando le deseo eso a toda persona y especialmente a Melvin Hoyos quien el 1 de septiembre cumple recién 55 años de edad. Parecería mas según los rasgos de su rostro, estropeados quizá por la enorme preocupación y responsabilidad de tener que vigilar aquello de la pornografía y del sexo explícito que lo encontramos por doquier. Quedarse mucho tiempo en un museo puede ser un factor de envejecimiento precoz. No lo sé.
Entonces sabiendo todos que soy ya un viejo a pocos días de cumplir los setenta años de edad que muchas veces no los pensé alcanzar, me queda analizar esto del pendejo que es lo que realmente me inquietó.
Como dicen los humoristas hay todo tipo de pendejos. Los hay jóvenes y viejos, altos, bajos, gordos y flacos. Hay pendejos a tiempo completo y hay quienes se hacen los pendejos pero que a la hora de la vida son sapísimos de verdad. Hay pendejos twitteros, y hay también pendejos convencionales. Hay pendejos con opinión y otros que no la tienen y que les basta descalificar a los que la tienen calificándolos de pendejos y si son viejos, tanto peor.
La clasificación es interminable y todavía yo no me puedo clasificar. Mientras eso sucede voy a aceptar el término de pendejo solamente si este viene de alguien mas pendejo que yo.



Sobre la cláusula del Salón de Julio de prohibir obras con contenido sexual explícito en este concurso, Sylva expresó que al estado (incluyendo al Municipio de Guayaquil) no le compete decidir si una obra es buena o mala, peor todavía aplicar funciones morales sobre esta. “El Estado tiene que garantizar la libre circulación. Es la sociedad la que establecerá si la obra es de calidad, es expresión artística o no”

Erika Sylva - Ministra de Cultura 
EDITORIAL
Por Rodolfo Kronfle Chambers
Publicado en el Dossier del Salón de Julio 2011 en Río Revuelto

Cadena de correo electrónico recibido el 10 de agosto de 2011:

Anonymous Ecuador contra Censura Previa Salón de Julio 2011

Conciudadana/Conciudadano

El 10 de Agosto de 1809 se considera como el de inicio de la independencia de lo que hoy es Ecuador.
En este día de conmemoración histórica nacional, Anonymous Ecuador reivindica a nivel social y público su toma de posiciones y acciones en contra de los atentados a los derechos y las libertades sociales, civiles, culturales y artísticas de todos los seres humanos.

Reivindicamos también, y asumimos públicamente, nuestra intervención a la página web oficial del Municipio de Guayaquil, la cual desde el día lunes 8 de agosto se encuentra hackeada por acción nuestra, como una respuesta a la CENSURA PREVIA del Salón de Julio 2011 y a las figuras censuradoras y represoras de Melvin Hoyos, Director de Cultura del Municipio de Guayaquil, y de Jaime Nebot, Alcalde de esta ciudad. 

Acá mas detalles, en nuestra declaración y manifiesto público audiovisual:

http://www.youtube.com/watch?v=OrMSXUshdo4


Anonymous Ecuador
 




ARTÍCULO APARECIDO EN GKILLCITY
http://www.gkillcity.com/index.php/el-mirador/1512-guayaquil-sin-amour

¿Cuánto seno se necesita para que no sea arte? ¿Cuánto pene?
Ayúdame, Melvin
Al Melvin Hoyos no le gusta el sexo en el museo. ¿Le gustará en el teatro, el cine o la literatura? ¿Por ejemplo, qué habría hecho, en su calidad de Director de Cultura y Promoción Cívica de la M.I. Municipalidad de Guayaquil si Alain Resnais le hubiese pedido exhibir Hiroshima, mon amour?

En ella, Resnais y Marguerita Duras, director y guionista, cuentan dos historias de amor a contraluz de la Hiroshima post-atómica. La película se inicia con un par de hombros desnudos, femenino y masculino, que pertenecen a dos cuerpos que se abrazan, se estrechan, se entrelazan por debajo de las axilas hasta que ella le entierra las uñas en la espalda a él. Sin que sea su legado más importante, en ella, como decía Hernando Valencia –crítico literario, ensayista y traductor colombiano– Resnais “reconoció que las gentes hacen el amor con sus cuerpos, y que suelen hacerlo entre la agitación y el desorden”. Un reconocimiento que, para Melvin Hoyos, debe estar proscrito.
“Si te ponen un cuadro donde un hombre y una mujer están teniendo sexo, de manera completamente visible; no es un cuadro bonito” dijo el director de Cultura municipal en esta entrevista. “No es bonito” es una clasificación más digna de una abuelita. Sin embargo, cuando proviene de un funcionario público es un síntoma inequívoco de las formas de pensar y ejecutar políticas públicas. Cuando, además, se entra en el terreno de “lo moral”, la suerte está echada: se crea una relación vertical entre administración y ciudadano, en la que se presume que el funcionario público sabe lo que es mejor para este último, una suposición que siempre resulta perjudicial. Bernardo Laniado-Romero –Director del Museo Picasso de Barcelona– refuta a Hoyos “¿Acaso Miguel Ángel, Goya, Manet o Matisse y Picasso no fueron considerados inmorales en su tiempo?”
Cuenta Laniado-Romero que en 1954 Picasso ofreció al Museo de Bellas Artes de Málaga dos camiones llenos de su obra, en donación, pero que el régimen franquista, gran defensor de la moral (de la moral de quién es la pregunta evidente) aseguró que ninguna obra de un pornógrafo, comunista e inmoral como Picasso entraría al Museo ¿Qué habría hecho Melvin si hubiese sido el director cultural de Málaga? Tal parece que habría dejado a Málaga sin Picasso, como hoy tiene a Guayaquil sin amor.
¿Por qué le teme Melvin al amor carnal en las manifestaciones culturales? No lo sabemos. Lo que sí está claro es que Melvin se equivoca cuando dice que el arte contemporáneo no puede romper con la moral. Por el contrario, romper con la moral es una de las constantes en la Historia del Arte. Así, Leonardo Da Vinci terminó en la cárcel, acusado de robar cadáveres para sus estudios anatómicos. De no ser por sus poderosos protectores, hubiera terminado en la hoguera (de la cual estuvo cerca, también, por homosexual, pero esa es otra historia). La Maja Desnuda (Goya, 1800) presenta por primera vez a la mujer como una realidad, ya no como las Venus idealizadas que era la única representación femenina aceptada. Era provocadora, desafiante, miraba directo al espectador y, ¡horror de horrores, Melvin!, tenía vello púbico. No tan lejos, en los años sesenta el arte rompió con la moral de la época. Waltraud Hollinger, artista vienesa que a los veintiocho años (1968), dejó los apellidos asociados a su padre (Lehrer) y a su ex marido (Hollinger) para contrarrestar a la compañía macho-predominante de los Accionistas Vieneses y asumió la identidad de VALIE EXPORT. Su obra más conocida, Action Pants: Genital Panic, la presenta con el pelo alborotado, chaqueta y pantalón de cuero negro, del que se deja a la vista sus genitales mientras sostiene una ametralladora. Además, paseó como a un perro a su pareja –Peter Weibel, artista, curador y teórico ruso– por las calles de Nueva York.
En 1989 Robert Mapplethorpe presentó The perfect moment una exposición fotográfica de retratos de flores y personas desnudas, en blanco y negro y gran formato. Cuando llegó a Cincinnati, el director del Centro de Arte Contemporáneo, Dennis Barrie, fue acusado de promoción de la obscenidad. Más recientemente, Maurizio Catelan colgó réplicas de tamaño real de niños de unos árboles en Milán. Es el mismo artista que presentó al papa Juan Pablo II aplastado por un meteorito o a Adolf Hitler orando, causando reacciones de políticos y representantes sociales. Rupturas clarísimas con las morales vigentes y cambiantes de cada época. Inclusive, de las morales que hoy en día conviven en el mundo. Porque, como se pregunta Laniado-Romero “¿acaso no es romper con la moral en cierto país que una mujer maneje? ¿acaso no es romper con la moral comprar obras de dudosa procedencia o autoría con dinero público? ¿acaso no es romper con la moral en ciertas sociedades si no se somete a las hijas pre-adolescentes a la ablación?”.
Es que ese detalle sobre la moral resulta determinante: nunca es la misma. Sería de esperarse que un director de Cultura lo entienda, como lo entendió Dennis Barrie, cuando se enfrentó al conservadurismo local, a los líderes políticos y religiosos de su comunidad y a sus propios jefes. En cierta forma, Melvin Hoyos es el negativo de Barrie. Su némesis, su antagonista, su archienemigo.
Barrie tenía muy claro que el arte tiene poco que ver con la moral. Así lo explica Jaime Cerón, director del Departamento de Artes Visuales del Ministerio de Cultura de Colombia, crítico, curador y recientemente catalogado como una de las diez personas más importantes de la escena artística colombiana. De paso, ha sido tres veces jurado del Salón de Julio de Guayaquil en los últimos diez años. “La práctica del arte parece tener mucho más que ver con la ética que con la moral, porque la moral puede interpretarse como una de las dimensiones del "buen sentido" en palabras de Roland Barthes, o del "aparato ideológico" en palabras de Althousser que suele ser el blanco de muchos de los análisis y cuestionamientos que le han dado sentido al arte a través de la historia”. Según Cerón,  podría haber confluencia en muchos enfoques teóricos respecto a que el arte tiene como tarea la confrontación de las estructuras de representación cultural que asumimos como "realidad" y por eso el arte siempre pone en cuestiones las creencias y lugares comunes del cuerpo social en general.  “El arte es un lugar de tensión” definió Lupe Álvarez en su charla “¿Qué es el arte?”. Esa definición ratifica lo dicho por Cerón: el arte está para cuestionar las creencias de la sociedad en general. Un arte complaciente, obsecuente con la institución –sea ésta política, religiosa, mediática, académica o financiera– no genera la tensión necesaria para tener relevancia. A lo sumo, resultará decorativo –es decir “bonito”-. Y eso se encuentra en las galerías de arte de las decoradoras, pero no debería tener lugar en la gestión cultural público. Lo “bonito” por lo que Hoyos aboga no es un criterio de selección válido. “El vínculo del arte con la estética fue prefigurado incluso desde Marx, quien afirmó que la ética sería la estética del futuro” continúa Cerón. Algo que, para el crítico colombiano, no implica que haya una perspectiva homogénea para trazar la comprensión de los fundamentos éticos de las prácticas artísticas y por eso, concluye “muchos artistas del presente han optado por transferir los dilemas o debates éticos que se proponen en sus obras a los espectadores”.
Siendo ése el panorama actual, Hoyos debería entender que en la discusión actual sobre arte y cultura no va más la idea de la vitrina que intenta un discurso unívoco, sino, por el contrario, pretende el establecimiento de una reflexión, cuando no un diálogo con el espectador, recuperándolo como parte del proceso y redefiniendo, en diferentes formas, la histórica relación obra-autor-público, buscando, de esa manera, lecturas propias y reflexiones y no intentando imponer un discurso que sea moralmente aceptable (si es que tal cosa es posible).
Intentar someter al arte y a la cultura a una moral, acaudillada desde el púlpito de turno, es absurdo. Como dice Laniado-Romero “El arte ha podido con los Torquemadas, los Goering , los Mussolinis, los Hitlers, los Mccarthys y los Helms de siempre, quienes tarde o temprano han acabado consumidos por el propio fuego de su inabarcable vanidad”.
En la misma entrevista, Melvin anuncia que habrá nuevos museos en Guayaquil. Entre ellos, uno de Arte Moderno y Contemporáneo “en una edificación que está ligeramente inclinada, y nosotros vamos a acentuarlo  con la finalidad de que se perciba que es un museo que rompe con paradigmas y lo establecido.”
El asunto es que, tal como señala Justo Pastor Mellado, “un edificio no es una institución”. Jorge Sepúlveda e Ilze Petroni –directores de Curatoria Forense, organizadora de la residencia artística [FOREPLAY] que tuvo lugar en Guayaquil– afirman que ese es un recurso válido, pero secundario “ese señalamiento debe ir acompañado de una línea editorial explícita, metodologías de trabajo claras y el establecimiento de criterios y parámetros que permitan a funcionarios capacitados comprender la calidad y pertinencia de las obras y los procesos de producción artística y discursiva, así como también las relaciones con la comunidad y la cultura” Es decir, ni el hábito, ni la catedral hacen al monje.
Con ellos coincide Cerón: “El edificio en que se ubique un espacio artístico puede ser un signo de su orientación conceptual e ideológica, pero no es suficiente”. Sin embargo, lo que hace crítico a un espacio, a decir del colombiano, es su “proyecto curatorial, su programa expositivo y las líneas de intervención que lo complementen, como las publicaciones, los encuentros teóricos y demás”. Basta darse una vuelta por el Museo Municipal, recordar las muestras recientes (que incluyen una muestralight de parafernalia y filatelia sobre Madonna, quien al parecer sí le resulta moral a Melvin Hoyos), para notar que el programa propuesto por la institución es insuficiente y que podrán encontrar un edificio que flote en el aire por sí mismo sin que la institución que lo habita logre dejar la mediocridad.
Alguien dijo en tuiter que cada cierto tiempo aparece Melvin Hoyos, dice cuatro barbaridades y el arte sigue su curso. Es cierto, aunque parcialmente. Definitivamente, de él no depende la calidad de la producción cultural ecuatoriana, que cruza un momento interesantísimo. Sin embargo, es el responsable de la política cultural de una de las municipalidades más grandes del Ecuador y lejos de incentivar un acercamiento de la escena local con la internacional, ha preferido la calma y falta de tensión del provincianismo, incluso llegando a decirle a una ex colaboradora suya “no puedes traer arte del primer mundo al tercer mundo”.
Ese tipo de argumentos, por supuesto, están destinados a justificar la censura. De igual manera, la siempre disponible carta de la protección de los niños sirve para de excusa facilista para lograr una opinión favorable del público en general. Esto no se trata de promover o justificar el arte con contenido sexual, ni reclamar solo por la censura a esas manifestaciones, sino por la promoción de la diversidad de las manifestaciones culturales.
Con esa mentalidad, no extraña que el trabajo en materia cultural del Municipio de Guayaquil contraste con la gestión cultural de, por ejemplo, Quito, donde el mundo y la ciudad se acercan, para beneficio de sus ciudadanos. El Centro de Arte Contemporáneo y el Teatro Nacional Sucre son ambas entendidas adscritas a la administración local quiteña. En el Sucre, por ejemplo, acaba de tocar John Zorn con Mike Patton y en noviembre pasado hubo un festival de Jazz que tuvo a Sharon Jones y a the Squirrel Nut Zippers, entre otras grandes bandas.
Mientras, en Guayaquil, Melvin Hoyos está más preocupado de desacreditar a los críticos de arte (por el pecado de cuestionar su gestión), a los cuales ha acusado de estar desactualizados de lo que pasa en el mundo y de proclamar que el arte ha crecido gracias a su gestión. La realidad es opuesta.
No es cierto que, por ejemplo, el arte contemporáneo haya crecido en Guayaquil en los últimos diez años por el Museo Municipal, sino por la gestión de esos mismos curadores que Hoyos critica y, por supuesto, por la producción cada vez más copiosa –en tanto calidad y cantidad- de los artistas locales. Cierto es que el Salón de Julio se ha constituido en una pieza importante dentro del sistema del arte en la ciudad, pero no recibiría las propuestas que exhibe sin, por citar un caso, la aparición del ITAE. A eso debe sumarse el trabajo de gestores y especialistas del medio que desde la gestión privada han aportado de manera decisiva a la visibilización internacional de la producción artística guayaquileña, con resultados mucho más contundentes que de cualquier gestión iniciada por el Museo Municipal. La verdad es que un museo que privilegia la moral de sus funcionarios antes que las consideraciones artísticas poco aporta a cualquier escena.
En el caso de Barrie, la justicia reivindicó la decisión del director del Centro de Arte Contemporáneo de Cincinnati y la exposición de Mapplethorpe se mantuvo. Acá no. Acá los jueces han fallado a favor de la censura previa y la mediocridad. Ellos también, como Melvin, prefieren un Guayaquil Sin Amour.
Jeff Koons. Made in Heaven. 2008