Diciembre
2 de 1969
Óleo sobre tela
2014
2014
Espíritu
de cálculo 1
Instalación
2015
2015
Espíritu de cálculo
El 1 de diciembre de 1969 se inauguró en Quito el Museo Nacional
del Banco Central del Ecuador, que acogería la colección pública más
importante de arqueología y arte del país. Los orígenes de esta colección, a
mediados de los años cuarenta, fueron consecuencia de la actividad bancaria de
esta institución y sus lógicas de acumulación. Así, los objetos arqueológicos
de oro antes de ser conservados por su valor cultural, fueron avaluados en su
materialidad y fundidos para acrecentar las reservas. El giro hacia lo
cultural estuvo marcado por una necesidad de reconstruir las genealogías de la
nación y una conciencia de las potencialidades del museo como dispositivo
escenográfico y pedagógico.
¿Dónde está el valor de lo
coleccionable y cómo se determina? Al observar las redes que han configurado
estos grandes acervos patrimoniales vemos que exceden las historias oficiales y
sus lecturas asépticas de la nación. Los archivos de la gestión de los museos
que pertenecieron al Banco Central permiten explorar un entramado de
relaciones que van más allá del objeto, develan sus recorridos y tránsitos. Nos
permiten ver las negociaciones que conjugaban valoraciones culturales y
económicas: altos funcionarios del Estado, burócratas, expertos, arqueólogos,
coleccionistas, aficionados, artistas, artesanos, huaqueros e intermediarios,
en sus prácticas definieron “lo bello”, “lo artístico”, “la obra maestra”.
Aunque el boom del coleccionismo
público tuvo su auge hasta la década del ochenta, estas redes se mantienen
vigentes. La propuesta plantea un acercamiento a los artesanos de la parroquia
de La Pila, en Montecristi - Manabí, espacio donde se han concentrado prácticas
económicas articuladas a los objetos arqueológicos, tanto por excavaciones y su
comercialización como por la producción de artesanías basadas en estos objetos.
A través de la interpretación de un inventario de Max Konanz, propietario de la
primera gran colección de arqueología que fue adquirida por el Banco Central
con fines museales en 1960, a un grupo de artesanos de La Pila se les comisionó
recrear desde su experticia las imágenes e imaginarios de esa colección. De
esta manera, se propone un diálogo entre las voces autorizadas que movilizan
el coleccionismo y los circuitos opacos de la huaquería.
Espíritu de cálculo es un proyecto en construcción que excava en la mirada
reificadora de coleccionistas, observadores patriotas y estetas
contemporáneos. Persigue la vida social de los objetos y los contextos que
permiten que éstos sean adquiridos, preservados, custodiados y atesorados como
el acervo cultural de la nación. Indaga en el ánima mercantil de las cosas que
han cimentado los sentidos de la identidad nacional. Es una invitación a
interpelar los procesos cotidianos de negociación e intercambio de capitales
sociales, culturales y económicos que han sido abstraídos por los discursos
estetizantes del museo.
Pamela Cevallos
Quito, septiembre de 2015
Bureau
Instalación
196 formatos, Acuarela y collage
2014
2014
Octubre
20 de 1949
Óleo sobre tela
2014
2014
PRENSA
Crédito fotografías: Francisco Suárez
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