lunes, marzo 08, 2010

Proceso y Documento: arte más allá del archivo

Más pruebas que error_35 experimentos desde el ITAE
Curaduría
Ana Rosa Valdez / Graciela Guerrero
PRENSA
“Más pruebas que error_ 35 experimentos desde el ITAE” constituye un intento por aglutinar, en un proyecto curatorial, procesos significativos de la escena artística guayaquileña que han sido impulsados por estudiantes del ITAE, quienes han posibilitado una nueva dinámica de creación y circulación del arte producido “desde aquí”, lo cual ha sido posible gracias al nuevo horizonte de expectativas instaurado por este proyecto pedagógico en el medio local. Gracias a la invitación realizada por Elsa Maldonado de la Alianza Francesa de Guayaquil, pretendimos construir una plataforma de exhibición que trascendiera el espacio galerístico hacia una proyección más abierta del campo expositivo, y así propiciar una trayectoria alternativa para el espectador, en la cual cada obra dialogara con su entorno más inmediato.
Determinar qué procesos, obras y autores debíamos considerar como imprescindibles dentro del proyecto resultó por demás una tarea complicada, ya que los artistas y las obras más reconocidas públicamente han logrado visibilidad en eventos de carácter concursable (salones y festivales), los cuales priorizan criterios curatoriales abiertos e inclusivos, y en los que no se logra tener una idea clara de lo que constituye un proceso de creación artística. Por esto, creímos conveniente establecer, como punto de partida, tres ejes conceptuales que funcionaran como problemáticas más que como temas o ideas generales; y de esta forma, consideramos:
-       Prácticas artísticas en las que el proceso de ideación, conceptualización y ejecución “distendido” resulta más significativo que la “obra terminada”, y en las cuales las evidencias de ese proceso adquieran particular relevancia para su circulación efectiva; es decir, obras vinculadas a la idea de proceso y documento de arte. (“Proceso y Documento: Arte más allá del archivo”).
-       Propuestas artísticas que utilicen la apropiación de imágenes, sonidos y textos como una estrategia discursiva, encaminada a dinamizar los significados “preexistentes” en los referentes para elaborar nuevas propuestas creativas. (“Sin ánimos de ofender”).
-       Prácticas experimentales en las que se formulen conceptos ampliados de dibujo y pintura, que propongan el uso de materiales no convencionales, o una utilización creativa de materiales tradicionales, así como prácticas que exploren los propios conceptos del arte llevándolos a formular nuevas maneras de representación. (“¿Hacia dónde?”).
A través de esta iniciativa, presentamos tres miradas sobre la producción artística del ITAE sin pretensiones historizantes o críticamente valorativas. La intención es conversar sobre estas problemáticas, características del arte contemporáneo, y su desarrollo en una cultura que cada vez se vuelve más glocalizada.
Agradecemos a todos quienes hicieron posible la ejecución del proyecto, especialmente a Rodolfo Kronfle Chambers, Juan Carlos León, Sandra González, Saidel Brito y Véronique Gervais.
Ana Rosa Valdez
Guayaquil, 14 de febrero de 2010
   
Proceso y Documento: Arte más allá del archivo
Alianza Francesa Guayaquil (Hurtado y José Mascote)
  http://www.ecuavisa.com/opinion-entretenimiento/21578-la-documentacion-en-el-arte.html  
La idea de que las prácticas artísticas dentro del ITAE deben estudiarse y valorarse como procesos de creación “distendidos”, y no sólo como productos terminados (fácilmente insertables en cualquier dispositivo galerístico), fue un tema de conversación que mantuvimos constantemente con Juan Carlos León, José Hidalgo y Daniel Alvarado cuando intentábamos redactar un borrador para el texto curatorial de “Reflejos de un impulso en latencia”, la muestra del ITAE paralela a la X Bienal de Cuenca. Nuestros argumentos se fundamentaban en hechos más bien circunstanciales que habían llevado a algunos creadores a re-pensarse como artistas, frente a las dinámicas institucionales del medio, específicamente ante a la ausencia de espacios de circulación para prácticas más experimentales, que se desmarcaran de las lógicas expositivas más recurrentes, es decir galerías y museos.  
Por esto, para la presente muestra consideramos oportuno visibilizar procesos más que piezas específicas. Lo que el espectador podrá ver serán documentos de arte (fotografías, videos, bocetos, dibujos, ilustraciones), que nos remiten a “obras efímeras”, ubicándolas en un contexto temporal y espacial especifico: prácticas de intervención (Lechuguines (palenque 2000), Paisajes) o de acción en espacios públicos (Viruta (madera de guerrera), Villa Rosita, Gerry), proyectos de inserción social (Ciudadenmonos) y plataformas de circulación en la red (Ciudadenmonos, El Hongo Atómico); una obra que se activa desde una perspectiva propiamente documental (Memorias del Cerro); otra que utiliza como recurso formal documentos que evidencian acciones artísticas (Los ocho yoes que no conocía o las múltiples representaciones de mí mismo y mi persona), y un video de animación en 2D presentado junto una selección de bocetos (Cabeza de Gallo).  
Muchas de las obras mencionadas recurren a displays instalativos que les permiten destacar los archivos que las conforman. Boris Groys tiene una idea al respecto que resulta bastante oportuna; según este teórico alemán, la instalación permite la contextualización creativa de la documentación de arte, ya que en la particularidad del dispositivo espacial (y temporal) se encuentra la distinción del documento frente al acontecimiento que registra. Para esta muestra, se concibieron diseños de montaje específicos para Lechuguines (palenque 2000), Paisajes, Ciudadenmonos, El Hongo Atómico, Gerry y Cabeza de Gallo; es decir, se crearon formas distintas para exponer estas obras y sus documentos, ya que la variabilidad de sus recursos lo permite. Por esto, el que los documentos presentados se articulen como un conjunto de archivos, no significa que no “constituyan en sí mismos” prácticas de arte; observarlos como simples registros reduciría las posibilidades de interpretación del espectador, a quien propongo más bien mirarlas como atisbos de procesos que se mantienen en experimentación constante.
Ana Rosa Valdez
Guayaquil, del 29 de enero al 20 de febrero de 2010  
1.- Lechuguines (palenque 2000) (Graciela Guerrero - Gabriela Cabrera)
En el Festival de Artes al Aire Libre (FAAL) de 2007, Graciela Guerrero y Gabriela Cabrera presentaron esta propuesta de intervención en el Río Guayas, a través de la cual intentaban experimentar con el procedimiento de re-contextualización de referentes artísticos. La imagen del Spiral Jetty de Robert Smithson seleccionada funciona como un referente internacional en nuestro medio, por lo que esta idea pudo ser transformada para potenciar elementos contextuales específicos como el material empleado: los lechuguines, un tipo de vegetación vernácula que forma parte de la visualidad característica del río.
La micro-comunidad efímera que se generó alrededor de esta obra, conformada por las artistas, sus compañeros, profesores y el público expectante, complementó la idea de resaltar las particularidades locales del proceso: de hecho, la noción de entropía de Smithson, y el ejemplo del hotel Palenque –aludido en el título de la obra-, les sirvió de plataforma conceptual desde el momento de seleccionar esta y no otras referencias del land art
Estas acciones fueron registradas, principalmente, en fotografías que hoy constituyen  documentos de arte disponibles para ser circulados de diferentes maneras. La forma que se propone para esta muestra recurre a una estética de archivo, basada en la presentación de documentos que patentizan el proceso de elaboración.
2.- Cabeza de gallo (Daniel Chonillo)
La importancia de las tradiciones, prácticas rituales, conmemorativas y corporales en una sociedad constituyen una base cultural para la construcción de las identidades colectivas. Pero ¿qué ocurre cuando dichas prácticas, institucionalizadas socialmente, reproducen esquemas que afectan el desarrollo de una autoconciencia identitaria? En Cabeza de gallo se trata el tema de la tradición, y de cómo su mantenimiento, en algunos casos, se da a pesar de su obsolescencia. El video toma como referente la obra homónima de César Dávila Andrade, que narra el relato de un festival andino que consiste en decapitar de manera brutal a un gallo enterrado.
La obra también alude a la necesidad de una reflexión más profunda sobre ciertas nociones de identidad cultural que pretenden definir nuestros pensamientos, conductas y actitudes. Nos sugiere la puesta en cuestión de algunos criterios que sostienen que la cultura constituye un conjunto inmutable de bienes simbólicos, y que reproducen ideas desajustadas con respecto a las prácticas culturales actuales.
 
3.- La documentación (Juan Carlos León)
Durante el Festival de Artes al Aire Libre (FAAL) de 2008, Juan Carlos León se dedicó a elaborar una bitácora que funcionara como plataforma de enunciación colectiva: un cuaderno con apuntes de los participantes, del público y de las autoridades vinculadas al evento. De esta forma, este cuaderno se constituye como un registro de los pensamientos de una comunidad vinculada al quehacer artístico en la ciudad: una (micro)esfera pública en la que se vierte una multiplicidad de voces que dan fe (si no de manera estructurada al menos de forma vivencial) de las relaciones intersubjetivas que se dan en esta comunidad.
La relación entre lo privado y lo público, en el acto de compartir –socializar- “lo que uno piensa” de forma escrita, potencia un sentido de comunidad imaginada, apuntando a una reflexión sobre el campo artístico y sus relaciones sociales inherentes. Los conflictos y diferencias de pensamiento, criterio y opinión podrán valorarse luego de leer cada comentario, y será el espectador quien determine sus propias conclusiones. Incluso, la obra incita al espectador a un ejercicio de reflexividad y performatividad con respecto a sus propias ideas, ya que admite la inclusión de nuevos comentarios. 
El uso de herramientas procedentes de la disciplina etnográfica permite un fructífero diálogo entre arte y antropología, sin optar por una concepción antropológica de las prácticas artísticas. Es más, en esta obra se observa un cuestionamiento al propio género del dibujo, ya que lo condiciona al levantamiento de una suerte de memoria gráfica del acontecimiento. No obstante, cabe señalar lo que se apunta en una de sus páginas: “La documentación de arte no es ni la presentización de un suceso de arte pasado ni la promesa de una obra de arte venidera, sino la única referencia posible a una actividad de arte que de ningún modo podría ser representada de otra manera que no fuera mediante esa documentación” (Boris Groys).
4.- Los ocho yoes que no conocía o las múltiples representaciones de mí mismo y mi persona (René Ponce)
La construcción identitaria y la relación con la otredad constituyen los ejes conceptuales que permiten a René Ponce producir una estrategia relacional para la ejecución de esta obra, la cual puede conducirnos a reflexionar sobre la manera en que nos constituimos como individuos frente a la sociedad que nos condiciona. Cada uno de los retratos que conforman esta obra fue realizado por distintos dibujantes de oficio (como los que laboran en parques y otros lugares públicos), quienes confirieron su destreza singular a cada imagen resultante.
Las distintas representaciones de un mismo rostro, realizadas por cada uno de los artesanos contratados, nos conducen a valorar la diferencia que caracteriza los procesos de construcción de la identidad (individual o colectiva), y a re-pensar las maneras en que se conforman las múltiples representaciones de nosotros mismos y de la sociedad en que vivimos.
La propuesta además plantea un hecho insoslayable: la no obligatoriedad de la fabricación de la obra por el autor mismo, es decir, reclama para sí la posibilidad del “encargo” como un recurso artístico valido y creativo. En el caso de Rene Ponce esto significa un gesto de ironía conceptual fundamentado en la crisis del arte moderno frente a las nuevas formas de producción económica –y cultural- en las sociedades postindustriales. 
5.- 1935  (Lorena Peña)
Para Lorena Peña, la Villa Rosita constituye un tema de investigación sociológica y antropológica más que una inspiración o propiamente un tema para la representación artística. La serie de pinturas que realizara en el año 2006, en las cuales utilizó como material pictórico la escarcha comúnmente utilizada para trabajos infantiles, y que le valiera una Mención de Honor en el Salón de Julio del mismo año, permite observar la mutabilidad que adquieren sus inquietudes en torno a la situación de este edificio frente al proceso de renovación urbana de la ciudad de Guayaquil.
La villa, que se había convertido en sitio de albergue para personas sin hogar o que habitan mayormente en las calles, fue clausurada con un muro que impedía acceder a ella. Ante estas circunstancias, Peña decidió elaborar una acción que fuese lo suficientemente evocativa como para ejercer una crítica radical al abandono de este patrimonio arquitectónico. Identificando la situación de la villa con la de muchos espacios (y sujetos) excluidos del proyecto urbanístico, Peña propone un gesto sutil: dibujar sobre el muro que obstruye la entrada un acceso simbólico, una puerta que metaforice la persistencia de los imaginarios colectivos.
(El video que presentamos en esta muestra, que registra la acción realizada por la artista, constituye tan sólo una parte de los documentos vinculados a esta investigación.)
6.- Paisajes (Graciela Guerrero)
La intervención que constituye el proceso inicial de esta obra fue realizada en la Balerio Estacio, una cooperativa aún en proceso de urbanización en los márgenes de Guayaquil. Las fotografías que registran los resultados de esta acción, es decir, las viviendas intervenidas pictóricamente, permiten observar la modificación del paisaje suburbano: frente a una visualidad casi desértica y neutra, característica de esta zona, aparecen ciertos guiños a la Historia del Arte (composiciones cromáticas extraídas de una pintura de Mondrian, de un diseño Talavera y de un sello Jama-Coaque).
La autora concibe esta obra como un tráfico de significados culturales, ya que su intención radica en re-contextualizar textos artísticos en un espacio donde adquieran otros significados, y posibiliten nuevos entendimientos. El procedimiento de des-contextualización y re-contextualización, que aparece como una estrategia del arte posmoderno desde los años sesenta, constituye un referente importante, pero no determina los valores contextuales que adquiere esta obra, ya que aquí se potencian elementos de lo social (la participación con los habitantes de la zona), lo cultural (el tipo de “arquitectura” doméstica popular), lo ético (la utilización del otro como elemento fundamental en la obra, es decir, la utilización del desconocimiento del otro sobre materia de arte para el funcionamiento efectivo de la obra) y propiamente lo estético (la transformación visual del paisaje).
Una vez terminada la intervención, las evidencias fotográficas, a cargo de Ricardo Bohórquez, posibilitan una memoria visual destinada a funcionar como documentación de arte. Para esta muestra, se pensó mostrar una de las fotografías impresas en grandes formatos, y un slide show que evidenciara los procesos de intercambio y producción involucrados.  
7.- Viruta (madera de guerrera) (Romina Muñoz)
La video documentación que presentamos registra la acción realizada por Romina Muñoz durante el Festival de Artes al Aire Libre (FAAL) del año 2008. El performance consistió en la trituración de madera obtenida del proceso de mantenimiento del Malecón 2000, lugar donde se desarrolló este acontecimiento.
En un gesto de ironía conceptual, esta acción parece invertir discursos y significados vinculados al proceso de renovación urbana de Guayaquil; ejerciendo un cuestionamiento sobre el carácter normativo de las disposiciones sobre el uso del espacio público –que regulan el comportamiento del sujeto como ser social- y las consignas políticas que suelen acompañar, e intentar fortalecer, ciertos discursos oficiales –las cuales  legitiman un modelo de sujeto muy específico, en detrimento de una pluralidad de individualidades. Frente al carácter genérico del lema “guayaquileño, madera de guerrero”, Muñoz invierte la intención masculinizante implícita por una versión femenina del asunto. La obra ejecuta una acción que enfrenta las políticas prohibitivas que rigen las conductas ciudadanas en los espacios regenerados: el performance produce un sonido estridente y una buena cantidad de viruta desperdigada. La fragilidad expuesta no sólo en la figura femenina de Muñoz, es decir, en su desempeño del ejercicio, sino también en su estado de embarazo, constituye de igual manera otra inversión de significados con respecto a ese ideal de fortaleza, vigor y virilidad que supuestamente debiera caracterizarnos como “guayaquileños”.
La inutilidad de su gesto conduce a valorar las posibilidades de la divergencia.
8.- Ciudadenmonos (Daniel Chonillo - Juan Carlos León)
Según sus autores, Ciudadenmonos constituye “una recopilación gráfica-antropológica de uno de los procesos de lotización y crecimiento de la periferia en la ciudad de Guayaquil”. Este archivo visual se encuentra alojado en un blog de Internet, que va desarrollándose paralelamente al proceso de crecimiento del asentamiento poblacional de la cooperativa Balerio Estacio, localizada en los márgenes de la ciudad.
La iniciativa surge como una preocupación por la manera en que se dan las condiciones de vida en los espacios periféricos (desde el punto de vista urbano), los mundos imaginados de sus habitantes, las prácticas socioculturales que tienen lugar en estas comunidades y su visualidad característica. Alejada del habitual tono de denuncia que suelen adquirir ciertas propuestas de inserción social, la obra consiste en crear un canal alternativo para la conformación de micro-relatos extraídos de la investigación directa: la observación como método científico, y la experiencia de compartir con el otro sus inquietudes, conocimientos y vivencias, como una condición necesaria para iniciar el levantamiento de memorias gráficas.
9.- El hongo Atómico (Sandra González)
Sandra González posee una capacidad imaginativa en desborde constante, esto le permite desarrollar un proceso de creación lo suficientemente estable como para permitirse la producción de proyectos de distinta índole, desde las prácticas de diseño hasta la fabricación de confites artesanales.
El Hongo Atómico, una de sus propuestas más elaboradas, constituye una suerte de bitácora creativa, un archivo multiforme de imágenes, un universo de ilustraciones visualmente seductoras e inquietantes que, de alguna manera, constituyen representaciones, referencias o alusiones a los ejercicios creativos de su autora, o a sus vivencias personales. Como práctica de arte, “pervive” en los predios virtuales funcionando en un formato de blog, propuesto como el marco de varios relatos de diversas procedencias: dibujos e ilustraciones, reseñas de acontecimientos, algunos links de interés, publicidades de productos alimenticios, propuestas de diseño para libros, banners, papel tapiz para escritorio, etc. 
En esta muestra, se presentan algunas ilustraciones, bocetos y dibujos que evidencian el trabajo de producción inicial que da origen a las imágenes que habitan en el blog de internet, las cuales, photoshop mediante, transforman los trazos hechos a lápiz en información binaria dispuesta a circular en el espacio virtual. 
10.- Gerry (Machalo - José Cabrera - Jorge Oña)
Gerry constituye una práctica editorial independiente impulsada por Machalo Coronado (director), con la contribución de José Cabrera y Jorge Oña, entre otros colaboradores. Entre las secciones que conforman la revista, se incluye “Interviniendo”, en la que se presentan propuestas artísticas de intervención en espacios públicos; “El Cubo Blanco”, que registra las acciones de este personaje desarrolladas a manera de performance en la ciudad de Guayaquil; y una dedicada a las personas que se retratan con el “cartel-fetiche” de Caja 4.
En esta muestra, se presentan (1) registros fotográficos de la obra Restauraciones de David Palacios (también estudiante del ITAE), presentada en el FAAL del 2009, en la que el autor recopiló materiales del antiguo malecón Simón Bolívar para crear una propuesta escultórica;  (2) la obra de un grupo de jóvenes inquietos titulada Señalética, que fue realizada en la Calle Venezuela, y que consistió en “dibujar” -o graffitear- la flecha que se utiliza para dirigir el tráfico vehicular sobre el asfalto; (3) la acción del Cubo Blanco en La Bahía de Guayaquil, (4) e inmerso en un paisaje natural totalmente desnudo; y (5) fotografías de Caja 4 en Cuenca y Nueva York.
Los ensayos fotográficos que conforman esta selección se centran en prácticas de arte propiamente; pero cabe resaltar que Gerry prioriza, de forma reiterada, los retratos de personas en su cotidiano vivir, es decir, enfatiza el carácter subjetivo de la acción documental, para lograr un acercamiento más íntimo con los involucrados en cada ejercicio creativo.
11.- Memorias del Cerro (Santiago Sojos - Jimmy Lara - Sandra Coronel)
A través del género documental, afincándose particularmente en entrevistas, los autores de este video intentan recuperar las memorias (casi perdidas) del Cerro Santa Ana. El documental se construye como un relato verbal de un lugar extinguido, que ya no existe sino sólo como recuerdo, anécdota y vivencia personal destinada a ser memoria del pasado histórico. La poesía popular, las fiestas y las peleas constituyen temas narrados por los entrevistados, en cuyas pláticas se advierte cierta nostalgia con relación a la nueva dinámica turística de este lugar.
La intención de rescatar relatos particulares -narraciones íntimas- apunta a un cuestionamiento de los discursos oficiales que constantemente presentan este lugar como un “barrio bohemio”, dejando a un lado los imaginarios colectivos que persisten aún a pesar de las transformaciones de la visualidad urbana.

domingo, diciembre 20, 2009

Playlist 2007-2009 en Guayaquil


http://riorevuelto.blogspot.com/2009/10/playlist-2007-2009-proceso-cuenca.html
Reportaje Diario El Universo
Reportaje La Revista - Diario El Universo
Reportaje Diario El Telégrafo




Slideshow cortesía de Javier Lazo

 De la noción de perderse (ó imágenes que se bifurcan)

Un proyecto que trascienda el espacio de la crítica y desemboque en un proceso operativo capaz de definir el presente y sus sujetos de representación artística;  eso es lo que podríamos llamar al Playlist presentado por Rodolfo Kronfle Chambers y Cristóbal Zapata. Esta muestra, cuyo origen es diseñado alterno a la X Bienal de Cuenca, sucede por primera vez como una opción para el nuevo espectador, el "emancipado", como se ha querido citar a Ranciere en el catálogo introductorio: Para aquellos que visitan las bienales con expectativas mucho más ambiciosas que los visitantes en sus primeros intentos, para quienes conocen ya las variaciones entre los circuitos culturales resulta Playlist un claro ejemplo de la confrontación entre actores y espectadores en eventos de esta naturaleza, debido a que los horizontes de las bienales se han venido difuminando en la inercia de la incertidumbre y ambivalencia del valor de una obra de arte dentro de ellas. Es de aquella inestabilidad de la que se aprovecha Kronfle para situar, objetiva y astutamente obras a presentar como un triunfo en el arte. Lo que premia aquí esta lista de reproducciones no es al greatest hit, sino ese eslabón que se une a las demás piezas de la máquina de hacer cultura. La responsabilidad del que visita la muestra llega a ser quizás mucho más visible que la del curador.

La oportunidad de exponer Playlist en el Museo Municipal de Guayaquil varía en su condición; el simple traslado de ciudad a ciudad hace que el concepto original aproveche otras funciones en diferente orden prioritario. El video de Juan Carlos León parecería llenarse de connotaciones por el simple hecho de referirse directamente a Guayaquil y al tiempo que domina a la ciudad en el espacio indicado. Es un discurso de 45 años que en el video de León hilvana las cabezas de dos tiempos, que sirven para relatar el curso eterno, mítico como Sísifo, de la realidad portuaria.

Es como el Memorial (2008) de Oscar Santillán, la mirada del venado frente a un (periódico) desierto, donde propone pensar en la diaria tragedia del olvido, de  la fragilidad del conocimiento, de la impotencia del verbo humano esperando al futuro como el horizonte de todos sus accidentes. Casi apuntando al venado, está el dispositivo fotográfico de Santillán que pretende grabar cien años de ínfimos momentos, aguardando el momento en el cual el resplandor deseado aparezca. Es esta frágil estética de la sorpresa, la que interesa a Stéfano Rubira al apropiarse de escombros de la infraestructura urbana como si fueran estos pedazos de cemento el objeto encontrado para reinterpretar los valores de la memoria ausente, para lograr así un equilibrio entre la diversidad de emociones que el material y “lo” inmaterial le otorgan a la obra. Es este juego de presencia y ausencia el que le da sentido a la serie Tumbado de Rubira, como si este hablara del techo que cae encima del cuerpo inerte, diminuto hecho a lápiz, que a pesar del peso material logra una aleteante ligereza.

Con Playlist lo que sucede es por consiguiente algo curioso: la selección de obras hechas por el curador que parte de un impacto explícitamente individual, es sin embargo de índole colectiva. La agorafobia peculiar de Roberto Noboa en 5:30 AM ya se habían ido todos (2008) y Ping Pong y Tenis Rural (2008) pone en escena el horror hermético de una pregunta sin respuesta, que supone a las figuras ausentes, casi en el borde en el que nosotros ondulamos, el momento inquietante de tener que enfrentar un último y único partido. Es ahí, en las ruinas de Noboa, donde todo parece llevarnos a algún significado asegurado, donde no vale más que recurrir a todo lo que no sea familiar, sin tener que olvidar nuestro punto de inicio: la sola y simple imagen.

La consciencia sobre la imagen es también un motivo de peso en la obra del antropólogo X. Andrade, que le paga al pintor de la esquina para que interprete la idea, a partir de láminas escolares, de los problemas sociales como la prostitución, las drogas y el terrorismo. El amateurismo en la factura de estas reproducciones nos pone a reflexionar sobre la responsabilidad del autor con respecto a la imagen producida, pero sobre todo al interés que tenga este para poder llamar esa reproducción, una obra de arte. Ahí, en esa esquina entre Noboa y Andrade, ya hay un intenso intercambio discursivo.

El grupo y el individuo, en un mismo contexto, van moldeando de manera heterogénea, lo que se entiende como identidad,  bajo los varios intereses que se conforman dentro de una región en particular. En  ”Mi Recinto”, como en los otros capítulos de la muestra, “El paisaje entrópico”, “Noticias de la diáspora” y “Derivas del yo”, se albergan ejemplos de la fauna conceptual de artistas como la Fernando Falconí y su serie Excursiones. Ahí están sus cuadros que, a través de ilustraciones de las que el artista se apropia y que portaron los libros escolares de la mayor parte del siglo XX, descolocan – en su perversidad- la imagen que se pretende mostrar como identidad, en una edad donde los sentidos ya buscan el desvío.

La herencia cultural y sus múltiples raíces que asocia Juana Córdova en su serena y dulce Botica (2007/08) son puestas a prueba sin misericordia alguna con el grotesco de lo marginal de Wilson Paccha. En Descaletados (2007) se arrastran las lavacaras con sangre, al antihéroe local con el pecho flácido le son inalcanzables los zapatos enormes entre una que otra cucaracha. Asociar y disociar todos estos aspectos mencionados, contribuye a la apreciación de esta (bio)diversidad artística propuesta. Otorgarle a Kronfle el título de autor de este espectáculo  no es un error; tanto él como el espectador saben que el protagonismo le pertenece a los derives de los artistas y sus reflexiones.

La reconstrucción que el curador hace en Playlist difiere sin embargo de alguna pretendida arqueología de la escena del arte en Ecuador. Kronfle ha escogido estratégicamente el campo 2007-2009, como indica en su condición de cronista, para anotar lo que testificó en carne propia durante la evolución de cada uno de los artistas. Su texto (de)constructor cuestiona escrupulosamente los ejes prioritarios de la producción cultural de nuestra localidad, a su vez afirmando lo que define hoy las características de la misma. My pictures from Ecuador (2009), de Karina Skvirsky Aguilera, quien presenta por primera vez en sintonía de compatriotas parte de su ciclo Memorias del subdesarrollo, es un sencillo y claro ejemplo de la exploración personal del artista convertida en una experiencia general, una distancia acortada entre la historia familiar y la historia nacional, que sin embargo mantienen una intimidad absoluta.

Hacer historia, crear intimidad y distancia, son a su vez un objeto de aproximación virtual, desde la perspectiva anónima de la experiencia única, donde lo real solo es posible a través de un filtro,  desde el emocional hasta el digital. Las imágenes extraídas de Google Earth que trabaja Pablo Cardoso en el conjunto de acrílicos Nowhere (2008), me recuerdan a las primeras tomas de películas como The Birds, de Hitchcock, The Shining, de Kubrik o Ghost Dog, de Jarmush. Los particulares protagonistas en cada una de ellas se encuentran perdidos en el paisaje miniatura, mientras el espectador trepado en la periferia, intenta atravesar su condición vertiginosa, suicida. Eso de que “de este mundo no podemos caernos”, el sentimiento de indisoluble comunión, de inseparable pertenencia a la totalidad del mundo exterior, es para Freud motivo de penetración intelectual a urgencias mucho más religiosas, oceánicas. Por lo menos hacia el exterior, consuela el psicoanalista, el yo parece mantener sus límites “claros y precisos”.

Una oferta como Playlist puede entonces ser rescatada de un clima de aceptación y complacencia generalizada, pues a pesar de tener una estructura formal fiel a los principios del placer, es  parte de esa larga pugna de “validación” de las prácticas contemporáneas en el arte ecuatoriano. El fondo de las polémicas de nuestra cultura sigue siendo una confrontación de paradigmas, de los cuales Kronfle se separa, sin aislarse en caprichos. Repeat, Repeat one, Random; revisando y repitiendo los encuentros es como se persigue una respuesta determinada a este testimonio de obras como -y con esto no alargo el abrebocas- el laberinto de Manuela Ribadeneira, Change is round the corner (2009).

Típico en cualquier discurso de revoluciones, el radical e insuficiente “el cambio está a la vuelta de la esquina”, aparenta también una transparencia de juegos infantiles. Que sea esta frase, la que abre/cierra las puertas a los espejismos (no son espejos, sino un dominó de acero inoxidable… vaya material para remitirme a la inquietante eternidad) de Ribadeneira, recuerda a lo que dice Borges sobre el laberinto; y es que según él, el laberinto definitivo no es aquel en el cual uno se pierde, sino aquel del cual uno jamás volverá a salir.

María Inés Plaza Lazo 
Munich-Cuenca-Guayaquil, invierno 2009/10 

Marxz Rosado en Espacio Vacío - Guayaquil

17/dic/2009

Sinfonía de cruceros (2006) - Marxz Rosado from Río Revuelto on Vimeo.
 
La fábula del pescador, la ballena y el crucero
Por Galo Alfredo Torres

1.-Un mundo escurridizo

Para nadie que frecuente los circuitos de arte contemporáneo le son desconocidas las dificultades que acarrea la noción de video-arte, denominación que para muchos no funciona adecuadamente, y si la seguimos utilizando es porque cuando se han buscado alternativas como video de creación o video experimental las cosas no han mejorado. Y es que la raíz del problema está en el objeto que designa: la producción audiovisual susceptible de ser abarcada bajo estos términos es tan heterogénea y escurridiza, que cada vez que se intenta una ordenación o clasificación el fracaso parece anunciado. Creo que el video Sinfonía de cruceros,  del artista puertorriqueño Marxz Rosado, nos enfrenta a las dificultades ya señaladas: ¿es una obra de video-arte o es un cortometraje documental? ¿Está poniendo en imágenes un concepto o nos está contando una historia? ¿Nos está planteando un reflexión sobre alguna realidad, que es el encargo encomendado al arte contemporáneo o está apelando a nuestros sentidos y emociones, que es lo que cierto cine experimental se propone? El mismo Rosado, cuando, casi desprevenidamente, le disparé la pregunta sobre si se consideraba un artista o un cineasta, titubeó, aunque reaccionó y reconoció su inclinación cinematográfica. Por supuesto, no debemos olvidar que la misma noción de cine y aquello que designa, vistas de cerca y a la luz de la producción actual, es otro campo pantanoso, escurridizo, sobre todo cuando se pronuncia esa otra abstracción absoluta que es la noción de cine experimental.

2.-Lo que vemos y escuchamos

Y en efecto, desde el título, este corto se anuncia ante todo cinematográfico, justamente porque su naturaleza sonora y visual  revela que el realizador estuvo atento a aquellos dos canales que lo cinematográfico ha hecho su campo de batalla plástica y el terreno de cultivo de aquello que de más esencial tiene el cine: su lenguaje. Dos canales que en general los artistas, más apegados a la acción artística y al performance descuidan o no los optimizan, puesto que sus obras y proyectos se fundamentan en lo que pasa en sus acciones y no en lo que le pasa a sus imágenes. Es decir, que en general para los artistas que usan como soporte o medio el audiovisual, la cámara y el lenguaje del cine son elementos pasivos, solo cumplen el papel de vehículo de la obra y los reducen al pingüe rol de registro; a tal punto es así que hemos visto obras en video que son meras documentaciones de obras, que muy bien funcionan sin el plus que le podrían aportar la cámara, el encuadre, el color, el sonido, la planificación o el montaje; componentes que, al contrario, son aprovechados y refinados en Sinfonía de cruceros.

3.-Lo que se cuenta

¿Porqué entonces mostrar un cortometraje en una galería y no en una sala de cine? Bueno, ya he dicho que el campo cinematográfico, en la contemporaneidad, es también muy problemático: justamente por la heterodoxia y proliferación de temas y formas. Sinfonía de cruceros cuenta una historia es verdad, pero no es lo que ortodoxamente llamamos “una historia”, ciertamente que hay personajes y acciones dramáticas, pero inscritas en una inusual rarefacción; y además no hay una “puesta en intriga”, lo que lo distancia de lo que habitualmente llamamos cine narrativo, aquel que obedece las reglas dramáticas y profesa un respeto irrenunciable a los códigos de identificación y conducción del espectador. Creo que el corto que nos aprestamos a ver está más del lado de la expresión y la labor creativa de su realizador, y por ello tiende a perturbar la mirada del espectador medio.
 
La historia de la desobediencia, de los alejamientos o formas alternativas de contar una historia es larga, y se inscriben en eso que yo llamo “incorrección creativa”, y han surgido a su vez del tortuoso proceso de planearse dos preguntas: qué es una historia y qué es contar una historia. El cine y el video experimentales, que usan como soporte de registro el fílmico o el digital, han sido protagonistas de la incorrección creativa más radical, en el sentido de que han buscado y encontrado “hechos” que contar, situaciones y personajes, además de maneras de contar muy particulares, que tensan en grado extremo la noción del narrar, de contar una historia. En este cortometraje por ejemplo nunca vemos una ballena: pero la escuchamos, y muy vívidamente.

4.-La fábula del pescador, la ballena y el crucero

Sinfonía de cruceros, con material filmado directamente y por la doble vía del canal visual y auditivo nos cuenta y nos revive la experiencia de arribos y llegadas, nos muestra la febril actividad de un muelle, al que llegan y del que parten enormes cruceros, a los que los dueños del mar casero escoltan, acogen o despiden. Nada especial, pura cotidianidad con la que cualquier persona, incluido el artista, conviven a diario. Pero justamente allí ocurre el gesto estético: cuando ese fenómeno microscópico es convertido en metáfora por alguien que mira se vuelve macroscópico; ese momento cualquiera metamorfoseado en imagen y sonido se torna excepcional, o como dice Paul Auster de uno de los personajes de su novela Leviatán, que también es un artista: que era capaz de convertir lo más mínimo en algo preñado de significados, de cargar a la más anodina rutina de la más excepcional emoción.

Creo que el trabajo sonoro —que no puedo privarme decir que podría hasta funcionar solo y contagiarnos con la sola expansión de sus bajos marinos— y la labor plástica sobre las imágenes revelan a un cineasta meticuloso y que está buscando.

Marxz Rosado es el primer cortometrajista al que escucho decir que no le interesa el largometraje, es decir, todo lo contrario de un cineasta cuya meta siempre es el largo. Y lo dicho por Rosado me alegra, y es aleccionador, porque su actitud revaloriza al corto, y lo conecta con alguien que yo aprecio mucho: Abbas Kiarostami, que nunca ha dudado en llevar toda su experiencia narrativa adquirida en el formato convencional de los 90 minutos a esa experiencia cercana al haiku, que es la verdadera grandeza y esencia del cortometraje. Veamos y escuchemos entonces la vida de este muelle; esta fábula de del pescador, la ballena y el crucero que Marxz ha compuesto para nosotros.

sábado, diciembre 12, 2009

Oswaldo Terreros - Movimiento GRSB





Descargar PDF con documentación del Movimiento GRSB


Entrevista de Rodolfo Kronfle a Oswaldo Terreros a propósito de su Movimiento GRSB: Gráfica Revolucionaria para Simpatizantes Burgueses


RK:¿Cuéntame quién es Morboman?
OT: Morboman es un personaje creado en el 2004 que tiene en su chip –en su psiquis- todas estas prácticas de discursos demagógicos que son propios de la América Latina, con un análisis del discurso, del trabajo estratégico de campañas marketeras, de la política electoral: prácticas publicitarias, todas estas estrategias de tratar de acaparar las masas, de cómo se construyen estos discursos en cuanto a comunicación, en cuanto al manejo del lenguaje, como quien dice el marketing político en sí.

RK:¿Básicamente este es el tipo de deconstrucción que estás haciendo a través de la estética de mitin de la cual te estás apropiando y en los afiches que estás manejando? Cuéntame de este sitio…
OT: Si. ¿Por qué lo hice aquí? Bueno, una práctica bastante común, sobre todo muy acelerada en los últimos años dada la crisis de la partidocracia -este desmembramiento de los líderes políticos con sus líderes creando nuevos movimientos- ha provocado un auge del uso de solares en los cuales se han desarrollado mítines políticos, sobre todo en estas últimas campañas. Entonces aparecen estos nuevos movimientos con propuestas de mejora de vida, propuestas para cambiar la realidad de un entorno: en este lugar donde yo estoy situado ahora se han hecho mítines para el PRIAN por ejemplo; como te posicionan las sedes para trabajar con una comunidad y analizar su problemática  y obviamente como se construye esto para tratar de que el movimiento llegue al poder.

RK: Tu práctica obviamente está en el linde entre el diseño gráfico y el arte como tal, algo que te interesa obviamente explorar desde tu trabajo principal que sería el diseño gráfico.
OT: Trabajo mucho con el afiche político y me interesa mucho esta tradición, y bueno los conocimientos de la historia del arte me han permitido así mismo deconstruir también esas prácticas modernas maravillosas, pero también como se han venido reciclando mucho más y todavía siguen siendo bastante poderosas. Es inevitable que tengo enraizada la parte moderna (la cromática, el constructivismo, la parte del diseño) pero que cuestione las prácticas del diseño y las cuestiones sociopolíticas es muy importante.

RK: ¿Te interesa particularmente contrastar lo que estás haciendo con el ambiente político general en el mundo –en términos históricos-, o con el horizonte de lucha “ideológica” al cual nos estamos enfrentando hoy en día?
OT: Va por las dos vías.  La lucha ideológica en cuanto al hecho de que estamos reciclando luchas: cuestionando la lucha entre lo alterno y lo hegemónico, la lucha del centro-periferia…es bastante una crítica a esto y también a las prácticas globales, por ejemplo el boom del street art, aparentemente una manifestación libre que ha terminado siendo una categoría para hacer mas interesante un tipo de producción de arte y se ha convertido en una mercancía muy interesante.
RK: Última pregunta: ¿vas a repartir chatitas de Cristal?

OT: Sería bueno pero no da el capital, pero si la gente quiere…
RK: Entonces este es un mitin a media llave…

OT: Si [Risas]

SIMULACRO 
Por Oswaldo Terreros

Desde que nacimos venimos insertados con una especie de chip cuya información condensada son las relaciones binarias, bien-mal, dominador-dominado, hegemonía-resistencia.

Prácticamente ese ha sido el motor de nuestra producción de significados en todos los ámbitos desde donde se los emiten como lo son: arte, danza, música, cine, diseño, movimientos políticos. En donde la producción se basa en la creación desde esa postura de marginalidad y de sentimiento de polaridad y la lucha se reduce a un reconocimiento -  una legitimación para así producir nuevas luchas que cuestionen esa acción legitimada… una acción cíclica.
El hecho de asistir a un evento, expectar; uno como actante tratar emancipar un espectador, éste asiste con el impulso guiado por sus inquietudes e intenciones. Podríamos decir que el espectador espera ser sorprendido de la manera que él espera, entre una fusión de expectativa y medición, se sabe lo que ocurrirá pero se mantiene presente el suspenso para que ese acto del evento nos sorprenda.
El hecho de crear un movimiento político pretendiendo trabajar con todas las estrategias comunicacionales poniéndome el disfraz de un comunicador perverso estructurando mensajes incitadores para que asista una determinada audiencia en la que el espectador acude con una intriga, lo espera, espera ser emancipado, ahí podemos ver de forma primitiva  la aspiracionalidad develada por el interés por parte del espectador el hecho de sentir una especie de fervor ante su ausencia de algo y ese algo el movimiento te lo dará.
Utilizando un sentido cromático y tipográfico, coqueteando estéticamente con el constructivismo ruso, el pop art y la gráfica popular y la utilización de mensajes inquietantes para hacer que en el espectador se active el sentido de la ansiedad con cierto grado de intensidad… fervor.
Detrás de estas aspiraciones existe un desencadenamiento de estímulos para llegar a ese pensamiento, de aquello que viene sistematizado, aquello que implica un engrosamiento del significante, aquello que está difuso y nos permite leer muy poco para llegar a una interpretación del cómo se ha estructurado un tipo de mensaje.
Es muy complejo determinar que impulsos son los que lo llevan a… sin embargo aparecemos más humanos reproduciendo estos mitos y reproduciendo más hegemonías capaces de llegar a reafirmar esas relaciones binarias y luego hacer que lo alterno sea lo oficial, el arte de la rebelión como parte de una categoría que ha sido capaz de seguir siendo parte del mito de la trascendencia.
El círculo vicioso de la lucha.