MARÍA
ROSA JIJÓN
Más paradójico que nunca
Instalación:
Serie de fotografías + vídeo instalación (6 fotos en plexiglass 50 x 38, 3
videos 11 min. HD)
2013
SANTIAGO REYES
IMITATION OF LIFE 2,
Football Story
Instalación
2013
TALLER ABIERTO, mini instalación con pinturas esculturas y objetos , medidas y materiales diversos, 2013, 120 x 60 x 40 cm.
RETRATO FAMILIAR (SERIE UFO), ÓLEO SOBRE LIENZO, 100 x 80 cm, 2009
SERIE BANDAS LEGENDARIAS, mini instalación con pinturas y objetos sobre base de madera. Medidas diversas. Instalación variable, 12 retratos al óleo sobre canvas y madera, 6 muñecos. 2013
CLUB 27, mixta sobre lienzo y marco con mosaico de espejos, 64 x 74 cm. 2012
TIEMPO DE GRAFFITI, mixta sobre lienzo, 105 x 125 cm. 2013
LA
GRAN PALETA, mixta sobre lienzo, 60 x 80
cm., 2011
PESEBRE
óleo sobre lienzo y marco de hojalata 50 x 65 cm. 2012
PATRICIO
PONCE
S/T
Instalación
conformada por diversas obras del artista
2013
GABRIELA
SANTANDER
S/T
Video
2013
MARÍA
JOSÉ MACHADO
Código de Guerra II
Vídeo
Performance
2013
DAVID
PALACIOS
Beliebig
Instalación
conformada por diversas obras del artista
2013
CONSUELO CRESPO
No es
un juego, es arte… no es arte, es un juego
Escultura
interactiva – Instalación cinco escaleras, dos cascos y dos arneses
2013
DANILO
ZAMORA Y COLECTIVO LA PIEDRA
La piedra
Video
instalación con seis pinturas y un fragmento de la piedra
2013
DAVID
JARA
Acto de desaparición - Series inconclusas
Objetos
saturados en un librero, un escritorio, 70 fotografías y un dibujo
2013
ILICH
CASTILLO
Puntos de Fuga
19 min.
36 sec.
Video
monocanal y placa de granito
2013
TEXTO DE ANA ROSA VALDEZ SOBRE LA OBRA DE ILICH CASTILLO:
(YA NO) ES MÁGICO EL MUNDO / Exposición colectiva en el CAC-Quito
“El curador como cómplice de una comunidad”
Entrevista
a Edú Carrera sobre la exposición (Ya no) Es mágico el mundo
Por Ana Rosa Valdez
La
exposición “(ya no) es mágico el mundo” fue presentada en el Centro de Arte
Contemporáneo de Quito de septiembre a diciembre de 2013. En ésta participaron
Patricio Ponce, Ilich Castillo, Rosa Jijón, David Jara, Santiago Reyes, David
Palacios, María José Machado, Gabriela Santander, Colectivo La Piedra y
Consuelo Crespo. La curaduría estuvo a cargo de Edú Carrera, intervinimos como
co-curadoras Susan Rocha y quien escribe estas líneas.
El proceso de realización de esta exposición generó, al
interior de la institución, interesantes debates sobre la curaduría de arte
contemporáneo, los modelos y estrategias de trabajo curatorial, y los criterios
en torno a la selección de bienes culturales. Como co-curadora de las obras de
Ilich Castillo y David Palacios en esta exposición, mi principal inquietud tuvo
que ver con la ausencia de un concepto curatorial que posibilitara un diálogo
coherente y fluido entre los planteamientos y discursos artísticos de sus
participantes. Y, además, con el hecho de que la curaduría no definió un
criterio de selección específico para la inclusión de unas ciertas propuestas
artísticas (y no otras). Desde mi escasa experiencia curatorial, considero
necesaria la creación de un guion museológico que permita desarrollar un
criterio de selección específico, con el fin de construir un escenario de
“conversación” entre distintas especulaciones provenientes desde el arte. Por
esto, me surgieron inquietudes en torno a la realización de esta exposición,
las cuales quiero mostrar a través de un cuestionario enviado vía correo
electrónico a Edú Carrera, curador del proyecto. ¡A continuación, sus
respuestas!
Nota:
Previamente, se sugiere leer un fragmento del texto curatorial disponible en: http://www.telegrafo.com.ec/cultura/carton-piedra/item/ya-no-es-magico-el-mundo.html
ANA ROSA
VALDEZ: En la presentación de la exposición “(Ya no) Es mágico el mundo”,
mencionaste que era una curaduría sin hilo conductor, es decir sin un concepto
central que aglutine y de un sentido a la selección de obras. Por favor,
coméntanos sobre la experiencia de trabajar con esta noción curatorial, y las
posibilidades de diálogo entre artistas y obras que desarrollaste a través de
ésta.
EDÚ
CARRERA: La práctica curatorial se basa en la existencia de la producción
artística y tiene un papel de sostén en esa actividad. A mi parecer, la curaduría es una práctica al igual que la artística en
la que es necesario tomar un posicionamiento:
los “conceptos curatoriales” e “hilos conductores” son modelos hegemónicos, que
no me permiten componer exposiciones con intereses comunes entre artistas y
curadores, específicamente en exposiciones colectivas, donde por lo general el
discurso que prevalece es el del curador y no el de las obras de arte.
Las
exposiciones no tienen que ser el “display” de las investigaciones
curatoriales. Mi intención es que el público vuelva la mirada a la obra de arte
sin una parafernalia textual o archivística que desvíe su mirada. Digamos que
lo mas sencillo para los curadores es encerrar las obras en conceptos
curatoriales. A mí me interesa el ejercicio curatorial como cómplice a la
producción artística, no busco estrechar el espacio del arte ni reducir la acción de los artistas en
conceptos o teorías, me interesa generar condiciones para que las obras puedan
hablar por sí mismas, provoquen al público curiosidad, y que el público sea
capaz de construir sus significados, sin textos que ilustren la intención de la
obra y del artista.
En este sentido lo que se anuncia aquí no es una falta de
concepto, sino la posibilidad de iniciar la lectura de una obra de manera tal
que ningún concepto esté en relación de exterioridad con ningún otro, ya sea
material, arte o ciencia, vivo o inerte, humano o inhumano.
Creo que en este tipo de exposición el ejercicio
de selección existe, sin embargo no es un condicionante para que el público
construya un relato. El ejercicio de selección no se sostiene en conceptos
curatoriales o en ilustrar teorías a través de obras, sino más bien en los
procesos de investigación que los artistas están llevando a cabo y en como esos
procesos tienen un vinculo directo con la construcción/representación
de mundo a través de la obra artística, a pesar de que los métodos,
lenguajes e intereses de los artistas sean distintos entre sí. No me interesa
homogenizar la práctica artística ni la práctica curatorial.
ARV: La
propuesta educativa de la exposición es básicamente un juego para mediar las
relaciones de los y las visitantes del CAC y las propuestas artísticas. Creo
que es una forma lúdica de crear una experiencia pedagógica en sala que
sustenta de alguna manera la gramática de la exposición. ¿Podrías describir y
valorar esta actividad educativa y su relación con la curaduría?
EC: La exposición te permite tener una mirada del mundo a través
de distintas problemáticas que los artistas trabajan en sus obras. A estas
problemáticas, en conjunto con el equipo de educación y mediación del Centro de
Arte Contemporáneo de Quito, las llamamos pistas. Nuestra intención fue no
generar un discurso hegemónico en la exposición o un recorrido lineal, en este
sentido el juego nos permitió que el espectador construya su propio discurso
sobre la exposición y se acerque a la obra de arte a través de un ejercicio
lúdico y reflejante que invitaba a la audiencia a ser protagonista de su visita.
ARV: En
cuanto a las obras de la exposición y artistas participantes ¿cuáles fueron las
motivaciones que te llevaron a realizar la selección? ¿cómo fue el trabajo con
los y las artistas en este proceso?
EC: Los artistas en esta exposición trabajan con
materiales del mundo y problematizan directamente sectores de la vida; la
singularidad de cada artista está en el pedazo de mundo que él «obra», y en los
procedimientos que inventa para esto. En
“(Ya no) Es mágico el mundo”, se crea una ficción a partir de pistas. Al reconocer la imposibilidad de un recorrido lineal y
digerido, sólo queda intentar que el visitante se enfrente a un conjunto de
pistas que componen una representación del(los) universo(s). En “(Ya no) Es
mágico el mundo”, el ejercicio curatorial selecciona esos fragmentos que
componen la exposición en un intento de identificar prácticas artísticas que no
encuentra una diferencia entre lo que lo artistas son y lo que hacen, toman
posicionamientos e intervienen en su construcción de mundo.
ARV: Creo que en la puesta en escena de la exposición funciona muy
bien la idea de otorgarle un lugar específico a cada propuesta. ¿Por qué
optaste por esta distribución en sala?
EC: La instalación, como Boris Groys menciona, “opera
por privatización simbólica del espacio público de exhibición”. Los
artistas en “(ya no) es mágico el mundo”, tomaron la responsabilidad
estética por el diseño del espacio de instalación; ésta les permite a los
artistas revelar la oculta dimensión soberana del orden democrático que la
política generalmente trata de esconder. Según Groys, la instalación es el
espacio en el que somos inmediatamente confrontados con el carácter ambiguo de
la noción contemporánea de libertad que es entendida en nuestras democracias
como libertad soberana e institucional al mismo tiempo. La instalación
artística es un espacio de develamiento del espacio oculto detrás de la obscura
transparencia del orden democrático.
De igual forma, creo que a través de esta disposición museográfica se entiende mejor la idea de pistas y fragmentos que componen un todo (lo uno forma parte de lo múltiple) y no un recorrido lineal en el cual un visitante a una exposición parece un transeúnte que camina por la calle y observa la arquitectura de las casas de izquierda a derecha.
ARV:
Entiendo que desde No Lugar - Arte Contemporáneo has trabajado principalmente
con artistas emergentes. ¿Podrías comentarnos cómo te posicionas éticamente
como curador frente al desarrollo de la escena artística local? ¿De qué manera este
posicionamiento te permitió desarrollar la exposición "(Ya no) Es mágico
el mundo"?
EC: Mi desarrollo profesional y la experiencia como curador
ha sido un proceso de aprehensión en la práctica. No Lugar - Arte Contemporáneo
fue el espacio en el que empecé a producir exposiciones, eventos artísticos y
residencias. Actividades que me llevaron a explorar, pensar y comprender
formatos de exposiciones mientras que paralelamente facilitaba espacios para
exhibir y promover artistas de mediana y corta carrera.
Uno de los roles importantes del curador contemporáneo es discutir y poner en crisis los discursos hegemónicos que surgen en la practica curatorial moderna e histórica. Concibo la práctica curatorial como un trabajo en red con una serie de responsabilidades que asumen diferentes agentes culturales cuando los mismos tienen intereses comunes y acuerdan realizar esfuerzos conjuntos para llegar juntos a estos. En Latinoamérica esta modalidad de trabajo responde a un contexto social y cultural en el que las relaciones se complejizan y los actores se multiplican, haciendo necesaria una mayor interrelación entre los sujetos que habitan la sociedad global. Desde esta premisa, he venido desarrollando proyectos en los que uno de los componentes principales es la colaboración con diversos actores del ámbito del arte y la cultura contemporánea. El trabajo en red tiene la capacidad de generar estrategias creativas, redes sociales y culturales que se desarrollan para autogenerar empleos e insertarse en nichos de creatividad y sociabilidad.
El trabajo intenso que llevamos a cabo en No
Lugar, fue una entrada para ser parte del equipo de curadores del Centro de
Arte Contemporáneo de Quito (2011 - 2013) y esto fue lo que me permitió
desarrollar “(Ya no) Es mágico el mundo”.
ARV: Finalmente, quisiera que nos comentes sobre tu experiencia
como curador dentro y fuera de las instituciones culturales.
EC: Ser curador es trabajar dentro y fuera de los muros de una
institución, como un rol multidimensional que incluye la investigación, la
crítica, la edición, la educación y la gestión, incluso ser puente entre la escena independiente y las
instituciones culturales.
Es importante entender al
curador como cómplice de una comunidad, que tiene la posibilidad de
desarrollar un trabajo constante en beneficio de las escenas locales. En mi
experiencia es lo que ha sucedido desde No Lugar – Arte Contemporáneo, espacio
de exposiciones y residencia que coordino en la actualidad, y mi compromiso con
la comunidad LGBTI con la cual también he trabajado en proyectos culturales;
actualmente soy parte de la Fundación Museos de la Ciudad y trabajo en el área
de Investigación y Patrimonio, una de las actividades que hemos llevado a cabo
son talleres artísticos en barrios de Quito, en los cuales la práctica
curatorial interviene directamente en el desarrollo de metodologías educativas
a través de las artes.
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