martes, enero 14, 2014

(Ya no) Es mágico el mundo - CAC / Quito





MARÍA ROSA JIJÓN
Más paradójico que nunca
Instalación: 
Serie de fotografías + vídeo instalación (6 fotos en plexiglass 50 x 38, 3 videos 11 min. HD)
2013

SANTIAGO REYES
IMITATION OF LIFE 2, Football Story
Instalación
2013

TALLER ABIERTO, mini instalación con pinturas esculturas y objetos , medidas y materiales diversos, 2013, 120 x 60 x 40 cm.

RETRATO FAMILIAR (SERIE UFO), ÓLEO SOBRE LIENZO, 100 x 80 cm, 2009

SERIE BANDAS LEGENDARIAS, mini  instalación con pinturas y objetos sobre base de madera. Medidas diversas. Instalación variable, 12 retratos al óleo sobre canvas y madera, 6 muñecos.  2013

CLUB 27, mixta sobre lienzo y marco con mosaico de espejos,  64 x 74 cm. 2012
TIEMPO DE GRAFFITI, mixta sobre lienzo, 105 x 125 cm. 2013


LA GRAN PALETA,  mixta sobre lienzo, 60 x 80 cm., 2011

PESEBRE óleo sobre lienzo y marco de hojalata 50 x 65 cm. 2012

PATRICIO PONCE
S/T
Instalación conformada por diversas obras del artista
2013




GABRIELA SANTANDER
S/T
Video
2013


MARÍA JOSÉ MACHADO
Código de Guerra II
Vídeo Performance
2013



DAVID PALACIOS
Beliebig
Instalación conformada por diversas obras del artista
2013

CONSUELO CRESPO
No es un juego, es arte… no es arte, es un juego
Escultura interactiva – Instalación cinco escaleras, dos cascos y dos arneses
2013






DANILO ZAMORA Y COLECTIVO LA PIEDRA
La piedra
Video instalación con seis pinturas y un fragmento de la piedra
2013




DAVID JARA
Acto de desaparición - Series inconclusas
Objetos saturados en un librero, un escritorio, 70 fotografías y un dibujo
2013


ILICH CASTILLO
Puntos de Fuga
19 min. 36 sec.
Video monocanal y placa de granito
2013
TEXTO DE ANA ROSA VALDEZ SOBRE LA OBRA DE ILICH CASTILLO:

(YA NO) ES MÁGICO EL MUNDO / Exposición colectiva en el CAC-Quito

“El curador como cómplice de una comunidad”
Entrevista a Edú Carrera sobre la exposición (Ya no) Es mágico el mundo

Por Ana Rosa Valdez

La exposición “(ya no) es mágico el mundo” fue presentada en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito de septiembre a diciembre de 2013. En ésta participaron Patricio Ponce, Ilich Castillo, Rosa Jijón, David Jara, Santiago Reyes, David Palacios, María José Machado, Gabriela Santander, Colectivo La Piedra y Consuelo Crespo. La curaduría estuvo a cargo de Edú Carrera, intervinimos como co-curadoras Susan Rocha y quien escribe estas líneas.

El proceso de realización de esta exposición generó, al interior de la institución, interesantes debates sobre la curaduría de arte contemporáneo, los modelos y estrategias de trabajo curatorial, y los criterios en torno a la selección de bienes culturales. Como co-curadora de las obras de Ilich Castillo y David Palacios en esta exposición, mi principal inquietud tuvo que ver con la ausencia de un concepto curatorial que posibilitara un diálogo coherente y fluido entre los planteamientos y discursos artísticos de sus participantes. Y, además, con el hecho de que la curaduría no definió un criterio de selección específico para la inclusión de unas ciertas propuestas artísticas (y no otras). Desde mi escasa experiencia curatorial, considero necesaria la creación de un guion museológico que permita desarrollar un criterio de selección específico, con el fin de construir un escenario de “conversación” entre distintas especulaciones provenientes desde el arte. Por esto, me surgieron inquietudes en torno a la realización de esta exposición, las cuales quiero mostrar a través de un cuestionario enviado vía correo electrónico a Edú Carrera, curador del proyecto. ¡A continuación, sus respuestas!

Nota: Previamente, se sugiere leer un fragmento del texto curatorial disponible en: http://www.telegrafo.com.ec/cultura/carton-piedra/item/ya-no-es-magico-el-mundo.html


ANA ROSA VALDEZ: En la presentación de la exposición “(Ya no) Es mágico el mundo”, mencionaste que era una curaduría sin hilo conductor, es decir sin un concepto central que aglutine y de un sentido a la selección de obras. Por favor, coméntanos sobre la experiencia de trabajar con esta noción curatorial, y las posibilidades de diálogo entre artistas y obras que desarrollaste a través de ésta.

EDÚ CARRERA: La práctica curatorial se basa en la existencia de la producción artística y tiene un papel de sostén en esa actividad. A mi parecer, la curaduría es una práctica al igual que la artística en la que es necesario tomar un posicionamiento: los “conceptos curatoriales” e “hilos conductores” son modelos hegemónicos, que no me permiten componer exposiciones con intereses comunes entre artistas y curadores, específicamente en exposiciones colectivas, donde por lo general el discurso que prevalece es el del curador y no el de las obras de arte.

Las exposiciones no tienen que ser el “display” de las investigaciones curatoriales. Mi intención es que el público vuelva la mirada a la obra de arte sin una parafernalia textual o archivística que desvíe su mirada. Digamos que lo mas sencillo para los curadores es encerrar las obras en conceptos curatoriales. A mí me interesa el ejercicio curatorial como cómplice a la producción artística, no busco estrechar el espacio del arte ni reducir la acción de los artistas en conceptos o teorías, me interesa generar condiciones para que las obras puedan hablar por sí mismas, provoquen al público curiosidad, y que el público sea capaz de construir sus significados, sin textos que ilustren la intención de la obra y del artista.

En este sentido lo que se anuncia aquí no es una falta de concepto, sino la posibilidad de iniciar la lectura de una obra de manera tal que ningún concepto esté en relación de exterioridad con ningún otro, ya sea material, arte o ciencia, vivo o inerte, humano o inhumano.

Creo que en este tipo de exposición el ejercicio de selección existe, sin embargo no es un condicionante para que el público construya un relato. El ejercicio de selección no se sostiene en conceptos curatoriales o en ilustrar teorías a través de obras, sino más bien en los procesos de investigación que los artistas están llevando a cabo y en como esos procesos tienen un vinculo directo con la construcción/representación de mundo a través de la obra artística, a pesar de que los métodos, lenguajes e intereses de los artistas sean distintos entre sí. No me interesa homogenizar la práctica artística ni la práctica curatorial.

ARV: La propuesta educativa de la exposición es básicamente un juego para mediar las relaciones de los y las visitantes del CAC y las propuestas artísticas. Creo que es una forma lúdica de crear una experiencia pedagógica en sala que sustenta de alguna manera la gramática de la exposición. ¿Podrías describir y valorar esta actividad educativa y su relación con la curaduría?

EC: La exposición te permite tener una mirada del mundo a través de distintas problemáticas que los artistas trabajan en sus obras. A estas problemáticas, en conjunto con el equipo de educación y mediación del Centro de Arte Contemporáneo de Quito, las llamamos pistas. Nuestra intención fue no generar un discurso hegemónico en la exposición o un recorrido lineal, en este sentido el juego nos permitió que el espectador construya su propio discurso sobre la exposición y se acerque a la obra de arte a través de un ejercicio lúdico y reflejante que invitaba a la audiencia a ser protagonista de su visita.

ARV: En cuanto a las obras de la exposición y artistas participantes ¿cuáles fueron las motivaciones que te llevaron a realizar la selección? ¿cómo fue el trabajo con los y las artistas en este proceso?

EC: Los artistas en esta exposición trabajan con materiales del mundo y problematizan directamente sectores de la vida; la singularidad de cada artista está en el pedazo de mundo que él «obra», y en los procedimientos que inventa para esto.  En “(Ya no) Es mágico el mundo”, se crea una ficción a partir de pistas. Al reconocer la imposibilidad de un recorrido lineal y digerido, sólo queda intentar que el visitante se enfrente a un conjunto de pistas que componen una representación del(los) universo(s). En “(Ya no) Es mágico el mundo”, el ejercicio curatorial selecciona esos fragmentos que componen la exposición en un intento de identificar prácticas artísticas que no encuentra una diferencia entre lo que lo artistas son y lo que hacen, toman posicionamientos e intervienen en su construcción de mundo.

ARV: Creo que en la puesta en escena de la exposición funciona muy bien la idea de otorgarle un lugar específico a cada propuesta. ¿Por qué optaste por esta distribución en sala?

EC: La instalación, como Boris Groys menciona, “opera por privatización simbólica del espacio público de exhibición”. Los artistas en “(ya no) es mágico el mundo”, tomaron la responsabilidad estética por el diseño del espacio de instalación; ésta les permite a los artistas revelar la oculta dimensión soberana del orden democrático que la política generalmente trata de esconder. Según Groys, la instalación es el espacio en el que somos inmediatamente confrontados con el carácter ambiguo de la noción contemporánea de libertad que es entendida en nuestras democracias como libertad soberana e institucional al mismo tiempo. La instalación artística es un espacio de develamiento del espacio oculto detrás de la obscura transparencia del orden democrático.

De igual forma, creo que a través de esta disposición museográfica se entiende mejor la idea de pistas y fragmentos que componen un todo (lo uno forma parte de lo múltiple) y no un recorrido lineal en el cual un visitante a una exposición parece un transeúnte que camina por la calle y observa la arquitectura de las casas de izquierda a derecha. 

ARV: Entiendo que desde No Lugar - Arte Contemporáneo has trabajado principalmente con artistas emergentes. ¿Podrías comentarnos cómo te posicionas éticamente como curador frente al desarrollo de la escena artística local? ¿De qué manera este posicionamiento te permitió desarrollar la exposición "(Ya no) Es mágico el mundo"?

EC: Mi desarrollo profesional y la experiencia como curador ha sido un proceso de aprehensión en la práctica. No Lugar - Arte Contemporáneo fue el espacio en el que empecé a producir exposiciones, eventos artísticos y residencias. Actividades que me llevaron a explorar, pensar y comprender formatos de exposiciones mientras que paralelamente facilitaba espacios para exhibir y promover artistas de mediana y corta carrera.

Uno de los roles importantes del curador contemporáneo es discutir y poner en crisis los discursos hegemónicos que surgen en la practica curatorial moderna e histórica.
Concibo la práctica curatorial como un trabajo en red con una serie de responsabilidades que asumen diferentes  agentes culturales cuando los mismos tienen intereses comunes y acuerdan realizar esfuerzos conjuntos para llegar juntos a estos. En Latinoamérica esta modalidad de trabajo responde a un contexto social y cultural en el que las relaciones se complejizan y los actores se multiplican, haciendo necesaria una mayor interrelación entre los sujetos que habitan la sociedad global. Desde esta premisa, he venido desarrollando proyectos en los que uno de los componentes principales es la colaboración con diversos actores del ámbito del arte y la cultura contemporánea. El trabajo en red tiene la capacidad de generar estrategias creativas, redes sociales y culturales que se desarrollan para autogenerar empleos e insertarse en nichos de creatividad y sociabilidad.

El trabajo intenso que llevamos a cabo en No Lugar, fue una entrada para ser parte del equipo de curadores del Centro de Arte Contemporáneo de Quito (2011 - 2013) y esto fue lo que me permitió desarrollar “(Ya no) Es mágico el mundo”.

ARV: Finalmente, quisiera que nos comentes sobre tu experiencia como curador dentro y fuera de las instituciones culturales.

EC: Ser curador es trabajar dentro y fuera de los muros de una institución, como un rol multidimensional que incluye la investigación, la crítica, la edición, la educación y la gestión, incluso ser puente entre la escena independiente y las instituciones culturales.

Es importante entender al curador como cómplice de una comunidad, que tiene la posibilidad  de desarrollar un trabajo constante en beneficio de las escenas locales. En mi experiencia es lo que ha sucedido desde No Lugar – Arte Contemporáneo, espacio de exposiciones y residencia que coordino en la actualidad, y mi compromiso con la comunidad LGBTI con la cual también he trabajado en proyectos culturales; actualmente soy parte de la Fundación Museos de la Ciudad y trabajo en el área de Investigación y Patrimonio, una de las actividades que hemos llevado a cabo son talleres artísticos en barrios de Quito, en los cuales la práctica curatorial interviene directamente en el desarrollo de metodologías educativas a través de las artes.

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