domingo, octubre 28, 2007

ACLARACIÓN TEMA HABACUC

ACLARACIÓN:

Desde hace días circulan por Internet y en algunos órganos de la prensa escrita, versiones que vinculan al jurado de la Bienal de Costa Rica Bienarte 2007 (Ana Sokoloff, Olivier Debroise y Rodolfo Kronfle Chambers) con una exposición que el artista Guillermo Vargas “Habacuc” realizó en la galería Códice de Managua, Nicaragua, en agosto de 2007.

Como miembros del jurado queremos dejar establecido que las obras que Guillermo Vargas “Habacuc” envió a la Bienarte 2007 eran entonces, como lo estipula la convocatoria de esta bienal, inéditas, y por lo tanto, sin relación alguna con las que, dos meses antes, fueron expuestas en Managua.

Suscribimos la declaración del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de San José, Costa Rica (MADC), publicado el pasado 18 de octubre, la cual adjuntamos junto a una aclaración de la directora de la Galería Códice en Nicaragua.

Finalmente, es nuestra obligación rechazar de la manera más firme la campaña mediática que se ha orquestado, pretendiendo descalificar y amedrentar, manipulando la información y promoviendo intereses oscuros, de corte fascista, incluyendo un llamado a la violencia y al crimen.

Los miembros del jurado de Bienarte 2007

Ana Sokoloff Olivier Debroise Rodolfo Kronfle Chambers

Nueva York, Ciudad de México, Guayaquil, 28 de octubre de 2007.

DEL MADC DE COSTA RICA:

A QUIEN INTERESE

En atención a todos los correos que hemos recibido solicitando la derogación de la participación del artista Guillermo Vargas (Habacuc) en la Bienal Centroamericana Honduras 2008, el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) de Costa Rica aclara:

1. El MADC no tiene injerencia en la representación de Costa Rica en la Bienal Centroamericana Honduras 2008. El papel de este museo ha sido el de promotor de la Bienal Costarricense de Artes Visuales, actuando como facilitador y sede de la selección de obras realizada por un jurado internacional.

2. La muestra de la Bienal Costarricense de Artes Visuales 2007 que actualmente se expone en las salas del museo, comprende dos obras de Habacuc, concretamente, “Jony leyendo y explicando” y “Pancartas”. La obra en la que Habacuc involucró un perro, y por la que está siendo cuestionado internacionalmente, se realizó en agosto de 2007 en la Galería Códice, de Managua (Nicaragua). Esa obra no participó ni forma parte de la selección de obras de la bienal, por lo tanto no está vinculada a la Bienal Costarricense de Artes Visuales 2007 ni a la Bienal Centroamericana de Honduras 2008.

3. Por otro lado, con independencia de los cuestionamientos éticos y/o estéticos que se puedan hallar en una obra como la realizada por el artista Guillermo Vargas, (Habacuc) en Nicaragua, desde el MADC consideramos:

Que una obra cuestionable o cuestionada, debe servir para dar lugar a la expresión de opiniones diferentes y hasta encontradas, pero nunca a actos de censura.

Que la censura de una obra o artista por el tema o la forma en que se aborda, es una medida impositiva que evade la interrogación misma sobre lo que se pretende cuestionar o anular.

Que aplicar este tipo de medida implicaría que la organización de la Bienal Centroamericana Honduras 2008 asuma la posición de juez, y aplique un “castigo” a un artista a partir de una demanda, pasando por encima de la decisión que un prestigioso jurado tomó de incluir a este artista como parte de la representación de Costa Rica en el momento y lugar apropiado (la Bienal Costarricense de Artes Visuales 2007).

Por lo tanto, que la solicitud de derogación de la participación de Guillermo Vargas (Habacuc) de la Bienal Centroamericana de Honduras 2008, consideramos es legalmente improcedente y sin fundamento, no solo porque las obras con las que el artista fue seleccionado a la Bienarte 2007 son distintas a la obra cuestionada, sino porque la censura de un artista por hacer una obra muy polémica -aunque este sujeta a discusión dentro de los ámbitos de la estética y la ética- no debe ser de ningún modo la base de legitimación de la censura.

ACLARACION DE GALERIA CODICE:

Managua, 19 de octubre

Galería Códice desde su creación en 1991, ha promovido las artes visuales centroamericanas, pero especialmente las nicaragüenses, tanto en el nivel nacional, como en el regional e internacional. En Códice han expuesto grandes maestros centroamericanos, así como artistas consolidados y emergentes. Los lenguajes contemporáneos del arte universal también han tenido espacio en Códice, por lo que periódicamente acoge muestras de arte conceptual.

Con ese espíritu, el jueves 16 de agosto recién pasado se presentó Exposición No.1, del artista costarricense, Guillermo Vargas, conocido artísticamente como HABACUC.

Uno de los trabajos expuestos consistió en presentar a un perro famélico que Habacuc recogió de la calle, y durante la exposición aparecía amarrado con una cuerda de nylon, que a su vez estaba sujeta a otra cuerda que pendía de dos clavos en una esquina de la Galería. Habucuc nombró al perro “Natividad” en homenaje al nicaragüense Natividad Canda (24 años) quien murió devorado por dos perros Rottweiler en un taller de San José, Costa Rica, la madrugada del jueves 10 de noviembre de 2005.

El perro permaneció en el local tres días, a partir de las 5 de la tarde del miércoles 15 de agosto. Estuvo suelto todo el tiempo en el patio interior, excepto las 3 horas que duró la muestra, fue alimentado regularmente con comida de perro que el mismo Habucuc trajo. Sorpresivamente, al amanecer del viernes 17, el perro se escapó pasando por las verjas de hierro de la entrada principal del inmueble, mientras el vigilante nocturno quien acababa de alimentarlo limpiaba la acera exterior del mismo.

La Galería Códice se reserva el derecho de velar por la calidad de los trabajos expuestos, respetando en todo momento la creatividad del artista y jamás ha pretendido ejercer ningún tipo de censura, siempre y cuando no atenten contra los principios elementales de la ética y mucho menos que impliquen la vida de un ser viviente, sea humano o animal. Yo pensaba quedarme con “Natividad”, pero él prefirió retornar a su propio habitat.

Celebro el que tantas personas en el nivel internacional se hayan mostrado molestas por las declaraciones brindadas por Habacuc, en las que sostenía que su intención era dejar morir al perro de inanición, lo que es de su absoluta responsabilidad. Al cumplir con informar la verdad de los hechos, espero que todas esas mismas personas hayan elevado también su voz de repudio cuando Natividad Canda fue devorado por los Rottweiler.

Atentamente,

Juanita Bermúdez

Directora

Galería Códice

Managua, Nicaragua

domingo, octubre 14, 2007

Graciela Guerrero - Tendal - 1er premio FAAL

Tendal (octubre 2007)

Graciela Guerrero

Primer Premio FAAL - categoría "Artes Alternativas"


Esta intervención urbana parte de un interés por recuperar y repensar la memoria de imaginarios históricos que se encuentran latentes en el tejido social. Para tal efecto el malecón provee uno de los escenarios más aptos por su relación social, cultural, histórica y económica con la urbe.


La obra emplea pepas de cacao como un elemento cargado de significancias, el cual puede efectivamente sublimar y concentrar toda una carga contextual. A manera de performance y colaborando con algunos trabajadores del campo se reproduce la acción de tendido de cacao en la superficie ovalada que rodea la Torre Morisca y su emblemático reloj, pretendiendo aludir así al tiempo y a una serie de hechos que nos sugiere el elemento con el cual trabajo: el perfil del mismo en las construcciones identitarias locales, la revalorización del montubio en nuestra historia económica, los momentos de auge y declive de la ciudad y la región, el rol de este producto en relación a nuestra actual estratificación social, etc., etc., etc., tic-toc, tic-toc, tic-toc…




























































1825 La calle del malecón tomó el nombre de Bolívar en honor al general venezolano. EL intendente colombiano Paz del Castillo propone construir para vivanderos algunas covachuelas en las afueras del malecón. En este mismo año el Intendente Illingworth pidió la cooperación municipal para continuar con la obra del malecón que se iba a suspender por falta de 25.000 pesos, que finalmente fueron donados por los comerciantes.


1833 El amurallado llegaba desde Ciudad Vieja hasta el primer Puente (hoy la calle Roca) y para alzar el barranco se permitió arrojar las basuras del cacao, desde la calle Merced hacia el norte.


1931 El cabildo porteño resuelve nominar "El paseo de las Colonias" a la parte del malecón comprendida entre las calles Víctor Manuel Rendón y Diez de Agosto, en reciprocidad a la contribución de las diferentes colonias extranjeras que aportaron, a través del diseño, jardinería, mobiliario y colocación de monumentos, al embellecimiento de este sector. En este mismo año se elevó a treinta metros de altura la Torre Morisca del Reloj Público.


1936 Recibió oficialmente el nombre de Malecón Simón Bolívar mediante una ordenanza Municipal, del 7 agosto de ese año, en homenaje al Libertador Simón Bolívar.


1997 La Fundación Malecón 2000 propone un ambicioso proyecto para rescatar la belleza y resaltar el valor histórico y comercial del Malecón Simón Bolívar. De ahí toma su actual nombre.


Fuente: Historia del Malecón. Publicado por Diario EL UNIVERSO.


EL COMERCIO DEL CACAO

Tomado de El Ecuador Profundo de Rodolfo Pérez Pimentel


Los comerciantes de Guayaquil heredaron el negocio del cacao de los productores del interior, estaban asentados en el malecón de la ría donde tenían sus casas de comercio con amplias bodegas para almacenar el fruto hasta tanto se lo pudiera exportar y así de simple intermediarios pasaron a ser los capitalistas del negocio, con barcos que servían para llevar cacao a los puertos de venta…


Las cosechas se traían por la vía fluvial, los agricultores vivían endeudados con los comerciantes que solían otorgarles préstamos como adelantos por las cosechas. Hacia 1880 el negocio del transporte también cambió, ya no se usaban las balandras o veleros y surgieron las flotillas fluviales como la de Pablo Indaburo Ortiz o la de Jaime Puig Mir y las primeras casas bancarias abrían sus puertas al comercio y a la agricultura, aunque no existían sistemas de fomento, que esto fue muy posterior y en el presente siglo.


La exportación del cacao se hacía a nombre del vendedor o por cuenta del inversionista extranjero con agencia en Guayaquil, los Vallarino, Obarrio, Pérez, Planas, Orrantia, Stagg y Lozada tenían oficinas centrales en Panamá y agencias en Guayaquil y New York. Faltaban bancos, todo se hacía con el crédito del exterior.

Los ricos y la clase media acomodada paladeaban vinos y licores franceses, portugueses y españoles, galletas y jamones ingleses, perfumes, telas y jabones de los Estados Unidos. De Alemania llegaba todo lo que era de ferretería y máquinas en general. Las importaciones eran relativamente escasas porque el pueblo no podía satisfacer sus gustos, por limitados que éstos fueren, pues no existían salarios adecuados.

La situación era tan crítica que solamente los caballeros usaban zapatos, andando el resto de las gentes descalzas y sin ninguna vergüenza o rubor, pues era lo más normal salir a las calles de esa manera. Aún en el centro de la urbe y hasta en los salones se veía personas descalzas de ambos sexos comprando o ejerciendo oficios varios. Esta situación de minusvalidez se reflejaba también en algunas costumbres típicas. Las mujeres del pueblo no tomaban asiento en las visitas a las casas de los ricos pues preferían hacerlo en el suelo y a los pies de la «patrona», que tampoco estaba sentada sino en hamaca. Había una hamaca en cada cuarto pero en los zócalos de las puertas que comunicaban a los cuartos entre sí, siempre había otra chiquita. Todas eran de mocora.

Sin embargo y a pesar de estos casos de extrema pobreza, hay que reconocer que nadie pasaba hambre pues los productos de primera necesidad eran baratos y abundantes, los plátanos, el arroz, la yuca y algunos vegetales sobraban en las haciendas y se expedían casi de balde en los mercados. La población era escasa y estaba mejor repartida entre el agro y la ciudad. Por cada habitante citadino había tres agricultores, la mano de obra no era problema, tampoco existían las aglomeraciones que hoy proliferan en las urbes, Guayaquil a duras penas se extendía entre el río y la calle Santa Elena (Lorenzo de Garaycoa) los terrenos más allá eran considerados extramuros inhabitables. Por el norte se salía del cerro y se terminaba en la Avenida Olmedo y luego en la calle Brasil, las casas eran saltadas, había terrenos sin construir que servían de jardines o patios de recreo. Pocos edificios altos y solamente unos cuantos de dos pisos, más parecía un simple villorio que una ciudad y ya para entonces Lima era considerada la ciudad de los Palacios y en Buenos Aires la población sumaba más de un millón de habitantes. Estas diferencias se dieron por la falta de migración hacia el Pacífico, mar enorme que nos mantiene alejados de todo vecindario.

De allí que el comercio del cacao era para Guayaquil el mayor rubro de ingresos y quizás el único de consideración…