lunes, julio 13, 2009

Todo x un Yorch - Espacio Vacío



De Arte Contemporáneo a Espectáculo de Variedades
Notas sobre la puesta en descrédito del Yorch Internacional 1

Por Ana Rosa Valdez

¿De qué manera puede integrarse las distintas miradas sobre arte que operan en nuestro contexto? ¿Es posible concebir un evento de arte masivo, que pulse esta inquietud, sin preocuparse por la escasez de recursos? ¿De qué forma puede establecerse un nexo entre la producción artística local y global de manera “lúdico-crítica”, es decir, desenfadada? Estas fueron, creo yo, algunas de las interrogantes que llevaron al Combinado de Arte Contemporáneo “Déjame ver”2 a organizar un segundo acápite del “Todo por 1 Yorch” Encuentro anual de Arte Contemporáneo de Bajo Presupuesto.

El evento se proponía masivo, trataba de hacer partícipe al público más diverso; idea por de más desgastada y casi en desuso, e inclusive moralmente ya inoportuna. Pero más allá de las conflictividades éticas que esto pudo suponer, lo que debería ser puesto en relieve son cuestiones como la conversión de la estética de lo imperfecto en estética de la chapucería, el hecho de que la buena vibra y la buena onda como doctrinas filosóficas no resuelven nada, y que la informalidad si no es medida puede convertirse en un desastre fatídico. Como colaboradora de este proyecto, propongo a continuación algunos comentarios sobre la dificultad de generar una conciencia crítica con relación al arte desde un pensamiento acríticamente lúdico y desenfadado –a propósito de los desastres organizativos del evento.

Abierto a todo el público (¿arte de y para las masas?)

“El problema ya no es desplazar los límites del arte, sino poner a prueba los límites de resistencia del arte dentro del campo social global”.
Nicolás Bourriaud


Conceptualmente, el Yorch planteaba la participación masiva del público local e internacional, y un tema lo suficientemente genérico como para garantizar una buena acogida (el dólar). Desde aquí puede observarse una intención populista que jamás podría llegar a feliz término: supuestamente en este evento el sujeto común y el artista súper reconocido podían “encontrarse”, “hacerse amigos”. Esta idea, regularmente infructífera dada su pretensión excesivamente optimista, sin embargo pudo haberse desarrollado creativamente si las estrategias de comunicación hubiesen priorizado el diálogo directo y crítico con comunidades y actores culturales comprometidos con las corrientes de arte comunitario, arte público, de inserción social, etc.

El slogan rezaba “Para que el dinero no sea una excusa para no hacer arte y para que el arte no sea una excusa para no hacer dinero”, pero la manera en que esta idea fue asumida no generó nada más allá de un momento de socialización en Espacio Vacío, en Diva Nicotina o en Queso de Leche (sedes del evento). Todavía nos queda preguntarnos qué fue lo que falló, si el tema o la convocatoria; porque al final de cuentas, las obras, los asistentes y los posibles interesados fueron más bien pocos –a decir verdad, los mismos que farandulean desde siempre en este tipo de acontecimientos.

No obstante, la presentación de obras no fue del todo siniestra. El video de Falco, la curaduría pirata de Rodolfo Kronfle, la acción performática de María Fernanda López y la obra de Felipe Cortés son piezas que de alguna manera asumían el tema del dólar de manera oportuna 3.

Cuando la informalidad acrítica genera caos

“A veces se atribuye una política radical al arte por una débil analogía entre un mundo abierto y una sociedad inclusiva, como si una forma poco sistemática pudiera evocar una comunidad democrática, o una instalación no jerárquica predecir un mundo igualitario...”
Hal Foster


Las vertientes más fructíferas del arte contemporáneo son las que nos permiten vislumbrar mundos imaginados de manera crítica, problematizar sobre conflictos colectivos, pulsar tópicos genéricos que nos hablen de nuestras realidades y de las realidades otras. El hecho de que estas corrientes se manifiesten en muchos casos pesimistas, apocalípticas o radicalmente críticas no es para menos: la cosa no está buena... Los motivos de la risa en el arte sólo pueden asumirse de manera crítica; hay muy poco qué celebrar en estos días. Y si no, siempre queda el circo, el cine, la telenovela o el teatro callejero. Muchas veces, bajo la filosofía de que “es más fácil hacer llorar que hacer reír”, puede llegarse a una acriticidad nociva o al entusiasmo desabrido.

He mencionado que el Yorch intentó posicionarse como un encuentro informal, abierto a todo el público, donde la gente fuera tuviera muy “buena vibra”. Todo podría haberse dado felizmente, si tal desenfado no se hubiera convertido en un verdadero desastre, en un caos total. Véase el caso de lo ocurrido en Diva Nicotina. Se citó al público a una hora determinada para presenciar las obras performáticas y de artes escénicas, pero por errores técnicos y problemas de logística sólo fue presentada la acción de TUAMI, ya por la madrugada. Otro escenario catastrófico fue el evento “teórico” –del cual formé parte como figura patética tratando de salvar lo insalvable-, en el cual los asistentes, como en un “happy end” telenovelesco, pudieron cantar en un improvisado karaoke cierta melodía romántica que pienso debe pertenecer a la cantante Yuri. Nunca supe qué tenía que ver un evento teórico sobre arte local y la letra de esta canción 4, pero sigamos. Así, observamos un tránsito del arte contemporáneo al espectáculo de variedades, donde todo estuvo “chévere” y “lleno de energía”...! (Lástima que nos haya hecho perder el tiempo a quienes nos preocupamos por cuestiones menos hilarantes).

Pero la cuestión no es tampoco anatematizar las nociones de lo informal y lo precario, que ya han sido exploradas de manera hábil y acertada por artistas como Thomas Hirchhorn en su Museo Precario, un proyecto de arte comunitario realmente sorprendente por su capacidad de gestión; Humberto Velez en The Mancunian Way, proyecto que proponía generar un encuentro informal y emotivo a propósito de la reapertura de un espacio público en Manchester; Jens Haaning en Turkish Jokes, una acción que consistió en contar chistes en turco en una ciudad alemana a través de un altavoz, aquí la idea era crear una comunidad provisional que metaforizara la realidad de las comunidades de inmigrantes; o Rirkrit Tiravanija en su proyecto The Land, un “espacio a gran escala para uso de artistas” en Tailandia, que plantea como statement colectivo el “compromiso social”. La meta que persiguen estos artistas con sus obras relacionales 5 es transformar la recepción pasiva en participación activa, generando encuentros y comunidades efímeras, pero sumamente emotivas. En cada caso puede observarse el rigor crítico al elegir el tema, el espacio y el público.

En el caso del Yorch, la idea de generar un evento informal coqueteaba más bien con la pretensión de posicionarse en contra de una oficialidad establecida en dos circuitos fundamentales: la parte conservadora y tradicionalista (asentada en concepciones de arte modernas y nacionalistas, levantada sobre la empiria legitimada) y la contraparte académica (vinculada a los procesos internacionales del arte, desde una visión más posmoderna de producción “desde” y no “sobre” lo local).

Son muy pocos los que siguen esperando que el arte venga a redimirnos (ni la más atractiva de las religiones lo ha conseguido), o que nos emancipe del tedio cotidiano (para eso está la Industria Cultural y del Entretenimiento). No obstante, bravo por los que luchan en estas trincheras, aunque no vislumbren que sus acciones son más bien de corto alcance. No porque actúen desde lo micro-político, lo cual sería genial y pertinente, sino porque reproducen cánones tradicionales: arte para todos, arte para las masas, arte para la vida...

Epiloguito enjundioso

Para terminar, quiero proponer el párrafo inicial del texto de Humberto Velez, El espectador en el Arte Público. Notas sobre proyectos colaborativos en América Latina y Europa:

“Hace poco, en una entrevista en Liverpool, con un asilado político del Congo, este me pregunta enojado: “¿y cómo diablos me va a ayudar que yo participe en un proyecto de arte con el Home Office?” (la autoridad migratoria de Reino Unido). Le dije que no tenía respuesta, que estaba comenzando a desarrollar el proyecto y tratando de buscar formas de lidiar con este problema. “Mucha suerte” –dijo-, “estoy seguro de que todos ustedes son personas bienintencionadas y les deseo lo mejor”, y salió de la oficina.”

Ana Rosa Valdez
Guayaquil, 13 de julio de 2009.

Notas:

1 Para más información sobre el evento, visite www.dejameverarte.blogspot.com, y www.espaciovaciogye.blogspot.com.
2 Integrado por Xavier Blum / Isabel Mármol / Carlos Pérez / Patricia Rodríguez / Carlos Vaca / Susy Murrieta / Andrés Fonola Valencia.
3 “El otro capital simbólico”, obra en video de Falco, constituía la documentación de un performance realizado a propósito de la muestra “Otro Arte en Ecuador”. La acción consistía en repartir entre los asistentes del evento el dinero que se le había asignado como participante de la muestra. La cantidad ($300) fue desmenuzada en billetes de un dólar, los cuales fueron intervenidos con la numeración del 001/300 al 300/300 en el anverso, y con el título de la obra al reverso. De esta manera, el autor llamaba la atención sobre los malos manejos en las gestiones institucionales de las entidades culturales, cuestión que nos aqueja constantemente en nuestros contextos.

La obra de Rodolfo Kronfle incluía un texto “explicativo”, que preconizaba la intención paródica de su participación. Cierto fragmento del escrito explicaba: “...esta contribución curatorial problematiza la relación que existe entre lo falsificado y lo pirata en el campo de las ideas, en las reivindicaciones y pavoneos autorales, y en la manera como el arte se fagocita a sí mismo para continuar generando obras”. La pieza consistía en una réplica de la obra “One million dollars” del artista cubano Wilfredo Prieto.

Estas obras, más allá de plantear un acercamiento a las masas, o de pulsar temas sobre conflictos sociales, encuentran sus públicos idóneos en quienes poseen de antemano ciertos conocimientos sobre arte.

En el caso de María Fernanda López, el performance consistió en recaudar la cantidad de un dólar a través de una serie de acciones –cómicas, irracionales o irónicas- propuestas a los transeúntes de la calle Rocafuerte (Zona Rosa) y a los asistentes del evento; cada acción era realizada por la artista a cambio de la económica cantidad de $0.01. En este caso, el desenfado y la informalidad funcionaron como estructura metodológica con felices resultados, ya que se insertó momentáneamente en el tejido urbano, generando un encuentro directo con el “consumidor final”. Ciertamente sólo en aquella obra la idea de informalidad resultó realmente invicta.

4 Siiii. para enamorarme basta una hora… pasa ligera… la maldita primavera… pasa ligera… me hace tanto daño a mi…!
5 Según la idea de Nicolas Bourriaud sobre las formas relacionales.

4 comentarios:

  1. ...pues sí, lo que mal empieza mal acaba. Para no frustrarse uno tiene que atender a las palabras - que no son inocentes- No hay que ser brujo para percibir el fracaso detrás de slogans festivos en una sociedad donde el sainete está posicionado, incluso , en las esferas supuestamente trascendentes. Habría que preguntarse si pueden ser la fiesta, la ausencia de estructura, la informalidad, y lo festinado planteamientos con sentido - alguno aunque sea-, en un tejido social que se despedaza a fuer de no tener arraigos ni sólidos cimientos en casi ninguno de sus enclaves. ¿Pueden ser aquí lo fortuito y lo "bacan" asumidos en su matices de resistencia? ¿Hay algún planteamiento profundo allí, referente a la distinción de lo oficial y lo que no lo es, de lo que representa, o no, una alternativa crítica a estatismos chetos o elitarismos radicales? Creo que cuando estos colectivos se pongan- onda, vino y bailache mediantes aunque sea- a pensar estos temas con comedimiento y sin retórica resentida o falazmente emancipadora, quizás podrían encontrar caminos interesantes y frescos- porqué no, a las cuestiones que a muchos nos preocupan.
    No-a- Mí

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  2. Holas

    Una anotación: en su apreciación y crítica sobre el Encuentro “Todox1Yorch”, algo que Ana Rosa Valdéz omite respecto a mi obra “El ‘Otro’ Capital Simbólico”, insertada en la muestra "30 Años del otro Arte en el Ecuador" (Centro Cultural Itchimbía, Noviembre/2008) es que al reverso de los 300 billetes de un dólar, íntegramente regalados el día de la inauguración de la muestra, no sólo estaba impreso el título de la obra (en la parte de arriba), sino también el logotipo del Centro Cultural Metropolitano de Quito, (en la parte de abajo), espacio institucional donde se genera y produce el Salón Mariano Aguilera, mismo que el año anterior fue declarado desierto.
    Saludos,

    Falco

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  3. la obra de jaguar, karaoke noise, consistió en gastarnos $1 en el karaoke sede de ese evento, por cuestiones técnicas no se pudo apreciar el ruido que tenia que ser el protagonista de esta intervención y que más bien fue un background imperceptible. creo que si se quiere saber más acerca de un trabajo, siempre, se debería acudir a la fuente, o sea el artista: antes de iniciar la intervención y por dos veces antes, incluso, se invitó al público a ayudarnos a gastar $1 dolar en karaoke que iba a ser destruido sonoramente en vivo, la única que acolitó fué la Mafo López (gracias mija), su elección fue La maldita primavera de Yuri, las otras tres canciones nos las gastamos entre Rodolfo Villa y Christian Proaño.

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  4. Sobre la "Intervencion" de ruido: creo que ese dia pasaban muchas cosas que no entendi, quizas porque mis ideas con relacion a un evento que se propone de arte contemporaneo no van por la gastada retorica de al subversion, o la desestabilizacion ridicula que parece festiva o desenfadada...

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