domingo, diciembre 20, 2009

Playlist 2007-2009 en Guayaquil


http://riorevuelto.blogspot.com/2009/10/playlist-2007-2009-proceso-cuenca.html
Reportaje Diario El Universo
Reportaje La Revista - Diario El Universo
Reportaje Diario El Telégrafo




Slideshow cortesía de Javier Lazo

 De la noción de perderse (ó imágenes que se bifurcan)

Un proyecto que trascienda el espacio de la crítica y desemboque en un proceso operativo capaz de definir el presente y sus sujetos de representación artística;  eso es lo que podríamos llamar al Playlist presentado por Rodolfo Kronfle Chambers y Cristóbal Zapata. Esta muestra, cuyo origen es diseñado alterno a la X Bienal de Cuenca, sucede por primera vez como una opción para el nuevo espectador, el "emancipado", como se ha querido citar a Ranciere en el catálogo introductorio: Para aquellos que visitan las bienales con expectativas mucho más ambiciosas que los visitantes en sus primeros intentos, para quienes conocen ya las variaciones entre los circuitos culturales resulta Playlist un claro ejemplo de la confrontación entre actores y espectadores en eventos de esta naturaleza, debido a que los horizontes de las bienales se han venido difuminando en la inercia de la incertidumbre y ambivalencia del valor de una obra de arte dentro de ellas. Es de aquella inestabilidad de la que se aprovecha Kronfle para situar, objetiva y astutamente obras a presentar como un triunfo en el arte. Lo que premia aquí esta lista de reproducciones no es al greatest hit, sino ese eslabón que se une a las demás piezas de la máquina de hacer cultura. La responsabilidad del que visita la muestra llega a ser quizás mucho más visible que la del curador.

La oportunidad de exponer Playlist en el Museo Municipal de Guayaquil varía en su condición; el simple traslado de ciudad a ciudad hace que el concepto original aproveche otras funciones en diferente orden prioritario. El video de Juan Carlos León parecería llenarse de connotaciones por el simple hecho de referirse directamente a Guayaquil y al tiempo que domina a la ciudad en el espacio indicado. Es un discurso de 45 años que en el video de León hilvana las cabezas de dos tiempos, que sirven para relatar el curso eterno, mítico como Sísifo, de la realidad portuaria.

Es como el Memorial (2008) de Oscar Santillán, la mirada del venado frente a un (periódico) desierto, donde propone pensar en la diaria tragedia del olvido, de  la fragilidad del conocimiento, de la impotencia del verbo humano esperando al futuro como el horizonte de todos sus accidentes. Casi apuntando al venado, está el dispositivo fotográfico de Santillán que pretende grabar cien años de ínfimos momentos, aguardando el momento en el cual el resplandor deseado aparezca. Es esta frágil estética de la sorpresa, la que interesa a Stéfano Rubira al apropiarse de escombros de la infraestructura urbana como si fueran estos pedazos de cemento el objeto encontrado para reinterpretar los valores de la memoria ausente, para lograr así un equilibrio entre la diversidad de emociones que el material y “lo” inmaterial le otorgan a la obra. Es este juego de presencia y ausencia el que le da sentido a la serie Tumbado de Rubira, como si este hablara del techo que cae encima del cuerpo inerte, diminuto hecho a lápiz, que a pesar del peso material logra una aleteante ligereza.

Con Playlist lo que sucede es por consiguiente algo curioso: la selección de obras hechas por el curador que parte de un impacto explícitamente individual, es sin embargo de índole colectiva. La agorafobia peculiar de Roberto Noboa en 5:30 AM ya se habían ido todos (2008) y Ping Pong y Tenis Rural (2008) pone en escena el horror hermético de una pregunta sin respuesta, que supone a las figuras ausentes, casi en el borde en el que nosotros ondulamos, el momento inquietante de tener que enfrentar un último y único partido. Es ahí, en las ruinas de Noboa, donde todo parece llevarnos a algún significado asegurado, donde no vale más que recurrir a todo lo que no sea familiar, sin tener que olvidar nuestro punto de inicio: la sola y simple imagen.

La consciencia sobre la imagen es también un motivo de peso en la obra del antropólogo X. Andrade, que le paga al pintor de la esquina para que interprete la idea, a partir de láminas escolares, de los problemas sociales como la prostitución, las drogas y el terrorismo. El amateurismo en la factura de estas reproducciones nos pone a reflexionar sobre la responsabilidad del autor con respecto a la imagen producida, pero sobre todo al interés que tenga este para poder llamar esa reproducción, una obra de arte. Ahí, en esa esquina entre Noboa y Andrade, ya hay un intenso intercambio discursivo.

El grupo y el individuo, en un mismo contexto, van moldeando de manera heterogénea, lo que se entiende como identidad,  bajo los varios intereses que se conforman dentro de una región en particular. En  ”Mi Recinto”, como en los otros capítulos de la muestra, “El paisaje entrópico”, “Noticias de la diáspora” y “Derivas del yo”, se albergan ejemplos de la fauna conceptual de artistas como la Fernando Falconí y su serie Excursiones. Ahí están sus cuadros que, a través de ilustraciones de las que el artista se apropia y que portaron los libros escolares de la mayor parte del siglo XX, descolocan – en su perversidad- la imagen que se pretende mostrar como identidad, en una edad donde los sentidos ya buscan el desvío.

La herencia cultural y sus múltiples raíces que asocia Juana Córdova en su serena y dulce Botica (2007/08) son puestas a prueba sin misericordia alguna con el grotesco de lo marginal de Wilson Paccha. En Descaletados (2007) se arrastran las lavacaras con sangre, al antihéroe local con el pecho flácido le son inalcanzables los zapatos enormes entre una que otra cucaracha. Asociar y disociar todos estos aspectos mencionados, contribuye a la apreciación de esta (bio)diversidad artística propuesta. Otorgarle a Kronfle el título de autor de este espectáculo  no es un error; tanto él como el espectador saben que el protagonismo le pertenece a los derives de los artistas y sus reflexiones.

La reconstrucción que el curador hace en Playlist difiere sin embargo de alguna pretendida arqueología de la escena del arte en Ecuador. Kronfle ha escogido estratégicamente el campo 2007-2009, como indica en su condición de cronista, para anotar lo que testificó en carne propia durante la evolución de cada uno de los artistas. Su texto (de)constructor cuestiona escrupulosamente los ejes prioritarios de la producción cultural de nuestra localidad, a su vez afirmando lo que define hoy las características de la misma. My pictures from Ecuador (2009), de Karina Skvirsky Aguilera, quien presenta por primera vez en sintonía de compatriotas parte de su ciclo Memorias del subdesarrollo, es un sencillo y claro ejemplo de la exploración personal del artista convertida en una experiencia general, una distancia acortada entre la historia familiar y la historia nacional, que sin embargo mantienen una intimidad absoluta.

Hacer historia, crear intimidad y distancia, son a su vez un objeto de aproximación virtual, desde la perspectiva anónima de la experiencia única, donde lo real solo es posible a través de un filtro,  desde el emocional hasta el digital. Las imágenes extraídas de Google Earth que trabaja Pablo Cardoso en el conjunto de acrílicos Nowhere (2008), me recuerdan a las primeras tomas de películas como The Birds, de Hitchcock, The Shining, de Kubrik o Ghost Dog, de Jarmush. Los particulares protagonistas en cada una de ellas se encuentran perdidos en el paisaje miniatura, mientras el espectador trepado en la periferia, intenta atravesar su condición vertiginosa, suicida. Eso de que “de este mundo no podemos caernos”, el sentimiento de indisoluble comunión, de inseparable pertenencia a la totalidad del mundo exterior, es para Freud motivo de penetración intelectual a urgencias mucho más religiosas, oceánicas. Por lo menos hacia el exterior, consuela el psicoanalista, el yo parece mantener sus límites “claros y precisos”.

Una oferta como Playlist puede entonces ser rescatada de un clima de aceptación y complacencia generalizada, pues a pesar de tener una estructura formal fiel a los principios del placer, es  parte de esa larga pugna de “validación” de las prácticas contemporáneas en el arte ecuatoriano. El fondo de las polémicas de nuestra cultura sigue siendo una confrontación de paradigmas, de los cuales Kronfle se separa, sin aislarse en caprichos. Repeat, Repeat one, Random; revisando y repitiendo los encuentros es como se persigue una respuesta determinada a este testimonio de obras como -y con esto no alargo el abrebocas- el laberinto de Manuela Ribadeneira, Change is round the corner (2009).

Típico en cualquier discurso de revoluciones, el radical e insuficiente “el cambio está a la vuelta de la esquina”, aparenta también una transparencia de juegos infantiles. Que sea esta frase, la que abre/cierra las puertas a los espejismos (no son espejos, sino un dominó de acero inoxidable… vaya material para remitirme a la inquietante eternidad) de Ribadeneira, recuerda a lo que dice Borges sobre el laberinto; y es que según él, el laberinto definitivo no es aquel en el cual uno se pierde, sino aquel del cual uno jamás volverá a salir.

María Inés Plaza Lazo 
Munich-Cuenca-Guayaquil, invierno 2009/10 

Marxz Rosado en Espacio Vacío - Guayaquil

17/dic/2009

Sinfonía de cruceros (2006) - Marxz Rosado from Río Revuelto on Vimeo.
 
La fábula del pescador, la ballena y el crucero
Por Galo Alfredo Torres

1.-Un mundo escurridizo

Para nadie que frecuente los circuitos de arte contemporáneo le son desconocidas las dificultades que acarrea la noción de video-arte, denominación que para muchos no funciona adecuadamente, y si la seguimos utilizando es porque cuando se han buscado alternativas como video de creación o video experimental las cosas no han mejorado. Y es que la raíz del problema está en el objeto que designa: la producción audiovisual susceptible de ser abarcada bajo estos términos es tan heterogénea y escurridiza, que cada vez que se intenta una ordenación o clasificación el fracaso parece anunciado. Creo que el video Sinfonía de cruceros,  del artista puertorriqueño Marxz Rosado, nos enfrenta a las dificultades ya señaladas: ¿es una obra de video-arte o es un cortometraje documental? ¿Está poniendo en imágenes un concepto o nos está contando una historia? ¿Nos está planteando un reflexión sobre alguna realidad, que es el encargo encomendado al arte contemporáneo o está apelando a nuestros sentidos y emociones, que es lo que cierto cine experimental se propone? El mismo Rosado, cuando, casi desprevenidamente, le disparé la pregunta sobre si se consideraba un artista o un cineasta, titubeó, aunque reaccionó y reconoció su inclinación cinematográfica. Por supuesto, no debemos olvidar que la misma noción de cine y aquello que designa, vistas de cerca y a la luz de la producción actual, es otro campo pantanoso, escurridizo, sobre todo cuando se pronuncia esa otra abstracción absoluta que es la noción de cine experimental.

2.-Lo que vemos y escuchamos

Y en efecto, desde el título, este corto se anuncia ante todo cinematográfico, justamente porque su naturaleza sonora y visual  revela que el realizador estuvo atento a aquellos dos canales que lo cinematográfico ha hecho su campo de batalla plástica y el terreno de cultivo de aquello que de más esencial tiene el cine: su lenguaje. Dos canales que en general los artistas, más apegados a la acción artística y al performance descuidan o no los optimizan, puesto que sus obras y proyectos se fundamentan en lo que pasa en sus acciones y no en lo que le pasa a sus imágenes. Es decir, que en general para los artistas que usan como soporte o medio el audiovisual, la cámara y el lenguaje del cine son elementos pasivos, solo cumplen el papel de vehículo de la obra y los reducen al pingüe rol de registro; a tal punto es así que hemos visto obras en video que son meras documentaciones de obras, que muy bien funcionan sin el plus que le podrían aportar la cámara, el encuadre, el color, el sonido, la planificación o el montaje; componentes que, al contrario, son aprovechados y refinados en Sinfonía de cruceros.

3.-Lo que se cuenta

¿Porqué entonces mostrar un cortometraje en una galería y no en una sala de cine? Bueno, ya he dicho que el campo cinematográfico, en la contemporaneidad, es también muy problemático: justamente por la heterodoxia y proliferación de temas y formas. Sinfonía de cruceros cuenta una historia es verdad, pero no es lo que ortodoxamente llamamos “una historia”, ciertamente que hay personajes y acciones dramáticas, pero inscritas en una inusual rarefacción; y además no hay una “puesta en intriga”, lo que lo distancia de lo que habitualmente llamamos cine narrativo, aquel que obedece las reglas dramáticas y profesa un respeto irrenunciable a los códigos de identificación y conducción del espectador. Creo que el corto que nos aprestamos a ver está más del lado de la expresión y la labor creativa de su realizador, y por ello tiende a perturbar la mirada del espectador medio.
 
La historia de la desobediencia, de los alejamientos o formas alternativas de contar una historia es larga, y se inscriben en eso que yo llamo “incorrección creativa”, y han surgido a su vez del tortuoso proceso de planearse dos preguntas: qué es una historia y qué es contar una historia. El cine y el video experimentales, que usan como soporte de registro el fílmico o el digital, han sido protagonistas de la incorrección creativa más radical, en el sentido de que han buscado y encontrado “hechos” que contar, situaciones y personajes, además de maneras de contar muy particulares, que tensan en grado extremo la noción del narrar, de contar una historia. En este cortometraje por ejemplo nunca vemos una ballena: pero la escuchamos, y muy vívidamente.

4.-La fábula del pescador, la ballena y el crucero

Sinfonía de cruceros, con material filmado directamente y por la doble vía del canal visual y auditivo nos cuenta y nos revive la experiencia de arribos y llegadas, nos muestra la febril actividad de un muelle, al que llegan y del que parten enormes cruceros, a los que los dueños del mar casero escoltan, acogen o despiden. Nada especial, pura cotidianidad con la que cualquier persona, incluido el artista, conviven a diario. Pero justamente allí ocurre el gesto estético: cuando ese fenómeno microscópico es convertido en metáfora por alguien que mira se vuelve macroscópico; ese momento cualquiera metamorfoseado en imagen y sonido se torna excepcional, o como dice Paul Auster de uno de los personajes de su novela Leviatán, que también es un artista: que era capaz de convertir lo más mínimo en algo preñado de significados, de cargar a la más anodina rutina de la más excepcional emoción.

Creo que el trabajo sonoro —que no puedo privarme decir que podría hasta funcionar solo y contagiarnos con la sola expansión de sus bajos marinos— y la labor plástica sobre las imágenes revelan a un cineasta meticuloso y que está buscando.

Marxz Rosado es el primer cortometrajista al que escucho decir que no le interesa el largometraje, es decir, todo lo contrario de un cineasta cuya meta siempre es el largo. Y lo dicho por Rosado me alegra, y es aleccionador, porque su actitud revaloriza al corto, y lo conecta con alguien que yo aprecio mucho: Abbas Kiarostami, que nunca ha dudado en llevar toda su experiencia narrativa adquirida en el formato convencional de los 90 minutos a esa experiencia cercana al haiku, que es la verdadera grandeza y esencia del cortometraje. Veamos y escuchemos entonces la vida de este muelle; esta fábula de del pescador, la ballena y el crucero que Marxz ha compuesto para nosotros.

sábado, diciembre 12, 2009

Oswaldo Terreros - Movimiento GRSB





Descargar PDF con documentación del Movimiento GRSB


Entrevista de Rodolfo Kronfle a Oswaldo Terreros a propósito de su Movimiento GRSB: Gráfica Revolucionaria para Simpatizantes Burgueses


RK:¿Cuéntame quién es Morboman?
OT: Morboman es un personaje creado en el 2004 que tiene en su chip –en su psiquis- todas estas prácticas de discursos demagógicos que son propios de la América Latina, con un análisis del discurso, del trabajo estratégico de campañas marketeras, de la política electoral: prácticas publicitarias, todas estas estrategias de tratar de acaparar las masas, de cómo se construyen estos discursos en cuanto a comunicación, en cuanto al manejo del lenguaje, como quien dice el marketing político en sí.

RK:¿Básicamente este es el tipo de deconstrucción que estás haciendo a través de la estética de mitin de la cual te estás apropiando y en los afiches que estás manejando? Cuéntame de este sitio…
OT: Si. ¿Por qué lo hice aquí? Bueno, una práctica bastante común, sobre todo muy acelerada en los últimos años dada la crisis de la partidocracia -este desmembramiento de los líderes políticos con sus líderes creando nuevos movimientos- ha provocado un auge del uso de solares en los cuales se han desarrollado mítines políticos, sobre todo en estas últimas campañas. Entonces aparecen estos nuevos movimientos con propuestas de mejora de vida, propuestas para cambiar la realidad de un entorno: en este lugar donde yo estoy situado ahora se han hecho mítines para el PRIAN por ejemplo; como te posicionan las sedes para trabajar con una comunidad y analizar su problemática  y obviamente como se construye esto para tratar de que el movimiento llegue al poder.

RK: Tu práctica obviamente está en el linde entre el diseño gráfico y el arte como tal, algo que te interesa obviamente explorar desde tu trabajo principal que sería el diseño gráfico.
OT: Trabajo mucho con el afiche político y me interesa mucho esta tradición, y bueno los conocimientos de la historia del arte me han permitido así mismo deconstruir también esas prácticas modernas maravillosas, pero también como se han venido reciclando mucho más y todavía siguen siendo bastante poderosas. Es inevitable que tengo enraizada la parte moderna (la cromática, el constructivismo, la parte del diseño) pero que cuestione las prácticas del diseño y las cuestiones sociopolíticas es muy importante.

RK: ¿Te interesa particularmente contrastar lo que estás haciendo con el ambiente político general en el mundo –en términos históricos-, o con el horizonte de lucha “ideológica” al cual nos estamos enfrentando hoy en día?
OT: Va por las dos vías.  La lucha ideológica en cuanto al hecho de que estamos reciclando luchas: cuestionando la lucha entre lo alterno y lo hegemónico, la lucha del centro-periferia…es bastante una crítica a esto y también a las prácticas globales, por ejemplo el boom del street art, aparentemente una manifestación libre que ha terminado siendo una categoría para hacer mas interesante un tipo de producción de arte y se ha convertido en una mercancía muy interesante.
RK: Última pregunta: ¿vas a repartir chatitas de Cristal?

OT: Sería bueno pero no da el capital, pero si la gente quiere…
RK: Entonces este es un mitin a media llave…

OT: Si [Risas]

SIMULACRO 
Por Oswaldo Terreros

Desde que nacimos venimos insertados con una especie de chip cuya información condensada son las relaciones binarias, bien-mal, dominador-dominado, hegemonía-resistencia.

Prácticamente ese ha sido el motor de nuestra producción de significados en todos los ámbitos desde donde se los emiten como lo son: arte, danza, música, cine, diseño, movimientos políticos. En donde la producción se basa en la creación desde esa postura de marginalidad y de sentimiento de polaridad y la lucha se reduce a un reconocimiento -  una legitimación para así producir nuevas luchas que cuestionen esa acción legitimada… una acción cíclica.
El hecho de asistir a un evento, expectar; uno como actante tratar emancipar un espectador, éste asiste con el impulso guiado por sus inquietudes e intenciones. Podríamos decir que el espectador espera ser sorprendido de la manera que él espera, entre una fusión de expectativa y medición, se sabe lo que ocurrirá pero se mantiene presente el suspenso para que ese acto del evento nos sorprenda.
El hecho de crear un movimiento político pretendiendo trabajar con todas las estrategias comunicacionales poniéndome el disfraz de un comunicador perverso estructurando mensajes incitadores para que asista una determinada audiencia en la que el espectador acude con una intriga, lo espera, espera ser emancipado, ahí podemos ver de forma primitiva  la aspiracionalidad develada por el interés por parte del espectador el hecho de sentir una especie de fervor ante su ausencia de algo y ese algo el movimiento te lo dará.
Utilizando un sentido cromático y tipográfico, coqueteando estéticamente con el constructivismo ruso, el pop art y la gráfica popular y la utilización de mensajes inquietantes para hacer que en el espectador se active el sentido de la ansiedad con cierto grado de intensidad… fervor.
Detrás de estas aspiraciones existe un desencadenamiento de estímulos para llegar a ese pensamiento, de aquello que viene sistematizado, aquello que implica un engrosamiento del significante, aquello que está difuso y nos permite leer muy poco para llegar a una interpretación del cómo se ha estructurado un tipo de mensaje.
Es muy complejo determinar que impulsos son los que lo llevan a… sin embargo aparecemos más humanos reproduciendo estos mitos y reproduciendo más hegemonías capaces de llegar a reafirmar esas relaciones binarias y luego hacer que lo alterno sea lo oficial, el arte de la rebelión como parte de una categoría que ha sido capaz de seguir siendo parte del mito de la trascendencia.
El círculo vicioso de la lucha.

lunes, diciembre 07, 2009

Manos Arriba - Espacio Vacío

Manos Arriba. 15 nuevos ilustradores de Guayaquil.


Participan: Autómata, Franklin Chambers, Cabeza de Oso, Ericka Coello, Marcelo Abril, Mr. Mas Brain, Daniel Vinueza, El Hongo Atómico, Cállate y Grita, Ricky Cohete, Gusho, Carla Recalde, Colectivo La Vanguardia, Lost Molotov, Maureen Gubia y Osvaldo Chambers
Chitchat con Jaime Nuñez en torno a Manos Arriba: