domingo, julio 15, 2012

dOCUMENTA 13 - reseña


100 días, 100 puntos de partida
dOCUMENTA (13)

por Maria Inés Plaza Lazo

De hecho esta edición de la Documenta en Kassel, evento en el mundo del arte más grande y “serio” de todos, se llama “100 notas – 100 pensamientos”. La directora este año, Carolyn Christov-Bakargiev (CCB), ha utilizado una estrategia caleidoscópica para su organización.

Pocos lo mencionan, pero la Documenta comenzó siendo una feria de ventas para artistas modernos alemanes, cuyas obras habrían sido clasificadas durante el régimen de Hitler como arte degenerado. Luego de la guerra, Kassel – una de las ciudades más bombardeadas por los aliados – se convirtió en un proyecto del profesor de arquitectura y escultura Arnold Bode, quién se propuso hacer de la ciudad algo más que un cerro de ruinas. Bode inauguró la Documenta 1 en 1955 y cada 5 años se la proyectó como el núcleo en donde propuestas artísticas y de reflexión diagnosticarían las mutaciones culturales actuales, cada edición abarcando mayores grupos. Es por eso que Carolyn Christov-Bakargiev (CCB como la llaman), directora del evento, no ha concentrado la Documenta en la ciudad Kassel, sino que ha escogido Kabul (Afganistán),  Alejandría (Egipto) y Banff (Canadá) como sedes principales.


Esto produce la primera bifurcación: por un lado, la Documenta rinde cuentas al territorio en dónde y para el que fue originada, por otro la Documenta opera según las contingencias actuales: el deber del arte de reflejar claramente lo que se experimenta en cada rincón del mundo de hoy y la certeza de no poder enterarse de todo al mismo tiempo. Por un lado el museo Fridericianum, las salas en el pabellón Documenta-halle, la Neue-Galerie, la Orangerie y el parque Karlsaue permanecen como las instituciones elementales, por otro lado cada vez hay más espacios que le dan, metafóricamente, un sentido a la Documenta. Este año la antigua estación central de trenes está ocupada entera, los cines de la ciudad presentan performances y filmes – entre ellos la maravillosa obra de Jerome Bel, Teatro Discapacitado (Disabled Theater), que oscila entre la espontaneidad y la actuación de personas con síndrome de Down – ; en uno de los edificios municipales hay conferencias diarias con teóricos y profesionales en las ciencias sociales.

Segunda bifurcación: hace cinco años YouTube no tenía aún la influencia de hoy, y por eso es que ahora CCB ha asignado como anexo para el público una serie de glosario-videos de términos “claves” para un mejor entendimiento: Interconexión según el físico Anton Zeilinger, Precariedad según Christov-Bakargiev, Surrealismo según  el artista Albert Serrá, Co-evolución según el artista Alexander Tarakhovsky, Falla según la artista Joasia Krysia. Por otro lado se han venido publicando ensayos a manera de “notebooks desde hace un año, es decir antes de la inauguración de la Documenta este mes, sobre temas escogidos que de una u otra manera dialogan con las obras expuestas: György Lukács sobre la sociología del arte (1909), Pascal Rousseau sobre la hipnosis como nuevo medio, el filósofo Walter Benjamin sobre los arcos de París (1927), David Levi-Strauss sobre Joseph Beuys y las Torres Gemelas de Nueva York.

Los “pensamientos” recogidos en dichos “notebooks”, comparten una sola función, la de darle a la Documenta una estructura anti-jerárquica (no solo CCB y la co-curadora española Chus Martínez ofrecen un discurso como eje del evento, sino que magnifican con esto las dimensiones de la documenta como rizoma abierta para muchas plataformas).  Merece celebrarse estas bifurcaciones dentro de la dOCUMENTA (13), desde un principio escrita con una d minúscula, obviando un certero cambio en la actitud del evento.

Perros: invitados especiales de la dOCUMENTA

La prensa internacional ha mirado con desdén, no sólo una vez, la insistencia de CCB en darle a su perro un papel especial. Esta vez, animales domésticos pueden visitar con sus dueños la exposición. Es más, CCB habla de dejarse llevar por los sentidos de los animales. Por más ridículo que esto parezca, la pregunta ¿cómo percibe mi perro el mundo del arte? encuentra sus fundamentos, por ejemplo, en la filosofía de Arthur Schopenhauer, autor de “El mundo como voluntad e idea”, quién se reconocía a sí mismo en su perro, o Friedrich Nietzsche, quien dentro de la misma tradición pesimista, apelaba a un alejamiento de la sociedad como un acto necesario para un mejor entendimiento de la misma.

“Hablamos de la naturaleza, y al hacerlo nos olvidamos de nosotros mismos, pero nosotros somos también naturaleza. Por lo tanto, la naturaleza es algo totalmente distinto de lo que pensamos cuando hablamos de ella”, escribió Nietzsche. Estas reflexiones en cuanto a la relación de los humanos con los animales desembocan en la pregunta alrededor de la sensibilidad de los espectadores, acerca de las expectativas que los lleva a visitar la dOCUMENTA. Asímismo, CCB no solo piensa en querer compartir con su mascota este gran proyecto, sino que cuestiona también lo que significa armar una exposición de arte “para todos”.



Quizás no se concentre únicamente en el rol de los espectadores y organizadores, sino también en los efectos a posteriori, al hecho de que una sola curadora no puede tener control sobre todo lo que pasa dentro de un evento tan grande y denso. Es así como se puede entender que CCB haya dejado las salas laterales a la entrada del Fridericianum vacías de objetos. Una brisa refrescante es lo único que se percibe, y toma tiempo y confusión darse cuenta que la brisa no viene de afuera, sino que es una instalación del artista británico Ryan Gander llamada “I need some meaning I can memorize” (necesito algún significado que pueda memorizar).  De aspecto trascendental es también la imponente biblioteca de madera armada por el artista británico Mark Dion, quien dentro del museo de ciencias naturales – el Ottoneum, junto al Fridericianum – presenta “libros” hechos con madera en bruto y con corteza en la parte lateral, como sacados del árbol mismo. Es un artefacto de naturaleza poética, en sentido figurado y metafórico. La biblioteca de madera de Dion – 530 “libros”, cada uno una especie arbórea diferente – alberga un discurso ecológico, sin dejar de lado el aspecto estético de su materialidad.

Las obras


El corazón de la dOCUMENTA sigue siendo el Fridericianum, primer museo de todos los museos alemanes, fundado en 1779. Aquí, CCB ha instalado una exposición dentro de la exposición general: “the brain”, sí, el cerebro. En esta suerte de archivo arqueológico se encuentran estatuillas de princesas bactrianas (de Bactra, antiguo nombre griego para Asia Oriental) de los años 2500-1500 a.C.; naturalezas muertas del pintor Giorgio Morandi, fotografías de Lee Miller en la bañera de Adolf Hitler el día en que este se suicidó, en un ritual de estremecedora purificación (ya sea personal o histórica) y objetos destruidos durante la guerra civil libanesa (1975-1990). Uno se pregunta si esto es lo que ocupó el cerebro de CCB durante la estructuración de la Documenta. En el piso superior al espacio donde se encuentra “the brain”, se encuentran los tapices de Hannah Ryggen (Suecia,1894-Noruega,1970), los cuales ilustran la realidad política durante los años anteriores y durante de la segunda guerra mundial (1930-1945). Sus tapices habrían sido de relevancia equivalente al Guernica (1937) de Picasso.

El crítico de arte americano Jerry Saltz calificó al Salón Documenta-halle como el lugar donde va a morir la pintura. Se podría acentuar esto, ya que es cierto que la Documenta-halle es el único lugar donde se exhibe este año pintura como tal. Por esto es curioso ver que las pinturas de Gustav Meztger se encuentren en vitrinas, cubiertas con una tela que hay que levantar para poder apreciarlas. Más adelante, el “Art-project” del artista chino Yan Lei tiene algo épico: durante un año (2011-2012) pinta Lei cada día un cuadro diferente. El resultado está expuesto en una sala pequeña, lo que hace que 360 cuadros según el calendario chino no tengan espacio suficiente. Pero aquí se responde a la pregunta popular sobre el estado de las imágenes en la era cibernética, donde los nacidos a partir de los ochenta son denominados como cyber-natives y así. El proyecto de Yan Lei recuerda también a las semillas de porcelana que Ai Wei Wei esparció por el Tate Modern en Londres; las frágiles piezas de porcelana se remiten a la manufactura en China, su pobreza y menosprecio; pero también a la reproducción general desorbitante de las industrias de hoy.



Hay una sala de la Documenta-halle que está escondida detrás de las video-proyecciones de los coreanos MOON Kyungwon y JEON Joonho. Los artistas invitaron a participar a la corporación de diseño e ingeniería Takram en Tokio para que diseñasen una botella de agua útil en un futuro destruido (ellos estiman en 100 a 200 años). Partiendo de la idea de que es imposible generar agua potable en el futuro, Takram propone un producto totalmente diferente: cápsulas de “sistema hidrolémico” que parecen caramelos y a su vez huevos de cristal, las cuales son almacenadas en lugar de amígdalas y dentro de los riñones. Ya que estas cápsulas no han sido probadas dentro del cuerpo humano, permanecen como un objeto de ciencia ficción. Sin embargo como propuesta de laboratorio significan una cercanía a lo que aún desconocemos y que pudiese transformar nuestro modo de vivir. Esto no es un disparate; nadie se imaginaba hace 10 años que viviríamos conectados al mundo digital a través de celulares.

Experiencia individual / Eje principal

Se dijo ya que la dOCUMENTA (13) no se la verá completa, pero esto no significa que el espectador tenga que sentir que se ha perdido de algo. Una vez despojado de la responsabilidad de “tener que ver y saberlo todo”, el espectador puede escoger que es lo que realmente le interesa visitar.  La dOCUMENTA se convierte así en múltiples heterotopías personales; empezar el recorrido en el parque Karlsaue o leyendo los “notebooks” o viendo los videos-glosario de YouTube conlleva a un entendimiento individual del evento en su totalidad; es el evento como camino lo que le da sentido a la experiencia con las obras. El excitante paseo que hacen posible los artistas Janeth Cardiff y George Miller-Bures a lo largo de la antigua estación central de trenes intercala ficción y realidad; con un iPod Touch en frente y los audífonos puestos, el espectador tiene que escuchar lo que la voz y la cámara de los artistas cuentan: son dos tiempos paralelos los que se perciben a la vez.


Tino Seghal, artista y coreógrafo presenta un performance dentro del edificio abandonado de Hugonotes; en un cuarto oscuro un grupo de personas comienza a cantar Time to get away, del grupo LCD Soundsystem y a moverse alrededor. Luego de varios minutos es obvio que los que bailan están incesantemente expulsando a los visitantes con el cuerpo, hasta que artistas y visitantes se confrontan a la luz del marco de la puerta, cantando It´s time to get away from you/ you brought a lot of money/ but I have a tiny tummy/.../But you're under my knee/ And I start to be sensible (if you know what I mean) / and next time we can talk it over/ we´ll see you again. Definitivamente un performance anti-Jeff-Koons, anti-fetichismo. Tino Seghal no es el único que prefiere desapegarse de las necesidades de vender una obra y decir que formó parte de la Documenta, sino de concentrarse en otras cosas sin tener que explicárselo a nadie. Bailar y recitar LCD Soundsystem, por ejemplo.


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