Eclipses
Espejos y luz
2013
Blue Forest
Acción. Papelitos de color con un haiku lanzados por un cañón de confeti
2013
Firmamento
Perforaciones en pared y un punto dibujado en lápiz
11 mts.
2013
Paisaje de dibujo
Papel y minas de grafito
2012
Horizonte invisible
Hilo nylon, pintura blanca y clavos
2013
Red Curtain
Telas construidas íntegramente con pintura acrílica roja
2010
Radio
Dibujo en grafito del artista trazando su radio
2013
Altura
Viga de madera de la altura del artista (166.5 cms.)
2013
Bonus: fotos de iphone cortesía de Pilar Estrada
Tú
y yo
(texto curatorial galería NoMÍNIMO)
Tú
y Yo da cabida a las dos líneas de investigación desarrolladas
paralelamente por Anthony Arrobo en los últimos tres años y la contradicción
aparente que suponen entre sí.
Arrobo
se ha posicionado en la escena local e internacional con obras de una sobriedad
impactante, en donde la sencillez del gesto converge con la pureza formal.
En Do not touch (2010), su primera muestra individual, reflexiona mediante juegos estéticos sobre el sentido que la Historia del Arte ha concedido a ciertos materiales “tradicionales”. En obras como Red Curtain, telón de teatro hecho íntegramente de láminas de pintura roja, aborda la relación –tradicionalmente pasiva– del espectador con el género pictórico. De igual manera ocurre en Nudes, en la que telas hechas de pintura blanca visten parcialmente un conjunto de bastidores, dejando desnudas ciertas partes de la madera, en clara alusión al desnudo como género protagónico en la Historia del Arte que fijó los ideales de belleza.
Nudes
replantea el lugar de la pintura como
medio y, de la misma forma que Red Curtain, White Fabrics o Ghosts,
cuestiona el comportamiento convencional del material, desplazándolo de su rol
de medio para convertirlo en el objeto en sí. Estas estrategias remiten al
impulso modernista de explorar los medios que definen la práctica artística
desde un acercamiento a cierta estética formalista de los cincuentas y
sesentas, a su vez que generan una aproximación actual del recurso del trompe
d’oeil, caractéristico de la pintura tradicional.
Este
recurso se encuentra también en Twins donde persiste la intención de jugar con
los materiales y componentes de aquello que la tradición definió como “obra de
arte”. La pieza, consistente de dos esferas gemelas de grafito, remite a la
búsqueda de la mímesis como compromiso y justificación del arte, a través del
rol fundamental que tuvo el dibujo, antes de la aparición de las nuevas
tecnologías.
En
estas obras el espectador es seducido no solo por el trastoque de la función
tradicional del material, sino por la apelación del rol convencional de la obra
frente a la Historia del Arte e, inclusive, del papel que ha desempeñado el
espectador en esa Historia.
Como
en Twins, en la serie Papers el medio es
redefinido, ahora con minas de grafito que se convierten en soporte y
protagonista de la obra.
A
partir de coquetos guiños al formalismo y a determinadas manifestaciones
artísticas como el posminimalismo, Arrobo usa convenciones visuales
preexistentes de la conciencia estética culta. En su segunda muestra
individual, titulada Liliput (2011),
estas referencias empiezan a desvanecerse. Las obras que la componen apuntan a
la capacidad metafórica de los gestos. Layersland
es un mundo de pequeñas torres de colores, en el que Arrobo traslada el
lugar natural del acto pictórico al margen del papel, en un acto “menor” a
través del cual, según Lupe Álvarez, curadora de la muestra, el autor proponía
con sutileza “el repliegue hacia lo primordial, la necesidad de desandar el
espacio sobrecodificado para ir hacia ese campo sin ‘ley’”.
Heartbeats es una fotografía donde aparecen en el firmamento 112,320 estrellas
correspondientes al número de latidos del corazón del artista durante un día;
ésta es, quizá, la obra que mejor muestra el quiebre entre su primera
producción y una obra en la que el artista se coloca a sí mismo como sujeto de
experimentación.
Se
revela, entonces, una carga poética mucho más íntima pues, alejándose de la
preocupación por lo objetual de sus búsquedas primigenias, Arrobo se posiciona
como centro. Tal es el caso de la reciente pieza Radio, un dibujo sobre pared, en la que el
artista traza la medida de su radio. Una alusión minimal al hombre de Vitrubio de Da Vinci, que se aparta del
propósito de universalidad que intentaba aquél para privilegiar el gesto íntimo
desde lo biográfico.
En
obras como Horizonte Invisible, recrea un horizonte utilizando la sombra de un hilo nylon
pintado de blanco, del cual, a cierta distancia, solo es perceptible su sombra.
Aquí, el artista vuelve a hablar del dibujo y la pintura como medio, de la
línea como aquello que fija, marca, divide, y que es, además, esqueleto de la
pintura y del lugar del espectador, pero esta vez desde un sutil gesto que ha
renunciado a aquella grandiosidad de sus primeros trabajos. Por su parte,
Confeti, forma parte de la bienvenida de la exposición Tú y Yo,
donde Anthony Arrobo recibe a los espectadores con un estallido de diminutos
papeles de colores, en los que, como ofrenda efímera, dedica poemas de amor
impresos en ellos.
De estas últimas obras es
posible intuir el anuncio entusiasta del lugar de las nuevas exploraciones del
artista.
BIOGRAFÍA
Anthony
Arrobo (Guayaquil, 1988) Ha realizado cuatro exposiciones individuales: Do
not touch, dpm gallery, Guayaquil, 2010; Liliput, NoMíNIMO,
Guayaquil, 2011; Gravity, NoMíNIMO, Guayaquil, 2012; What you had and
what you lost, 3+1 arte contemporánea, Lisboa, 2013. Recibió la Mención de
Honor en la XI Bienal Internacional de Cuenca (2011); el Segundo Premio del 53 Salón de Julio (2013); y, el Premio de Producción Mariano
Aguilera (2012). En septiembre de este año participará en la novena edición de la Bienal del
Mercosur.
fotografías Revista Exclama:
http://www.revistaexclama.com/maximo-florez-y-anthony-arrobo-en-odeon/
fotografías Revista Exclama:
http://www.revistaexclama.com/maximo-florez-y-anthony-arrobo-en-odeon/
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