Kulturkrankheit o Enfermedad cultural, 1998 (48 atriles con libros antiguos quemados)
METÁFORAS DE REDENCIÓN:
LA OBRA DE MANUEL AMARU CHOLANGO
LA TRAMPA o LA CELDA
Presentación de la Exposición 04.06.2006
Colegio de Arquitectos, Quito
MÓNICA VORBECK
La producción artística de Manuel Amaru Cholango se inscribe con coherencia dentro de corrientes neo-conceptuales del arte contemporáneo, puesto que es la idea, conjuntamente con la participación cuestionadora del espectador, lo que tiene preeminencia en su obra. Su creación ha estado siempre definida por su trasfondo cultural, pero ésta versa tanto sobre su cultura originaria quechua, como también es reflejo de su ya larga experiencia europea. Un “encuentro” de culturas, es como Cholango ha definido su postura en un mundo globalizado que abre la puerta al intercambio cultural, pero que asimismo demanda la definición de la identidad propia: Cholango es Hijo de la Pachamama y nacido de una familia de shamanes e impregna al lenguaje contemporáneo del arte occidental con los ritos de la cosmovisión andina. En su obra se percibe un rechazo del materialismo a favor de una espiritualidad esencial, y una y otra vez realza la relación fundamental del ser humano con la naturaleza. La ciencia moderna y la tecnología han debilitado esa conexión debido a su estrecha racionalidad y Cholango parece querer restablecerla con su poderoso conocimiento ancestral. Como antecedente, hay que señalar aquí que el artista primero se inicia en las ciencias exactas: estudió geología y matemáticas en la Universidad Central del Ecuador, en cuya Facultad de Arquitectura fue profesor de matemáticas. Posteriormente se desplaza a Europa, favorecido por una beca del Instituto Geológico de Ciencias de Londres. Recorre el Viejo Continente y visita algunas escuelas de arte, iniciando su carrera artística en 1984. Desde entonces sus acciones e instalaciones aluden al desbalance entre lo intuitivo y lo racional, entre el cuerpo y la mente, entre los procesos sociales y los económicos. Sus obras son metáforas de redención. Los objetos por él utilizados sufren metamorfosis radicales al iniciar un proceso de analogías que revelan un espíritu inherente a todas las cosas vivas, un espíritu que no percibimos con todos nuestros sentidos. El arte conceptual hace posible este reencarnarse de la idea en la materia y alude al potencial de trascendencia espiritual en el hombre, con referencias constantes a la cosmovisión andina.
Si de Joseph Beuys se podía decir “el artista como shaman”, de Cholango se diría “el shaman como artista”. El gran artista alemán buscaba potenciar a través de sus acciones niveles de experiencia profundos, instintivos y atávicos tan distantes como ausentes de la vida moderna occidental, en tanto Cholango habla directamente desde el interior remoto de ese mundo ancestral e intuitivo, e imbuye de éste a sus instalaciones y performances contemporáneas, deconstruyendo principios fundamentales del pensamiento europeo, como el etnocentrismo y el logocentrismo, y desafiando la forma humanista de pensamiento y la tradición clásica ingresa en ámbitos donde teóricamente todo es posible.
“La Trampa” crea una experiencia que a la vez que puede ser estética, es sobretodo enigmática y funge como detonante de una multiplicidad de lecturas. Como en todo arte conceptual, todas las resonancias, lejos de ser explícitas, son implícitas y por lo mismo aun más efectivas. Sobre ella dice el artista:
Si queremos ser libres, tenemos que realizarlo a través de nuestra actividad interior para superar nuestros impulsos y nuestros hábitos inconscientes del pensar, sentir y querer. En un proceso de alcanzar la libertad, primeramente tenemos que comprender que el hombre no es solamente un ente material sino también un ser dotado de alma y espíritu. Además tenemos que llegar a un consenso de que no existen límites del conocimiento. Solamente así podemos llegar a un alto grado de evolución y reconocernos como hombres libres.
La obra no es una escultura en el sentido tradicional, ni tampoco un ready-made en el sentido duchampiano de la palabra, pues si bien es una trampa de ratas como se las fabrica en Alemania, en su sobredimensión y nueva espacialidad (que implica no sólo la activación del espacio físico del espectador, sino también el desplazamiento al ámbito del arte) es una nueva construcción que emite una fuerza diferente. El mensaje cuestionador se enuncia a través de esta nueva configuración visual del objeto. En el arte conceptual podemos encontrar obras más cerebrales e intelectuales, y otras más intuitivas que demandan una respuesta más emocional frente a ellas. Este es el caso de la mayoría de obras de Cholango. “La Trampa” establece resonancias no sólo con una trampa de animal, sino también con jaula, cárcel, cautiverio, y con dislocaciones en general, que imperceptiblemente redireccionan la lectura hacia aquello que en “La Trampa” se suprime: la libertad, y hacia la posibilidad de que ésta no sea sino sólo eso: una falacia, una trampa. Adicionalmente establece también una referencia oblicua al dolor y al sufrimiento y utiliza al cuerpo como material psicológicamente cargado en el ámbito de la instalación, pretendiendo una suerte de terapia del arte a través de una extensión de la conciencia humana por medio de la obra y de la participación multisensorial del público, como lo diría el mismo artista.
La obra de Cholango ha sido galardonada con diversos premios, entre ellos con el Premio Internacional de Instalaciones de la Ciudad de Colonia, conferido por una de las instituciones a nivel internacional más prestigiosas del arte contemporáneo, el Museum Ludwig. En términos generales, la obra de Cholango ejerce una crítica ideológica al desarticular las ideas de pensamiento racionalista que han dominado la sociedad occidental por más de un siglo. Cholango pone en evidencia el hecho de que la codificación y la organización de toda experiencia y acción se han dado sólo a través de lineamientos de racionalidad formal que han tenido efectos profundos y que han conducido a lo que Max Weber llamó la “des-magización” de la sociedad, es decir, la eliminación de todo lo que es impredecible, ‘irracional’ y misterioso de las explicaciones teóricas. Las percepciones de la realidad son en gran parte dependientes y construidas a través de sistemas de comunicación, como el lenguaje (la palabra impresa) - o inclusive el arte mismo. Cholango concibe su obra desde una condición posmoderna, en donde las nociones universales y absolutas, la ‘verdad verificable’ ya no son aceptadas en forma acrítica.
Manuel Cholango ha recibido una amplia aceptación como artista de vanguardia en Alemania, país en el que reside, y en el resto de Europa. No obstante, su obra no ha sido reconocida, en la medida en que lo merece, por las instituciones culturales del país, caracterizadas por un débil trasfondo académico y guiadas en su concepción del arte por el gusto impuesto por el mercado. Sin embargo la crítica informada ha sabido valorar en alto grado el quehacer artístico de Cholango, que abarca una diversidad de técnicas, desde dibujos, pintura, fotografía, objetos, performances, video, video-instalaciones e instalaciones, destacándose sobretodo en este último medio. El corpus de su obra alude constantemente a valores de interculturalidad y plurinacionalidad y su aporte al arte ecuatoriano posee una lectura singular, en razón de ser una voz de la periferia – y de la periferia de la periferia, si consideramos su procedencia indígena- que habla desde el centro y con la autoridad que el centro le confiere.
Saludos, interesante reseña de la obra de Cholango, no lo conocía, así como a muchos de los artistas referidos aquí en su blog, interesante propuesta la del chaman-artista (un Beuys a la inversa y "de por acá"), felicitaciones por su blog y su aporte a la cultura ya que portales sobre arte ecuatoriano y en general no los he encontrado y mejor aún si están al tanto de lo "contemporáneo".
ResponderBorrar(me tomaré la libertad de hacer referencia a uds. y a un artículo desde mi blog)